El 9 de octubre,en el marco del Foro Mujeres de Éxito y ante un auditorio lleno, la pre-candidata para la Presidencia de la República del PAN, Josefina Vásquez Mota, se dirigió a la Comunidad Judía de México. Con el carisma que la caracteriza, fue entrevistada por Ezra Shabot,analista político, locutor y periodista. Hubo algunos intercambios donde ambos hicieron muestra de un fino humor, para deleite del público asistente.

EZRA SHABOT Bienvenida, Josefina, esta tarde.
Josefina tú llegaste a este mundo de la política desde el mundo de los negocios y en la línea del desarrollo humano, ¿De dónde Josefina Vázquez Mota establece ese brinco del mundo de los negocios al mundo específico de la lucha por el poder?

JOSEFINA VÁSQUEZ MOTA: Agradezco esta invitación de la Comunidad, me siento muy emocionada y ofrezco una disculpa, pues vengo del Estado de Michoacán, ahora estamos caminando todo el país y eso me ha permitido volver a sentir a México, volver a sentirlo en sus esperanzas, volver a sentirlo en su desesperanza, en su desaliento, en su reclamo y particularmente volver a sentirlo como esta apuesta de amor por México.

Agradezco muy en especial a quienes me han hecho sentir siempre parte de esta Comunidad extraordinaria y sin la cual jamás podríamos entender a México. Es una Comunidad con la que yo siento lazos de cariño y de amor, es una Comunidad que tiene mucho qué brindarnos a los mexicanos: su espíritu de comunidad, su solidaridad entre ustedes, la defensa de sus tradiciones y la capacidad de emprender y generar prosperidad. En particular quiero agradecerle a mi familia, la familia Achar, que siempre me ha hecho parte de ellos y que sin ellos mucho de lo que he podido construir no hubiese podido darse y tenerlos aquí esta mañana, es de verdad esperanzador y una gran fortaleza. Gracias a todos quienes hemos compartido y gracias también, por su puesto, a mi amigo Ezra que lo conozco desde hace un buen rato.

Y bueno, esta historia empezó como la de muchos: yo soy hija de un comerciante que vende pintura y como a muchos de ustedes, a mí también me llevaban a las tiendas de mi papá, porque entonces a uno no le preguntaban si quería o no ir a la tienda, no es como ahora que los jóvenes a los 40 años siguen estudiando su maestría tres y no van a la fábrica, en esa época no había de otra, uno iba y era parte de ese esfuerzo y de esa vida de emprender.

Yo me acuerdo estar subida en el galón de pintura para alcanzar el mostrador, ahí aprendí lo que significa comprar y vender, y ahí aprendí que se comerciante de pronto es más difícil que ser un buen ingeniero o abogado, porque el comercio es un arte y hace poco me preguntaba un periódico muy importante en México: “¿Cuáles son los aromas que más recuerdas de tu niñez? “Y no pude decir toda la verdad, porque es muy difícil explicar qué es el tíner y el aguarrás, sinceramente cómo podía hacerle yo para explicar, así que me salvó mi mamá que es una excelente cocinera y dije “los aromas de la cocina”, pero aquí entre nosotros les puedo decir, todavía entro a una obra de carpintería y ese olor a tíner y a aguarrás me parece un éxtasis que me recuerda a la niñez y comento.

Esto porque es parte de mi origen y en este origen, todos recordamos cuando en México empezamos a vivir estos gobiernos megalómanos y represionistas; los controles de precios, cuando se nacionalizó la banca.

En 1982, se puso un control de cambios y podíamos salir al extranjero con 500 dólares, yo lo recuerdo muy bien porque fue mi primer viaje a Europa con mi familia y me tocó que sólo podíamos llevar 500 dólares-lo cual sería inédito para un joven del día de hoy- y me acuerdo en ese reclamo ciudadano empresarial, muchos decidimos venir del mundo de la empresa al mundo de la política.

Fue cuando surgieron liderazgos muy importantes que empezaron a animar a los jóvenes que estábamos en el sector empresarial y nos decían que ya no basta venir a las cámaras empresariales, ya no basta venir a las cámaras de la industria del vestido o a la industria de la construcción o a las manufacturas. Tiene que haber voces del sector empresarial que vayan a luchar desde la política por la libertad de emprender, por la libertad de crear, y era la época donde conseguir una pasta de dientes era más fácil en las banquetas por los controles de precios que teníamos.

Así que a mí me dio por empezar a luchar por las libertades, y empecé a dar muchas conferencias en México y en muchos países de América Latina y la verdad, me empezó a ir muy bien, como diría la canción de Juan Gabriel “Yo vivía muy feliz, yo vivía muy bien” , le decía el otro día a Carlos Medina “hasta que te conocí”, porque muchos liderazgos empresariales se vinieron a la política: Ernesto Rulfo, Carlos Medina, muchos que después fueron gobernadores y empezaron a construir desde el mundo de la política, así es como se da la construcción de este puente del mundo de la empresa al mundo de la política.

Es por todo esto que me da mucho gusto venir a esta comunidad, porque aquí nadie me tiene que convencer de lo que significa arriesgar, de lo que significa crear un empleo, de lo que significa abrir una fábrica o un negocio, de lo que significa la capacidad de construir prosperidad.

Se dio este ingreso en el año 2000 y ahí se empezó a escribir otra historia.

ES Josefina, cuando tú en el 2000 llegas como diputada, y a partir de eso el mismo Carlos Medina, y entras en la Secretaría de Desarrollo Social, este crecimiento dentro de la Secretaría de Desarrollo Social te convirtió en una mujer de política, no eras una mujer de política, yo vi ahí a alguien que como esponja, comenzó a absorber absolutamente todo: una capacidad de negociar desde SEDESOL con priistas, con unos dinosaurios estilo lo que era el gobernador de Oaxaca, uno se pregunta ¿Cómo un político, o en tu caso una mujer que entra en la política y empieza a relacionarse con una clase política mexicana que no sólo da vergüenza: da miedo- y a partir de esta realidad, tienes que pensar que esto se puede cambiar, cómo le haces?

JVM Pues mira, recordaremos que fuera de la alternancia, había una gran esperanza, había una enorme expectativa, había incredulidad de que ganara otro partido político, y sin embargo; yo llegué justo cuando había una gran esperanza en el país. Me invita Carlos Medina a participar en la Cámara de Diputados, lo hice la primera vez en 1997 y yo llegaba con mis hijas muy chiquitas a Chihuahua y entonces le dije a Sergio mi esposo: “Mañana, voy a conocer a Felipe Calderón, es el Presidente del PAN, no lo conocía”, y me preguntó: “¿A qué vas a conocer a Felipe Calderón?”, le dije “Es que Carlos Medina quiere que vaya al Congreso” y me dijo Sergio:”Mira yo te he apoyado en todo pero en la política, jamás, porque eso es sólo para gente que no es decente”.

Ese día aprendí dos cosas: aprendí que la política puede ser para gente que sí es decente y honorable y aprendí que nunca jamás volvería a pedir permiso porque me fue muy mal…

Entonces recuerdo que ya no llegué a conocer a Felipe Calderón y para el año 2000 me volvieron a invitar, y llegué al Congreso, donde conocí al Presidente Vicente Fox y conocí a quien después sería el Presidente, Felipe Calderón, que era el coordinador de mi grupo parlamentario.

Yo siempre he sido una optimista necia con el país, y eso lo aprendí de mi familia y aprendí que había que teníamos la capacidad y la fuerza de construir lo que México requiere, así que llegué al Congreso, duré 3 meses ahí y el Presidente Fox me invitó a la Secretaría de Desarrollo Social y debo confesarles aquí, a esta comunidad maravillosa, que los primeros meses fueron muy difíciles, que al igual que Ezra, no era el único, había casi apuestas de cuánto tiempo iba a durar en SEDESOL y había apuestas legítimas, porque yo no venía de una trayectoria política, y porque en ese Gabinete había hombres como Castañeda, como Pancho Barrio y como Carlo Abascal, quienes ya habían estado en el mundo de la política.

Yo sabía que tenía que probar al Presidente Fox que no se había equivocado y recuerdo esos primeros meses en SEDESOL prácticamente trabajando 18 horas diarias incluyendo sábado y domingo conociendo la Secretaría, conociendo los programas, preguntándole a la gente, pero lo que más me ayudó es que no llegué con una mirada de política, yo llegué a la política con una mirada de ciudadana y entonces eso me permitió empezar. Por ejemplo, quitamos el programa de la tortilla, que era un programa con mucha corrupción, y cuando yo dije “voy a quitar el programa de la tortilla”, me dijeron “vas a hacer una revolución social y vas a generar una rebelión social”.

Y no se generó porque había corrupción y no había valores de beneficiarios así que empezamos a hacer que creciera la política social y reconozco que tuve que cambiar mi equipo. Primero empecé con un equipo poco profesional, con un equipo como muy del partido y después me fui a buscar a los mejores, fui a buscar a los mejores hombres, a las mejores mujeres, y lo digo con mucho orgullo: creo que la Secretaría de Desarrollo Social logró uno de los equipos más exitosos y sólidos en el gobierno del Presidente Fox y así empezamos a hacer crecer la política social.

Algo que aprendí en la SEDESOL fue a caminar México; y desde entonces sigo caminando México; y desde entonces no he dejado de caminar el país, y ahí aprendí la grandeza de los mexicanos sobre todos los desastres naturales. En el Huracán Stan, el Presidente me dejó a cargo de Chiapas donde se habían perdido más de 40 mil viviendas. Me fui a vivir al cuartel militar porque me pareció poco considerado irme a vivir a un hotel cuando la gente lo había perdido todo, así que le pedí un cuarto a los militares y viví ahí un mes. Todo esto me permitió conocer varias cosas: primero, lo que es la pobreza de verdad, después, lo que sí es la capacidad de trabajo de nuestra gente, que es gente que de verdad no quiere ser pobre.

Solamente comentaré uno de los tantos momentos que viví: en un programa muy importante con Don Alfredo Achar de construcción de viviendas para las familias pobres, me acuerdo que entregábamos las escrituras de las viviendas y la mayoría de las escrituras se las entregábamos a las mujeres, y hay como una expresión física, cuando uno le da las escrituras una casa a una mujer, las abraza, y no solamente las mujeres pobres: todas las mujeres queremos las escrituras de nuestra casa, todas, y aunque los señores nos digan, mira mejor te rento una casa porque financieramente… decimos: NO, tú has lo que quieras con tu negocio, pero a mí me firmas las escrituras de una casa y son las que yo quiero tener porque son para mí y para mis hijos.

Las mujeres pobres, Don Alfredo lo sabe bien, abrazaban las escrituras de su casa, y a mí me encantaba preguntarles: ¿qué prefiere, las escrituras de una casa, o un mal marido? Y todas contestaban: las escrituras de una casa por supuesto. También les decía que se pueden tener las dos cosas, las escrituras de una casa y un excelente marido, lo cual lo creo fervientemente. Así que ir a SEDESOL me permitió ir a conocer la pobreza, la desesperanza, pero también la grandeza y la capacidad de trabajo.

ES: Yo recuerdo Josefina, que ahí en SEDESOL, algo que, incluso en términos de la Comunidad Judía es muy significativo, algo que tú mencionabas constantemente, decías que un día un líder te decía: queremos seguir siendo lo que somos, pero no queremos seguir estando como estamos, creo que esto es uno de elementos fundamentales de lo que se quiere hacer cuando se vive en comunidad, mantener determinados tipos de costumbres y de tradiciones, pero al mismo tiempo sacar a esa gente o por lo menos entregarle a esa gente instrumentos que les ayude a salir de la pobreza. Es un país que a pesar de lo que se haya hecho, sigue viviendo la mitad de su población en la pobreza, hay algo que no funciona entonces.

JVM: ayer estuve en el Estado de Veracruz y también hay comunidades muy pobres, y por supuesto yo daré dos o tres propuestas de cómo realmente superar la pobreza, pero también creo que sería justo dejar reconocer que ha habido cambios: hoy tenemos más becas para niños y jóvenes que en el resto de la historia del país; hoy ves muchos pisos de tierra que ya son de cemento; hoy ves en zonas rurales edificaciones y agua potable…

Yo he caminado por estas zonas y he visto el cambio. Cuando dejé la Secretaría de Desarrollo Social había bajado la pobreza y eso es algo que sí es importante destacar, porque hay que decir que en este país hay esperanza y se puede- y se debe bajar- la pobreza.

Ahora ¿qué creo que debemos de hacer para bajar la pobreza de manera más significativa? Primero, la economía tiene que volver a crecer, y para que la economía pueda crecer, yo quiero hacer una propuesta en la Comunidad que después la quiero llevar a todo el país: tenemos que volver a prender los motores de la economía interna.

Creo que fue un acierto haber abierto la economía, pero yo creo que nos equivocamos cuando abandonamos el mercado nacional, abandonamos la industria de la manufactura, abandonamos en gran medida la industria de la construcción, no dimos los incentivos correctos al turismo, no dimos los incentivos correctos a abrir más comercios y hacerlo más fácil y hacerlo mejor, porque yo lo sé y cada día lo sé más: no hay mejor política económica y social que la generación de un empleo. Por lo tanto lo que ha pasado en Brasil es lo que tiene que pasar en México: que millones de mexicanos se conviertan en consumidores. Prefiero millones de mexicanos consumiendo una casa, un refrigerador, un comestible, un vestido, un automóvil que tenerlos en la lista de la Asistencia Social, y eso sólo se logra si logramos fortalecer el mercado interno, no con esquemas profesionistas. Pero tenemos que fortalecer el mercado interno; la segunda apuesta es la educación, ya más adelante seguro hablaremos de la educación porque también estuve en la SEP, también conozco al sindicato (público: y a la maestra Elba Esther) así que se lo que esto significa. Después de negociar con la profesora, yo regresaba del IPADE y decía: todos sus cursos de negociación se quedaron cortitos.

Aquí, hay una familia muy buena que un fin de semana me prestó algunas de sus casa en Cuernavaca para hacer una de las últimas negociaciones con la maestra antes de renunciar la alianza por la calidad de la educación. Y una de las personas que más quiero en mi vida, que me prestó su casa, me dijo: yo te presto lo que quieras para que México sea mejor, pero prométeme que la que se va a quedar a dormir en mi casa seas tú -y sí cumplí por supuesto.

Así que como ven, ustedes también me hay ayudado a ese proceso.