ENRIQUE RIVERA

La conciencia ecológica ha dejado de ser opcional, debido a que las condiciones ambientales del planeta se han deteriorado de tal manera que ya nadie puede ignorarlas. Sin embargo, saber no significa hacer.

Es por ello que eventos como los organizados por el Keren Kayemet en el Centro Deportivo Israelita adquieren relevancia ya que, si bien es cierto que son actividades encaminadas a los niños y adolescentes, los adultos también aprenden. Además, los niños, siendo futuro de la Comunidad, conllevan una importancia de primer orden, pues de la formación de su conciencia ecológica dependerá buena parte del destino de este planeta en las próximas décadas.

Con mucha suerte y empeño, podemos albergar la esperanza de que los efectos de la contaminación ambiental, junto a la deforestación y demás males que amenazan al planeta Tierra sean, sino erradicados, sí confrontados y, hasta cierto punto, revertidos.

Durante la premiación en el CDI de los dibujos y fotografías relativos al tema, se proyectaron dos videos. Uno de ellos se relaciona con la reciente catástrofe ecológica que azotó a Israel: el incendio forestal que consumió alrededor de 5 millones de árboles, donde la naturaleza requerirá de 50 años para volver a su estado original.

En dicho video, pudimos constatar la labor que tiene como objetivo la reforestación de dicho bosque. La gente, según vimos, al recibir los folletos, expresaba: “Kol Hakavod” (Bravo), manifestando así su aprobación a lo realizado.

Este evento nos confronta a la necesidad de hacer más, desde el punto de vista ecológico, por México, por Israel y por nuestro planeta.