JESSICA KREIMERMAN LEW

DA LO MEJOR DE TI – Todos nacemos semillas y todos tenemos potencial, pero no todas las semillas llegan a ser árbol, fruto o flor. Dar lo mejor de ti es para ti, aunque a veces se beneficien los demás. No importa en qué situación te encuentres: entregar tu persona, tu esfuerzo, tu pasión en el momento, te lleva a vivir la vida en plenitud, incluyendo las partes que no te resulten agradables.

Las personas se arrepienten más de lo que no hicieron que de lo que hicieron. Un sabio judío, Reb Zusia, dijo que cuando llegara el momento de su Juicio la corte celestial no le preguntaría, “¿por qué no fuiste como Moisés o como Abraham?” sino,  “¿por qué no fuiste Zusia?” Tú naciste única y tu labor es descubrir y nutrir esa parte tuya que no es como la de nadie más, explorar y desarrollar tu potencial y el camino que sólo te pertenece a ti.

SÉ AUTÉNTICA – La sociedad instala en nosotros patrones de comportamiento y valores que hacen que queramos ser como los demás. La pertenencia a un grupo es una necesidad básica. Pero tú, no seas copia de nadie. No busques hacer las cosas como los demás sino figúrate cómo te gusta hacerlas a ti. Quien no se expresa en su totalidad, depende del mundo externo para saber cómo ser, cómo verse, cómo vestirse, cómo hablar. Es tener dentro una canción que necesita ser cantada a través de tu voz, a la que no permites salida por miedo a lo que dirán. Mientras te expreses con respeto a los demás, la respuesta de los otros ante tu expresión es problema de los otros. Regrésales su juicio y quédate con el gozo de haberte expresado. Siéntete orgullosa de tu individualidad.

 

“Salta, y aparecerá la red”

– dicho Zen-

 

ARRIESGA LO SEGURO POR LO INCIERTO – El fracaso no es lo peor en el mundo. Lo peor de lo peor es no intentar. Estás viviendo en una época donde se revelan libros del verdadero conocimiento, y construyen nuevos patrones para generaciones venideras. No hay nada rígido o convenido de antemano acerca de esta vida. No puedes decir de un día para otro lo que va a suceder. Estos son tiempos conmovedores y excitantes; se están abriendo perspectivas novedosas. Lo desconocido se está volviendo conocido. No temas lo inesperado. Con frecuencia, en el pasado el temor te ha impedido entrar a nuevos reinos y tener experiencias distintas pero ahora sabemos que los límites están solamente en la mente.

La grandeza de tu camino depende de cuán grande o cuán pequeña pienses tú que seas. ¡Arriésgate! No puedes perder: por cada puerta que cierra, hay una nueva que abre. Por cada tren que se va, hay uno nuevo que está en camino. Confía en lo Grande, y llegará.

“La esencia de todo bello arte,

Todo gran arte, es gratitud.”

-Nietzsche-

 

AGRADECE – El estar en constante agradecimiento te permite mantener una vida positiva, sin importar lo que esté ocurriendo temporalmente en ella, además de que genera más circunstancias bondadosas. Ya el hecho que respires es un regalo. Una astróloga configura los datos de una mujer que en su carta natal tiene una “estrella de David”, que indica buena fortuna. Cuando la conoce en persona, encuentra que la mujer está en silla de ruedas. ¿Cómo es posible? La consultante comparte que antes del accidente que la dejara sin caminar, no apreciaba su vida. Y después de este, se despierta ante el milagro de estar viva. Hay personas que aprenden a amar después de que el SIDA los toca. Todo es cuestión de perspectiva. Sin necesidad de compararnos con los demás, ni de sentir lástima por nuestra propia suerte ni envidia por la suerte de otros, tenemos exactamente lo que nos corresponde en este momento, y mucho más de lo que nos acordamos para agradecer.

MANTÉN TU ESPÍRITU DE NIÑA – curiosidad, inocencia, excitación. Esos tres elementos son parte de una infancia no adulterada. Cuando niños, el mundo es una flor esperando a ser descubierta, tenemos permiso de emocionarnos con la vida. En el curso del crecimiento, los encuentros e incidentes en la vida de los infantes empujan estas cualidades a una esquina y comienza una vida de culpa y vergüenza y miedo al juicio, que poco a poco van robando la espontaneidad y la conexión con los mundos sutiles. Date el tiempo para recuperar esto en ti, lo tienes latente en tu sistema. Atrévete a preguntar, a emocionarte con los detalles pequeños de la existencia, asómbrate con los milagros cotidianos. Vuelve a hablar con la niña interna que tienes guardada, sácala a pasear, diviértela y dale los pequeños placeres que se merece. Los que tal vez no tuvo de pequeña. En la medida que la permitas emerger, recuperas el sentido de juego con los niños a tu alrededor y ayudas, con el ejemplo, a que otros adultos dejen salir a sus escondidas infantes.