JOSÉ KAMINER TAUBER

EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDIO

Purim es una festividad judía, también llamada “Fiesta de las Suertes”. Se celebra el día 14 del mes de Adar según el calendario judío. Dado que se trata de un calendario lunar, cuando se conmemora un acontecimiento ocurrido en Adar como un Bar-mitzvá, un Yurtzaidt, un matrimonio, o la celebración de Purim, durante el Shaná Meuberet (literalmente, “un año embarazado”, una metáfora talmúdica para referirse al año con mes agregado) se deben celebrar en Adar Bet.

Las festividades judías caen cada año en fechas distintas del calendario gregoriano; la festividad instituida en el libro de Esther, al cual podemos llamar el libro del ocultamiento, se llama Purim. Este año, Purim se celebra el 20 de marzo. Comienza el día 19 con la puesta del sol.

Purim, viene de “pur” que quiere decir suerte, un término utilizado para designar a un evento cuya causa está oculta. Y el tema del ocultamiento no termina allí, pues el libro de Esther es el único libro del Tanaj en donde no aparece el nombre del Eterno. Los sabios dicen que el nombre está, pero oculto. El pueblo lo busca en ayuno y oración, y su salvación llega al pueblo, pero Él y su nombre permanecen ocultos. En este libro, se muestra el silencioso lenguaje de amor que nuestro Dios usa con frecuencia para comunicarse directamente con nuestro espíritu.

Maimonides escribió en su libro Mishne Torá (zmanim meguilá cap. 12, halajá 18) que en los tiempos mesiánicos todos los libros proféticos y hagiógrafos del Tanaj serán anulados, menos el de Meguilat Ester.

Un Haman antiguo y otro moderno.

A mi entender, Purim es la fiesta judía por excelencia y el libro de Esther el más relevante de todos los libros bíblicos para el judío moderno contemporáneo porque, como veremos, refleja fielmente la condición judía contemporánea. En él, encontramos el  primer  intento por destruir al pueblo judío.

“Y dijo Haman al rey Assuero: Hay un pueblo esparcido y dividido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no observan las leyes del rey; y al rey no viene provecho dejarlos. Si place al rey, escríbase que sean destruidos; y yo pesaré  diez mil talentos de plata en manos de los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del rey” (Est. 3 – 8, 9)

¿Quien era Haman? El “hijo de Hamdathá, del país de Agag” (Est 3:1) El rey Assuero lo elevó al poder y le dio un puesto por encima de todos sus otros servidores. Amán comenzó a odiar a Mardoqueo porque éste no se arrodillaba ni se inclinaba ante él, tal y como “lo había mandado el rey” (Est 3:2). Por eso intentó destruir a los judíos, sin saber (y eso sería la causa final de su perdición) que la propia reina Esther era judía. Hamán también es descendiente de Agag, Rey de Amalec, quien fue asesinado por Samuel, quien era sacerdote judío (1 Samuel 15:33). Desde entonces, los descendientes del Rey Agag se han ocupado de  intentar aniquilar a todos los judíos.

Hoy día, hay otro gobernante persa, el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad quien, desde el 3 de agosto de 2005,no ha dejado de emitir  declaraciones que han causado mucha polémica. Como la de “Israel debe ser borrado del mapa y la nación musulmana no permitirá a su enemigo histórico vivir en su propio corazón.

Posteriormente, Ahmadineyad dijo que la creación de Israel después de la Segunda Guerra Mundial había «matado dos pájaros de un tiro» para Europa. Por una parte, había conseguido «barrer a los judíos de Europa y al mismo tiempo, crear un apéndice europeo con una naturaleza sionista y antiislámica en el corazón del mundo islámico».

Un dirigente persa vuelve a intentar acabar con los judíos, esta vez reunidos en un Estado.

La suerte esta echada.