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25-Julio-2012.-La venta de máscaras de gas se ha disparado en Israel. Desde que el Gobierno sirio afirmara la existencia de armas químicas junto al temor a que Hezbolá se apodere de ellas, los israelíes han salido a adquirir las máscaras. Compradores israelíes han afirmado que la guerra química es inminente, que “ya huele a guerra”. Otros declaran que como desconocen lo que puede pasar, es mejor poseer la máscara.

Desde la guerra del golfo, el Gobierno Israelí subvenciona la máscara y también ha ordenado crear edificios resistentes a los ataques aéreos. La crisis siria supone un “dolor de cabeza” a Israel, que se ve agravado por el programa nuclear iraní.David Friedman, experto en armas químicas y biológicas en Oriente Medio afirma que Siria tiene uno de los armamentos químicos más grandes del mundo. Desde el ministerio de Defensa israelí, han declarado que para garantizar que esas armas no caigan en manos de Hezbolá, recurrirán a la acción militar si es necesario.

La amenaza del Gobierno sirio de usar su arsenal químico “en caso de agresión externa” es propia de alguien incapaz de frenar la rebelión. Sin embargo, es tan seria que ayer no pudo más que cosechar la condena de la comunidad internacional, incluso de China y Rusia. El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, reclamó a Damasco que no caiga en ese “trágico error”.

“El mundo está mirando y tendrán que rendir cuentas”. Cualquier uso de armas NBQ (nucleares, biológicas, químicas) sería “reprensible” a juicio de Naciones Unidas, declaró Obama.