ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

La guerra y las hazañas épicas han sido plasmadas en obras cinematográficas desde los primeros años de la industria. Sin embargo, mención aparte merece el período de la 2da Guerra Mundial, pues en parte por temor, en parte por dinero y en parte por presión durante los primeros años del conflicto no hubo verdaderamente obras que denunciaran lo que estaba ocurriendo en torno a la judería europea.

Lo anterior se desprende de la ilustrativa e interesante conferencia que el Dr. Michel Berenbaum ofreció en la Comunidad Bet El, días atrás. Mediante un recorrido de algunos hechos históricos que el cine ha consignado, el especialista en temas de la Shoá reveló datos por demás interesantes. Por ejemplo, cuando Charles Chaplin realizó el Gran Dictador, que era una parodia del sanguinario Adolfo Hitler. Cuando se exhibió y ante el gran éxito alcanzado, no faltó quienes apuntarán que Chaplin tenía ascendencia judía. Pero, algo más profundo fueron las acusaciones de que los judíos norteamericanos habían presionado a fin de que Estados Unidos entrara en la guerra.

A pregunta expresa de enlacejudio.wpengine.com , sobre la película “La Vida es Bella” que, como se sabe, versa sobre un padre y su hijo que son llevados de Italia hacia un Campo de Concentración, el Dr. Berembaum se limitó a encogerse de hombros. En tanto, el Dr. Jaime Romanovsky, quien junto al Dr. Jaime Murow son estudiosos del tema, y se dedican a difundir temas de la Shoá con el propósito de hacer conciencia, señaló: “No es una película seria y muchos sobrevivientes la han tomado como un insulto”.

“Ojalá y hubiera sido tan bonita la estancia para los judíos como se pinta ahí”, acotó.