EVELYN GORDON
Durante años, el mundo ha apostado por un Estado palestino, pues sus ciudadanos son apátridas.
Es sumamente apropiado que la mujer de la Autoridad Palestina que decidió lanzar formalmente la petición de Estado es una
orgullosa madre de cinco asesinos, de los cuales uno ha muerto, mientras que los otros cuatro han sido condenados a
cadenaperpetua en Israel. Después de todo, una mujer que enseña a sus hijos a matar a israelíes, incluso a expensas de su
propio bienestar, es el perfecto emblema de un Estado palestino dedicado a destruir a Israel, incluso a expensas del
bienestar de su pueblo.
Y si esa acusación parece exagerada, basta con considerar la impactante entrevista al embajador de la
OLP en el Líbano, Abdullah Abdullah, en el diario libanés Daily Star .
El embajador dice inequívocamente que los refugiados palestinos no se convertirán en ciudadanos del Estado palestino, tan
buscado en las Naciones Unidas … Esto no sólo se aplicaría a los refugiados en países como Líbano, Egipto, Siria y
Jordania (u otro de los 132 países donde residen los palestinos), dice Abdullah, sino que “incluso los refugiados palestinos
que viven en [los campos de refugiados] en el interior del Estado [palestino], seguirán siendo refugiados. No se tomarán en
cuenta como ciudadanos”.
“Cuando tengamos un estado aceptado como miembro de las Naciones Unidas, esto no significará es el fin del conflicto. Un
Estado no es una solución al conflicto. Es sólo un nuevo marco que va a cambiar las reglas del juego”.
La Organización para la Liberación de Palestina seguiría siendo responsable de los refugiados, y Abdullah dice que continuará su trabajo como de costumbre.
Esto es simplemente increíble. Durante años, el mundo ha apostado por un Estado palestino alegando que los palestinos
son apátridas y que merecen un país propio. Y ahora, un alto funcionario palestino ha anunciado que, una vez que reciban
un Estado, la mayoría seguirá siendo apátrida – incluso quienes, de hecho, viven en “Palestina”.
Por otra parte, el nuevo Estado no podrá proveer estos servicios a los residentes: se espera que la UNRWA – o más
exactamente, los contribuyentes estadounidenses y europeos que proporcionan el grueso de la financiación de esa
organización – continúe patrocinando su educación, salud, prestaciones sociales, etc. Según la UNRWA, algunos 689.000
de los 2,4 millones en Cisjordania, así como 1,1 millones de 1,5 millones de palestinos de Gaza son refugiados.
Así, además de los 2,9 millones de refugiados de la diáspora palestina, el 45 por ciento de los habitantes del nuevo Estado
también seguirán siendo apátridas, privados de la ciudadanía y de los servicios por el país que el mundo imagina que está
creando, con cariño, para atender sus necesidades.
Por supuesto, la Autoridad Palestina no quiere un Estado para atender las necesidades de su pueblo, sino para avanzar en su objetivo de destruir a Israel.
Dar la ciudadanía a los refugiados pueda menoscabar su demanda para establecerse en Israel y destruir demográficamente
al Estado judío. Y si el precio consiste en dejar la mitad de su gente en la miseria, sin Estado, para las próximas décadas o
siglos, es perfectamente aceptable.
De la misma que Latifa Abu Hmeid piensa que un hijo muerto y cuatro en la cárcel es un precio aceptable a pagar por el
objetivo de matar judíos.