MAX BERY PARA ENLACE JUDÍO

¿Qué se puede decir de las mujeres judías? La creencia de que la mayoría de los judíos descienden de los antiguos Israelitas es de hecho una perspectiva muy “machocentrista”. Mientras que los antecedentes de la mayoría de los padres fundadores del pueblo judío se localizan en el Cercano Oriente, el origen y la historia de las madres fundadoras son un misterio que poco a poco se está aclarando. La evidencia del ADN sugiere que muchos judíos pueden ser descendientes de conversas por parte de su línea materna.

La confirmación de esta teoría no sería una sorpresa. A través de la historia, las mujeres casi siempre han asumido la religión de sus maridos, y esto es especialmente cierto en la Biblia. El hijo de Jacobo, Judá, se casó con una cananea, su hermano José con una egipcia, con la cual tuvo dos hijos, Menase y Efraím, quienes se volvieron los patriarcas de dos de las doce tribus; y Moíses se casó con Zipora, la hija de un sacerdote midianita.

Una de las expresiones bíblicas más elocuentes de lo que significa ser judía procede no de una Israelita pero de una gentil- Ruth. El libro de Ruth ha sido considerado como una de los más tiernas y estimulantes historias de la Biblia y ha sido una inspiración para los conversos al judaísmo. En los días de los Jueces, antes de que se estableciera la dinastía real de Israel con Sául, tuvo lugar la trágica historia de Elimelec y Naomi, de Belén. Para escapar de la hambruna que asolaba su patria, el patriarca se estableció en el país de los Moabitas, unos encarnizados enemigos de los Israelitas. Murió al poco tiempo, después de lo cual sus dos hijos se casaron con mujeres locales, Orpah y Ruth. Cuando los hijos también murieron inesperadamente diez años después, y que la hambruna se extendió también a Moab, su madre Naomi decidió regresar a Israel y convenció Orpah y Ruth de quedar con su pueblo.

La historia toma un giro emocionante cuando Ruth decide abrazar la fe judía. Con el asentimiento de Naomi, se casa con el primo de su suegra, el prospero Boaz, que llegará a ser el bisabuelo del rey David.

El hecho de que los Israelitas se mezclaran con mujeres gentiles no debería chocar los que están familiarizados con la cultura patriarcal que se extendió miles de años atrás. Los descendientes de Abraham nunca fueron” puros” a lo largo de su linaje femenino. En los tiempos bíblicos una mujer era una forma de propiedad y el matrimonio una adquisición, en la cual ni Dios ni el Estado tienen algo que decir. Aunque la Biblia no menciona nada de las costumbres matrimoniales de los Israelitas durante los siglos de su presencia en Egipto, algunos pasajes sugieren que los matrimonios fuera de los clanes eran comunes. En la Biblia se comentan una serie de tabús sexuales, pero no se menciona nada en contra de la mezcla de gentiles con judíos. Los Hebreos consistían en un amalgama de linajes semíticos y otros. La poligamia era costumbre, los hombres judíos vivían en medio de otras tribus, tomando mujeres locales.

Según las circunstancias se aceptaban mujeres de un clan o de otro. Siglos atrás, cuando Moisés dejó Egipto con su rebaño, trajo con él una gran variedad de tribus, incluyendo muchas que no eran descendientes de Jacobo. Cuando los hebreos vencieron a los Midianitas en una batalla, Moisés les permitió guardar como botín a todas las mujeres que no hubiesen tenido relaciones carnales, 32,000 vírgenes en total. Los guerreros victoriosos en la batalla podían poseer todas las mujeres bonitas que les llamaba la atención, siempre y cuando seguían ciertos ritos y restricciones. Así que el debate sobre la pureza de los primeros Hebreos parece un poco ridículo, ya que había un sin fin de vírgenes gentiles como botín.

De acuerdo con la Biblia esta mezcla tribal siguió después del regreso de los Hebreos a la Tierra Prometida. Los Israelitas se establecieron en medio de Cananeos, Hititas, Amoritas, Hivitas y Jebusitas. ” Tomaron sus hijas por esposas y les dieron sus propias hijas , y adoraron sus dioses“. Tomar una esposa moabita, como en el caso de Ruth no era excepcional. El rey Salomón, supuestamente el más sabio y más polígamo de los Israelitas amó a muchas mujeres extranjeras, incluyendo 700 esposas reales y 300 concubinas. En vez de convertirlas Salomón muchas veces les construyó templos para sus ídolos, lo que provocó la ira de Dios. Entre los años 200 A.c. y 500 B.c. empezó a definirse la identidad religiosa matrilineal. Aunque algunos historiadores contemporáneos mantienen que ligar la judeidad a la madre tiene su génesis en Ezra, el profesor Shaye Cohen mantiene que el edicto rabínico se originó siguiendo las tradiciones romanas, absorbidas por los judíos . De acuerdo a la ley romana, los matrimonios mixtos entre ciudadanos y no ciudadanos producían niños cuyo estatus era determinado por el linaje de la madre. Fue únicamente con la dramática expansión del Islam al principio del primer siglo B.c. que la mayoría de las comunidades adoptó la enseñanza talmúdica de la definición de la judeidad matrilineal.

La teoría de Ruth descansa en gran parte en el estudio, llevado en el año 2002 por el Centro de Antropología Genético, de nueve grupos judíos separados geográficamente. Se encontró que la mayoría de las mujeres judías ashkenazis parecían ser descendientes de europeos no judíos. No se encontraron mutaciones en el ADN femenino, como en el caso de los hombres judíos, y pocos vínculos genéticos con el Oriente Próximo, por el lado femenino. David Goldstein, un participante clave en el estudio, determinó que el judaismo del centro y oriente europeo se desarrolló por medio de un mosaico de pequeñas poblaciones separadas entre sí. Los hombres procedían del Cercano Oriente, eran probablemente comerciantes, y casi nunca traían esposas. Se establecían en medio de una población local, tomando muchas veces esposas locales. Cada uno de los poblados judíos parecen haber sido independientes, y una vez formados, cerraban la puerta a los nuevos conversos. Si esta explicación se mantiene, basándose en la matrilineal determinación de la judeidad, muchas madres fundadoras de los judíos ashkenazis serían los descendientes de conversas, o tal vez hasta de mujeres viviendo como judías que nunca se convirtieron, según la ley israelita y que por lo tanto no eran judías

Se entabló una guerra amistosa entre el grupo de Londres y los investigadores de Haifa por los resultados encontrados. Doron Behar de Haifa estaba convencido de que los resultados de las investigaciones londinenses pudieron haber sido falseados por que el estudio no tomó en cuenta una cantidad suficiente de mujeres. En el estudio del Technión se analizaron 1,700 mujeres y se encontró la evidencia de un acontecimiento inicial, coincidiendo con el principio del primer milenio, del establecimiento de una comunidad ashkenazi en Europa, probablemente en el valle del Rín. Se encontró también que alrededor de 4 millones de los actuales judíos ashkenazis, un 40% de los originarios del centro y oriente de Europa, descienden únicamente de 4 mujeres. Una serie de expansiones y contracciones de la población en Europa, que se extendieron sobre varios siglos, empezando en el treceavo, han esparcido el marcador de las mutaciones a través de varias Comunidades Judías.

Lo que no está muy claro es el origen de estas mujeres judías ashkenazies. Podrían remontarse a los Israelitas que inmigraron a Europa. Hay también alguna evidencia de una mezcla entre judíos ashkenazis y judíos expulsados de España que se reubicaron en Europa. O sino, de acuerdo con la teoría británica, las mutaciones podrían proceder de mujeres europeas y eurasiaticas- confirmando la teoría de mujeres locales. Behar cree que más del 40% de estos 4 linajes, representando el 40% de las mujeres judías, probablemente se originan en la antigua Mesopotamia. El otro 60% casi seguramente tiene raíces europeas y algunas proceden del Cercano Oriente.

Estas conclusiones confirman la historia biblica “de que los primeros Israelitas tomaron esposas dentro de un amplio rango geográfico“. Esta evidencia es consistente con la definición matrilineal de la identidad judía puesta en práctica desde hace mucho tiempo alrededor del mundo.

El estudio en su conjunto de los linajes judíos masculinos y femeninos ofrece una fascinante, pero controvertida, narrativa de la procedencia de los judíos ashkenazis, aunque basada únicamente en dos marcadores genéticos muy pequeños pero reveladores. Los estudios de los cromosomos -Y- y el ADN no confirman la noción alguna vez popular de que los judíos descienden en gran número de los Khazares o de algún grupo eslavo, aunque es evidente que si tienen sangre khazar. La teoría khazar se descartó, cuanto menos en su perspectiva. Probablemente no todos los judíos descienden únicamente de las antiguas poblaciones de Judea y Samaria, como lo sugiere la Biblia, pero la mayoría comparten un linaje antiguo común. La mayoría de los hombres judíos parecen haber procedido del Mediterráneo oriental, con un máximo de un 20% de origen centro asiático, un porcentaje similar al de la mayoría de los demás Europeos. Después de haber sido expulsados del Cercano Oriente y de que la Diáspora tomara distintos caminos por Italia y Asia, los judíos se esparcieron por Europa. Trajeron con ellos algunas mujeres, pero más seguido se acoplaron con mujeres locales.

Asumiendo que entre 80 y 100 generaciones sucedieron desde la formación de la población ashkenazi, se ha calculado que después del asentamiento y formación de varios poblaciones judías, menos del 0.5% de cada generación sucesiva de mujeres ashkenazis tuvo hijos con Europeos no judíos. La conversiones iniciales y la poca mezcla a través de muchas generaciones tuvieron un impacto característico sobre los grupos sanguíneos, los caracteres faciales y el color de piel, lo que ayuda a explicar porque los judíos tienden a parecerse físicamente a los no judíos de su comunidades.Cuántas veces se ha escuchado este comentario ” ¡pero si no pareces judío!”

Los judíos, como otras culturas- como la mormona y los amishs- quedaron ciertamente pegados a su herencia, por lo menos hasta unas décadas recientes. El hecho de que no se ven señales de mezcla genética entre judíos y no-judíos sugiere que, después de la Diaspora, estas poblaciones han logrado mantener su herencia. Las violaciones de las mujeres judías durante los progroms en la Europa Oriental tuvieron cierto efecto,mas no significativo, en el pool genético.

Los judíos han recibido estos estudios confirmando su pureza relativa con una combinación de entusiasmo y inquietud. Reafirman así su pertenencia a la historia e identidad judías: los judíos de la Diaspora están ancestralmente conectados los unos con los otros y con el Israel bíblico, una creencia que une a los religiosos, a los no practicantes y hasta a los ateos. Pero este dato no está exento de controversia. ” Es una investigación excitante”, dice Lawrence Schiffman, el Presidente del Departamento de Estudios Hebreos y Judíos de la Universidad de de Nueva York, él mismo judío ortodoxo. Demuestra que la herencia espiritual y educacional del pueblo judío se ha mantenido a través de los años. Ciertamente jugará un papel en la forma de como los judíos se definen, pero se van a enfrentar con algunos puntos de vista académicos y personales . Estamos en una lucha dentro del judaísmo para definir en qué medida somos una religión o un pueblo. “ Cada vez que las palabras judío y raza se utilizan juntas, aún con todas la calificaciones científicas, habrá espacio para un sinfín de discusiones.”