PERENGANA

Yo no entiendo porqué razón piensa la gente que cuando una persona habla con la verdad y sin hipocresías, uno está tocado de la cabeza. Creo más bien, que a mucha gente no le gusta que le mueva uno el tapete, o sea, para usar un lenguaje más sofisticado, que uno se atreva a romper estructuras que en apariencia mantienen el esquema de lo que la vida es. Lo que muchos no saben es que, precisamente ese silencio y esa falta de ejercicio para cuestionar las cosas son lo que produce las enfermedades físicas y mentales. Las palabras, al explotar salen del cosmos de la interioridad sumida en el enojo. Cuánta gente vive vidas ficticias pensando que toda idea que sumerja de la equivocación, se convierte en algo licencioso, pero hablar no es un atrevimiento, es un amor por la literatura de lo extraño que parece todo, cuando no existe nada que no mantenga incongruencias.

Yo he sido alguien que ha probado la vida, y me he entrometido en el cerebro del prójimo, para detectar que de seguir en la fatuidad, en esa vanidad de lo que pretendemos enarbolar como insignia, quedaremos vacíos.

El vacío no es una angustia, es un hueco existencial que irrumpe cuando uno se da cuenta de que no puede molestar tantas veces a alguien que regularmente lo rescata. Seamos francos, nos gustan mucho las notas bioenergéticas, de buena vibra, de pensamiento práctico, de mensajes de euforia acerca de pasar los días en estados superfluos, pero cuando nos pegamos a la almohada nocturna, sabemos que es mejor cerrar los ojos y no pensar acerca de nuestra existencia.

Que suenan muy obtusas, cerradas y nerviosas estas frases, qué bueno, porque emergen precisamente de esos lugares en donde la gente no quiere acudir y entonces mejor voltean a encontrar algo estúpido para afrontar su pereza. A mí no me asusta redactar así, y si los hago sentir extraños, pues cambien de nota y acudan a la sección adjunta en la que seguramente encontrarán algo más digno de lectura.

Yo por mi parte, sabré que alguien desde allá fuera del papel, estará de acuerdo conmigo, y si tiene esa honestidad de pensamiento, seguramente se atreverá a escribirme unas palabras como lo hacen siempre las mujeres que se sienten plenamente identificadas conmigo