JORGE MARIRRODRIGA

Ali Abdullah Saleh es presidente de Yemen desde 1990 pero ya era presidente de Yemen del Norte, que se unificó con el Sur, desde 1978. Es el mandatario árabe más antiguo después de Gadafi en Libia, y a la hora en que lean esto tal vez sea el más antiguo sin competencia. Saleh permanece en el poder gracias a sucesivos referéndums que curiosamente le dan un respaldo casi unánime. Qué suerte tienen estos gobernantes. Todo el pueblo les ama, que diría Gadafi mientras elige con qué cortina se va a vestir para salir al balcón a saludar.

Saleh hizo hace unos días unas declaraciones en las que acusaba a Estados Unidos e Israel de estar orquestando las revueltas en el mundo árabe. Saleh no lee a los analistas occidentales (incluido algún israelí como Pappé) porque entonces se habría dado cuenta de que Israel vive más tranquilo rodeado de dictaduras que quieren echar a los israelíes al mar. El presidente de Yemen dijo exactamente que las revueltas que se producen “desde Túnez al sultanato de Omán son una tempestad orquestada desde Tel Aviv y supervisada por Washington”. Mira tú, tal vez si que lea a los analistas por aquello de “Israel, capital Tel Aviv”.

El caso es que después de ver cómo pasan por delante de su casa los barcos que Washington empieza a mover camino del Mediterráneo para tratar el asunto Libio, y cómo su colega, el de la cortina, va a terminar peor que el duelo en el OK Corral, Saleh se la ha envainado y ha llamado a John Brennan, asesor del presidente Obama, para decirle que todo ha sido “un malentendido”.

Como estamos en tiempos de filtraciones, nuestro blog también tiene la suya. He aquí parte de la conversación.

Saleh: “Que estaba equivocado”
Brennan: “¿Con lo de la capital de Israel”
Saleh: “No, no, no con lo de que estéis detrás de las revueltas democráticas”
Brennan: “¿Entonces dices que Estados Unidos no quiere la democracia?”
Saleh: “No, no…. digo que vosotros no habéis orquestado nada con los israelíes”
Brennan: “¿Entonces la culpa es de Israel”
Saleh: “¡Por supuesto!… perdón, perdón, que me ha salido sin querer. Es la costumbre. No, lo que quiero decir es que yo no os culpo de nada. Que esto es un malentendido…”
Brennan: “¿Y?”
Saleh: “…¿Y?”
Brennan: “¿Y qué más?”
Saleh: “… Ah! y que me gusta la democracia y prometo reformas. ¿Vale así?”

A través de un portavoz de la Casa Blanca, Brennan ha agradecido la llamada y ha añadido que “cualquier intento de buscar un culpable de los acontecimientos en la región es inútil”.