JESSICA KREIMERMAN LEW EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

 

I. JUEGO

“AMO ODIAR,” dice un grandulón de 22 años, fan del equipo de fútbol Hapoel Tel Aviv. Hace diez años conoce a un chico de su edad, fan del odiado rival, Macabbi Tel Aviv y desde entonces son mejores amigos. En los juegos, se odian apasionadamente. Ambos pertenecen a los “ultras” de sus equipos, los chamacos del estadio que entran a través de la puerta Che Guevara, cuyas voces claman la guerra a través del deporte. El juego y los jugadores son su religión, y allí manifiestan abiertamente lo que otros guardan con mayor discreción. El drama social se vuelve juego. Aquí explotan voces primitivas pulsando polvorín de testosterona. Están listos para usar violencia como estrategia social.

ES EL VERANO de la insurrección interna, que comienza con una protesta en Facebook por el alza del precio del queso cottage, y explota con una joven lanzada a la calle porque no puede pagar su alquiler. ¡Dai! ¡Basta! Su voz hace eco con cientos de miles que trabajan seis días por semana sin alcanzar el mes, mientras algunos aprovechados “cerdos”, acumulan los bienes hacia arriba, apoyados por un sistema político que ha facilitado este proceso.

ISRAEL INICIA la vida estatal más cerca del comunismo. Hoy es castillo del capital, los shopping malls y edificios habitacionales de lujo brotan por esta antigua tierra como hongos mágicos en el país de Alicia.

LOS INMIGRANTES de principio de siglo XX establecen tiendas de campaña en la arena y convierten una tierra de pantanos en próspero reverdecer. Fortalecidos por su idealismo de retorno a la tierra ancestral, y milenios de exilio, buscan puerto seguro después de una experiencia de casi muerte. Construyen un jardín de Edén y castillo acorazado a la vez. ¿Quien se hubiera imaginado que el resultado, sesenta y tres años después, sería un enorme pantano político y social?

“Este verano,
la guerra está en la calle.”

LOS MANIFESTANTES del siglo XXI establecen cuartel general de tiendas de campaña en el elegante Boulevard Rothschild, nombrado por el mecenas benevolente que financió mucho de la construcción de este país aún antes que fuera estado. Las protestas se replican por la tierra de Israel. Incluso árabes en Haifa viven ese verano en tiendas de campaña, acto de poder pacífico y simbólico.

ES UN MOVIMIENTO AMORFO, sin cabeza, con muchas voces incluidas, y por ende con poca claridad. Se manifiestan los sábados después de Shabat, y los participantes se multiplican con el paso del verano. La última reúne a 450 mil que marchan las calles buscando un estado de bienestar para todos.

LA GENTE EXIGE justicia social, el regreso a las bases que originalmente fueron propuestas. No se pierde la ironía que se reclama por bienestar mientras un pueblo se sienta encima de otro. No era esa la intención, más ese es el resultado. Para aguantar la situación en el cotidiano, se tiene que vivir con disonancia interna, y hay un precio a pagar por ello.

LA POBREZA no es de niveles africanos. Israel es una de las economías boyantes de esta época. El enriquecimiento desbordado y desequilibrado que genera oligarcas y plebeyos, ha sido apoyado por los más recientes gobiernos, para detrimento de aquellos que contribuyen a su sociedad plenamente y que ahora se levantan en protesta. El gobierno es influenciado por la inmigración rusa, que ejerce peso anticomunista, ultraderechista, nacionalista. Se ocupan de ingresar leyes cuyo efecto es inflamar la discusión y agravar la animosidad.

LA CUESTIÓN de distribución se agrava porque toda decisión económica es decisión política. Desde que los territorios de Cisjordania y Gaza fueron asentados en 1967, uno tras otro gobierno elige invertir capital en los territorios, marcando “datos en el piso.” En la medida que el sistema más gira hacia la derecha, menos se invierte en el centro de Israel, en las fronteras existentes, terrenos frágiles como queda claro este verano.

 

II. JAREDIM

EL FINANCIAMIENTO también se dirige a otro sector controvertido de la sociedad, el de los ultra ortodoxos o jaredim, que niegan la validez del estado de Israel. Su mayor anhelo es vivir en Jerusalem, estudiando Torah y practicando la religión como ellos la interpretan.

AÚN CUANDO es subsidiado por el estado, el mundo jaredi, en su faceta extrema, considera al gobierno “sionista” enemigo de los judíos. En sus casas hablan Idish para marcar diferencia entre la lengua sagrada y la cotidiana.

SUS PELEAS son las mismas peleas que trajeron del shtetl y de antes de la destrucción del Templo. Desde entonces, y hace mucho tiempo, judíos que se consideran practicantes se odian entre sí, y se siguen odiando ahora. Tener enemigos externos es excelente distractor para no ocuparse de la vida interna.

SU NARRATIVA tiene la fuerza de milenios, de generaciones arriesgando vida y libertad para mantener el mensaje. Hay santidad ahí, por supuesto. Rodeada de costras de heridas pasadas. Miran con horror aquellos que tienen el privilegio de ser judíos y no practican. Los consideran huérfanos, perdidos, vacíos de contenido. Para ellos, el pueblo de Israel continúa en exilio. Impacientemente esperan y rezan y empujan, a veces, para que el resto de los hermanos regresen al camino y así apresurar la llegada del mesías que finalmente les traerá paz.

HAY QUIENES NACEN en el seno jaredi y abandonan el barco en cuanto tienen uso de voluntad. Muchos más seculares forman vertiente de conversión hacia la práctica devota. Tremendo poder ejerce la Torah. Los hombres se enamoran de ella más que de sus mujeres.

LA VISIÓN jaredi, con su encuadre eminentemente heterosexual, choca frontalmente con la abierta sociedad representada por Tel Aviv, que suelta las etiquetas, los estereotipos, y las barreras de comida, santidad, castidad y estudio, a favor de la libertad personal y convivencia con el resto del mundo.

LA SED de espiritualidad que existe en el mundo secular es saciada en caminos alternativos. Es un crisol de interpretaciones y prácticas más allá de la ortodoxa. La sociedad secular invoca Derej Eretz el camino de la tierra. “Derej Eretz kadma la Torah” se dice en las enseñanzas. Este camino precede la Torah. Antes de ocuparse de las formas, construyamos el fondo. El camino de la ética, del comportamiento, de la educación. Se traduce en actos cotidianos, con el entorno: ser mensch, ser humano.

“JERUSALEM ES UNA sublime ciudad,” dice una veterana sanadora que comparte ciudad santa con los hermanos que viven religiosamente el camino, “Pero creo que es más fácil ser espiritual en Tel Aviv.”

 

III. ÁRABES

LO QUE SE DERRUMBA en estos días es la frágil paz con Egipto, con Turquía, con Jordania. La primavera árabe se calienta con el verano. ¿Dónde está el reino de Persia en todo esto? Israel es el villano favorito de la región. Con cada nuevo golpe, los israelíes comprueban el cuento de nunca acabar que detrás de una cara amable puede haber un potencial enemigo. No están dispuestos a tomar más riesgos. Tampoco están dispuestos a escuchar reclamos del mundo, que no entiende, por lo que ya no se molestan en explicar. Hay intentos de paz, por supuesto. Pero esas voces son vilipendiadas. Es un círculo vicioso, donde actos de amor son equivalentes a actos de traición. En ambos lados.

LA FORZADA interacción ha generado muerte y enfrentamiento, cansancio, continuado duelo. También empatía, admiración, deseo, rendición, arte, amistad, valentía, y relaciones personales que todavía no se pueden expresar abiertamente. Detrás de tanto odio, tiene que haber equivalente amor. Aunque más árabes hablan hebreo de lo que israelíes hablan árabe, en el idioma también se está generando una nueva modalidad. Las palabras compenetran.

SÁBADO EN LA NOCHE, a lo largo del tayelet, el malecón que lleva de Yafo a Tel Aviv, se asientan grupos de familias extendidas cada una en su pequeño terreno. Disfrutan la brisa, descansan del calor matutino. Miran la mar, hacen picnics, juegan entre ellos. Son pequeños grupos, algunos de árabes, algunos de judíos, religiosos y no. No revueltos. No es convivencia, más si coexistencia.

ACERCAMIENTO.
Es inevitable el acercamiento.
Viven lado a lado.
Ninguno tiene intención de mudarse.

LOS ÁRABES ISRAELÍES y los palestinos han avanzado en esta lucha. Más allá de la opresión cotidiana, han construido vidas interesantes, se han educado, han prosperado, han emigrado, han sufrido, conocen el exilio y el mundo, se expresan. Con ésto se han pulido y entrenado para una vida digna y equilibrada. Lo constructivo del occidente se mezcla con lo constructivo del oriente.

ALGUN BIEN ha emergido de este choque de culturas. Con todo y su odio al estado de Israel. Con la indignación de que su milenaria cultura fuese perturbada por el occidente, haciéndolos pagar los platos rotos de las guerras europeas. Las universidades israelíes están llenas de árabes, aprendiendo a regañadientes y a veces en confrontación con sus primos judíos. Pero aprenden. También ellos y ellas abren los ojos. Ahora saben jugar el juego, han ganado algunos partidos. Manejan los medios magistralmente. El mundo está de su lado y aparentemente quieren todo el pastel.

IV. DEFENSA

ANTE EL PELIGRO, las defensas se plasman, una encima de otra. Hablan de construir una fortificación más segura en la frontera con Egipto. Es construcción apegada al orden, controlante del inevitable caos. Más la vida es flujo, y en estos tiempos seremos testigos de cómo toda barrera, y todo muro será derribado.


VARIOS AMIGOS tienen hijos en las Fuerzas de Defensa Israelí. Algunos en programas especiales donde el ejercito financia sus estudios académicos compensándolo con servicio a la nación durante seis años, con excelentes condiciones. Escogen a la crema de la juventud para estos puestos. Hay quienes sienten un profundo orgullo en su sistema de defensa y seguridad. El ejército transforma niños y niñas en hombres y mujeres. Les entrega formación para la vida, amistades de largo plazo, un bonding especial con la sociedad a la que pertenecen. Gracias a éste, Israel vive una vida social, laboral y económica estable.

EL SOLDADO Gilad Shalit vivió cinco años secuestrado en un lugar de Gaza, sin la menor consideración humanitaria de sus captores. Y ¿que pasa con los mil presos que exige Hamás de intercambio para su liberación? ¿Se regresan mil peones para liberar un alfil? Cuántas madres y esposas, hijos e hijas en todos los lados del conflicto sufren por sus secuestrados y encarcelados. ¿El dolor de quien duele menos?

“MI HIJO me dijo algo que a cualquier padre le erizaría los pelos. Me dijo que estos tres meses hay que aprovecharlos al máximo porque después no sabemos que pueda pasar.” Y es que a fines de noviembre este joven entra al ejército, calificado dentro del perfil 97, el más alto grado de salud física y psicológica que puede tener un recluta. No quiere pelear. Prefiere ir a la cárcel.

LA JOVEN mujer que establece la primera tienda de campaña en Rothschild es señalada, también. ¿No fue al ejército? Tiene epilepsia, pero hizo voluntariado. No es suficiente. ¿Tiene derecho ella a reclamar servicios de un estado al que no sirvió? Un número creciente de jóvenes acude a todo tipo de excusas para no participar en este emblema nacional, o por lo menos ser relevados de las reservas. En instituciones oficiales y algunas organizaciones judías por el mundo, se tiene vetado el empleo a quien no se entrega a la institución militar. Se añade otra capa al laberinto de las divisiones sociales.

DOS JÓVENES RECIÉN inmigrados cumplen tiempos reducidos según su edad y estado físico y mental. Entran patrióticos, salen hartos de mentira, mal trato, derroche de su tiempo. No pasan la prueba de la masculinidad. La cárcel militar es lugar común para una capa de reclutas. Es instituto que se burla de los pacifistas, quiebra a los débiles y doma a los rebeldes.

LOS APTOS para servir, constituyen sangre nueva para viejas heridas que no coagulan. Ante todo son soldados: por sobrevivir se desconectan de su tremenda sensibilidad en servicio de una causa mayor a ellos. No son víctimas, sino guerreros, su causa es la supervivencia del Estado. Tierra Santa, llena de almas sin descanso.

V. DESESPERANZA

ARIEL SHARON, eminente político, odiado y admirado, símbolo de fuerza y patriarcado potente y provocador, desde el 2006 vive en coma. Cinco meses después de la retirada unilateral de la franja de Gaza, sufre una hemorragia cerebral que lo deja espectador fantasma en la aparente debacle de su amado país. Pueblo aturdido. Sin cabeza. Sin líderes.


UN VETERANO en su séptima década crece con el sueño de un Estado Judío y es parte de su construcción. “Desde que recuerdo,” dice el sabra, “estamos ‘cerca’ de tocar la paz, cerca, cerca. Perdí la esperanza cuando mataron a Rabin. Ahí supe que los extremistas habían ganado.” Ambos lados tienen un veinte por ciento de fundamentalistas, que mantiene secuestrada a ochenta por ciento de la población cansada, desilusionada, dolida.

LA JOVEN PAREJA, ella embarazada, a punto de enviar a su primer niño al kínder. ¿De donde sacan tres mil shekels (880 dls) adicionales cada mes?

UN PROFESIONAL del tambor mira la playa nocturna de Tel Aviv mientras rondan helicópteros encima de la mar. ¿Será un posible atentado? Piensa que su país se encuentra en el instante previo a una guerra devastadora: que las señales son claras y se pueden leer como lo pudieron hacer algunos judíos europeos que se escaparon antes de la masacre del siglo XX. “Siento que este verano más me vale disfrutar lo máximo. Y me pregunto si debería irme de aquí antes que sea demasiado tarde.”

SU AMIGA, que vive en un moshav, trabaja en novedosos modelos de educación y baila excelente salsa, opina que el problema es que la gente no está convencida que pertenecemos aquí. Israel ha perdido demasiados amigos. Incluso amigos judíos.

UNA MUJER CIEGA, es guía de un pequeño grupo de Israelíes a través de cinco cuartos en total oscuridad. Sin la ayuda de los ojos, se identifica cada ambiente, desde un parque hasta un mercado hasta un bosque. Invita a sentir lo que siente una persona invidente. Es un ejercicio que se hace posible en el museo para niños en la ciudad de Holon. Al final de la visita a oscuras, y por las preguntas que hace el grupo, me doy cuenta que la mujer que guía es árabe.

Espera la parte segunda de este artículo por enlacejudio.wpengine.com

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