EDUARDO HADJES

Al momento de escribir este comentario aun no se sabrá el resultado de la presentación que hará Abbas, primero el 23 de Septiembre, ante el Consejo de Seguridad y luego ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre el reconocimiento y aceptación de un Estado Palestino al interior de este organismo, pero, cualquiera que sea su resultado, el análisis que pretendo hacer, será paralelamente igual, ya sea aprobado o rechazado.

Veamos porqué y, para ello citemos a la historia, ya que los sentimientos, ideales y creencias, nos llevan a lo que nosotros queremos, lo que no siempre es la verdad, la justicia y la realidad.
Los dos argumentos que más frecuentemente se escuchan para defender el derecho palestino a su petitorio, son “su derecho histórico” y “su derecho sagrado” con la intención de demonizar a Israel, por que “lo conquistó por las armas”.
Analicemos en una primera instancia sobre el “derecho histórico” ¿Podría alguien decirme dónde y cuando existió un Estado Palestino? ¿Cuáles fueron sus fronteras, su capital, sus ciudades, su idioma? ¿Quién fue alguno de sus gobernantes? ¿Cómo se llamaba su moneda, donde estaba radicado su Parlamento y el nombre de alguno de sus integrantes?

Con esto, vemos que el “derecho histórico palestino” a dichas tierras, no pasa a ser más que una metáfora, inventada por dirigentes palestinos, que no resiste el menor análisis histórico.
Aquí, hemos visto que los distintos conquistadores de todos los tiempos, se han apropiado de estas y de todas las tierras que han dominado, por medio de guerras. ¿Cómo se efectúan éstas, desde que el hombre inventó esta palabra o concepto? Peleando con armas. ¿Se ha reconocido su resultado como un derecho legítimo y adquirido? Sin discusión que sí. Entonces, si siempre, en todo lugar y con todos los pueblos, lo obtenido en una batalla, da derechos reconocidos, ¿por qué en el caso de Israel, en vez de darle derechos se transformaría en un estigma inaceptable? ¿Podrá alguien, incluido los dirigentes palestinos, explicar esta inmoral y odiosa discriminación?

Si en nombre de la justicia y el pacifismo (ambos conceptos, muy alejados de las costumbres y doctrina de los líderes palestinos, aun cuando continuamente recurren a ellos), se pretendiera desconocer el legítimo derecho de los pueblos a haber conquistado otras tierras, ¿se imaginan el caos mundial que enfrentaríamos? Sin apartarnos de la zona, deberíamos restituir los Imperios británico, francés, belga y holandés, pero, inmediatamente, reclamaría Turquía y deberíamos volver al Imperio Turco Otomano y se nos acaba de una plumada: Líbano, Siria, Irak, Egipto, Grecia.

Aquí, en Chile, ¿le devolvemos el norte a Perú y Bolivia y nos retorna Argentina, la Patagonia en el Sur, o le entregamos todo a España para que éste lo devuelva a los mapuches, alacalufes, pehuenches, diaguitas, etc?

Creo que todo ésto es una utopía irrealizable. Entonces, volvemos al origen de nuestro comentario ¿Por qué lo unánimemente aceptado, se pretende desconocer sólo a Israel?

En 1948, fueron los árabes los que rechazaron el acuerdo de partición, decretado por las Naciones Unidas. Luego de la primera guerra entre Israel y la Liga Árabe, éstos no quisieron crear el Estado Palestino en los territorios que quedaron bajo el dominio de Egipto y Jordania.

Ésta última, adujo permanentemente, entre 1948 y 1967, que ellos eran el Estado Palestino, reconociendo así tácitamente, que estaban en terrenos palestinos. Esto si es verdadero ya que sabemos que cuando la Liga de las Naciones le otorgó el mandato sobre Palestina al Imperio Británico, con el expreso objeto de crear una nación judía, ratificado expresamente, además, por los propios ingleses, a través de la Declaración Balfour en 1917, ellos, el año 1922, actuando ilegalmente, regalaron 5/6 partes de dichos territorios a un Rey extraño, el Hashemita del Jordán, hoy Jordania.

Y esto me lleva a formular otra pregunta muy importante ¿Cuándo Abbas está pidiendo un Estado Palestino, se refiere a Cisjordania, a la Franja de Gaza o a Jordania? Si, para la dirigencia palestina, el Estado Palestino es el primer paso para “la liberación total” en orden a dejar toda Palestina libre de judíos, ¿estará pensando en una tercera etapa, reconquistando Jordania? Y, si las Naciones Unidas acuerda crear el Estado Palestino, dividiendo Israel, ¿éste país podrá pedir la partición de Jordania, para incorporarlo a su territorio?

Para los gobernantes democráticos integrantes de las Naciones Unidas será una muy difícil decisión moral y ética, votar por el reconocimiento de un Estado Palestino, si no se sabe a que se están refiriendo realmente. ¿Será lógico aceptar a un miembro que a lo menos, tiene dos territorios, dos gobiernos antagónicos e irreconciliables, carentes de fronteras reales, las cuales quieren legitimar en una utopía, tal como vimos en mi comentario de la semana pasada, ya que se ampara en un “alto al fuego” sin acuerdos ni anteriores ni posteriores de ninguna especie.

¿Es posible reconocer como un país viable, a dos grupos que se atribuyen la misma representabilidad, donde ambos tienen en común principalmente cualidades negativas? Para ratificar esto, mencionaré sólo algunas de ellas: Ambas, tienen gobiernos ilegítimos ya que los plazos de su autoridad ya caducaron y fueron ratificadas en elecciones fraudulentas (según se acusan entre ellos mismos), sus plazos están vencidos sin llamar a nuevas elecciones, ambas dependen de la ayuda externa para poder solventar sus gastos.

Cada parte acusa a la otra de ser gobernantes corruptos. Una (Cisjordania) tiene una policía ineficiente y la otra (la Franja de Gaza) sólo tiene grupos guerrilleros, cuyo mayor mérito y costumbre son: disparar permanentemente contra civiles israelíes y usar a sus propios hermanos, como escudos humanos, cuando no pueden defenderse a si mismos, tiranizando a sus propios conciudadanos, nuevamente acorde a sus mutuas acusaciones.

Como remate a este problema, Hamás se niega a reconocer que Israel existe, pero pretende que éste no sólo lo mantenga, como hemos visto reiteradamente en comentarios anteriores, sino que ahora pretende que le den un estatus que no posee y el otro, la ANP sólo lo acepta en una etapa inicial, para después, dejar toda la Palestina libre de judíos. Dado que ellos lo proclaman permanentemente, no necesito mayor argumentación para demostrarlo.

Sólo falta un aspecto mencionado al inicio del presente comentario, sin analizar, antes de ir a la conclusión final: “el derecho sagrado”. Respecto a ésto, y sin lugar a dudas, tal afirmación tiene que ver directamente con la religión. Para el pueblo de Israel, sus creencias se sustentan en la Torá y en La Biblia y para el islamismo, sabemos que es el Corán.

En éste último, nunca se menciona ni Canaán, ni los reinos de Israel y Judá, ni Palestina ni Jerusalem. Su ciudad sagrada es La Meca y sus integrantes efectúan sus oraciones mirando simbólicamente a dicha ciudad.

La historia del pueblo de Israel es, simplemente, la Torá y La Biblia. Leer este texto sagrado, tanto para el judaísmo como para la totalidad de las religiones cristianas, es leer la historia de Israel. 699 veces es mencionada Jerusalem. Su lectura demuestra sin lugar a dudas, que la historia de Israel y Jerusalem, son una sola unidad.

Finalmente, sabemos que los judíos rezamos mirando a Jerusalem y los lugares más sagrados, se encuentran en dicha ciudad. El Muro de Los Lamentos, el último vestigio del Segundo Templo, se encuentra en dicho lugar. Los musulmanes y en especial, los palestinos, aducen que ellos tienen también en Jerusalem, dos de sus Mezquitas más sagradas. La del Templo de la Roca y la de Al-Aqsa. Resulta que ambas, están construidas sobre las ruinas donde estuvieron los dos Templos judíos y no se les ocurre pensar que ese acto fue una profanación deliberada, aún cuando efectuada hace aproximadamente 1300 años atrás.

Incluso Al-Aqsa fue construida el año 711 E.C donde, antes, los bizantinos habían construido el Templo cristiano conocido como la Iglesia Santa María. Esto es una doble profanación.

Los derechos esgrimidos por los palestinos para la creación de su Estado, son falsos, careciendo de todo atisbo de veracidad, si recurrimos a la historia y su verdad. Sus fronteras, son inexistentes, ya que no se sustentan en ninguna base jurídica. Su vialidad actual de supervivencia, son nulas, al estar supeditadas a la caridad de organismos internacionales, de otras naciones y, principalmente, de Israel, a quien, todos ellos, aspiran a destruir.

No obstante todo esto, el principal interesado en que se cree un Estado Palestino, es Israel. Para que esto pueda ser una realidad, el único camino viable y realista, es a través de conversaciones entre los dirigentes palestinos y los israelíes.
Yo, en lo personal, estimo que el primer requisito para reanudar estas conversaciones, debería ser el reconocimiento de los palestinos de la existencia de Israel, su derecho legítimo a seguir existiendo y su condición de Estado judío.

Los gobernantes democráticos adscritos a las Naciones Unidas, deben conocer la realidad, antes de ordenar a sus delegados cómo votar. Así, podrán seguir manteniendo su calidad moral y legal, que les permita actuar como jueces en algo tan importante como esto, no olvidando que los Estados y gobiernos musulmanes fundamentalistas ya tienen advertido que la Jihad ya se inició- y sólo finalizará cuando el mundo entero haya abrazado la fe musulmana y se sometan a ella.