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Arqueólogos rusos anunciaron esta semana que encontraron en el sur de Russia la desaparecida capital del reino de los Jázaros, un pueblo turco semi nómade que adoptó el judaísmo como religión, lo que representa un significativo avance en las investigaciones sobre el antiguo Estado judío.“Se trata de un descubrimiento de enorme importancia”, comentó el jefe de la excavación, Dmitry Vasilyev, de la Universidad del Estado de Astrakhan, tras regresar del sitio de excavaciones cerca del pueblo de Samosdelka, al norte del mar CaspioVasilyev agregó: “Ahora podemos arrojar luz sobre uno de los misterios más intrigantes de ese período: cómo vivieron los Jázaros.

Sabemos muy poco sobre ellos, acerca de sus costumbres, sus ritos funerarios, su cultura. La ciudad descubierta fue la capital del estado de un pueblo turco semi nómade que adoptó el judaísmo como religión, desde el siglo VIII hasta el siglo X, cuando fue capturado y saqueado por los gobernadores de la antigua Rusia.En su momento de mayor esplendor, el estado jázaro controlaba la mayor parte de los territorios de la actual Rusia, la región occidental de Kazajstán, el este de Ucrania, Azerbaiján y grandes partes de la región del Cáucaso.

Las crónicas árabes se refieren a la capital como Itil, pero Vasilyev señaló que esa palabra podría en realidad referirse al Río Volga a orillas del cual se fundó la ciudad, o a la zona del delta de ese río. Por lo que se conoce, Itil era un lugar multiétnico con lugares de culto y jueces para cristianos, judíos, musulmanes y paganos.

Hasta el momento, los restos de la ciudad no habían podido ser identificados y se creía que habían sido arrastrados por las aguas del Mar Caspio.Los arqueólogos estuvieron excavando en el área durante los últimos nueve años, pero esta es la primera vez que lograron encontrar suficientes pruebas materiales para respaldar su tesis, incluso los restos de una antigua fortaleza.Cerca de 10 arqueólogos universitarios y 50 estudiantes participaron de las tareas de excavación en la región este verano, que en parte son financiadas por la Universidad Judía de Moscú y el Congreso Judío de Rusia.