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El gobierno de EE.UU. deploró el anuncio hecho por el gobierno cubano de que piensa pedir una sentencia de 20 años de prisión para el contratista estadounidense Alan Gross, encarcelado en Cuba desde diciembre de 2009 y a quien las autoridades de la isla acusan de espionaje.

Philip Crowley, portavoz del Departamento de Estado, señaló en un comunicado que como Washington ha dicho previamente, Gross es un cooperante humanitario que viajó a la isla para prestar ayuda a miembros de la comunidad judía cubana.

El vocero reiteró lo ya señalado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, de que Gross “ha sido severa e injustamente encarcelado por demasiado tiempo”, sin que se le formularan cargos durante más de un año, en violación de todas las obligaciones internacionales relacionadas con los derechos humanos.

Gross, de 61 años de edad, fue detenido en la isla el 3 de diciembre de 2009 cuando, según La Habana, distribuía como “agente secreto” de EE.UU. “sofisticados medios de comunicación” a opositores.

Tras anunciar que la fiscalía cubana solicitó una condena de 20 años para Gross, el diario oficial Granma informó que la fecha del juicio al estadounidense será fijada en breve.

La Casa Blanca declaró que la decisión de las autoridades cubanas “hace que sea incluso más injusto lo que le ha pasado”.

Por su parte, la legisladora republicana Ileana Ros-Lehtinen, quien preside el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos, calificó de “inconcebible” el que Cuba planee sentenciar a 20 años de cárcel al contratista estadounidense.

Washington sostiene que Gross viajó a la isla con el propósito de facilitarles a miembros de la comunidad judía cubana el acceso a Internet, en virtud de un programa financiado por el Departamento de Estado para distribuir material informático y de comunicaciones a grupos civiles.