La Turbulencia, Salo Grabinsky

ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

El nombre de Salo Grabinsky es ampliamente conocido en el mundo de las empresas familiares, y, poco a poco, se ha ido abriendo camino en el terreno de las letras. Con un bagaje impresionante de vida, de estudios, de experiencias, de una enfermedad que lejos de reducirlo le dio una dimensión enorme y que hoy –como él menciona.- es molesta.

A los tres años, víctima de polio, su madre, en lugar de compadecerlo, le dio una posibilidad de vida, de superar sus márgenes; que tal vez en ese momento se antojaban insalvables. Le enseñó a leer.

Yo coincido en que todo lo que vino después, es anécdota. Es Ingeniero Químico y ha estudiado y vivido en el extranjero, y desde hace mucho tiempo, ha escrito artículos, libros de su campo de trabajo y, en su haber, ya lleva 3 obras literarias.

La última, “La Turbulencia”, es una obra que atrapa desde las primeras páginas, como mencionó la escritora Victoria Dana: “es un terreno de interés, al cual no se tiene acceso cotidianamente”.

“Hay muchas cosas que llaman la atención”, en palabras de la poetisa Euridice R., coordinadora del taller literario donde acude Grabinsky, “en sólo 130 páginas Salo recrea un mundo de finanzas y donde se desarrolla toda la trama de “La Turbulencia”. Otro de los datos a subrayar es que Salo creó su novela en tan sólo dos semanas de trabajo constante.

Sólo nos resta unirnos a las voces de felicitación de este novel escritor con gran experiencia.

¡Enhorabuena¡

Enrique Rivera: Posterior a un título de periodismo y comunicación, cursa estudios de maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem, ampliando su carrera a técnicas fotográficas. Ya en México labora en varias instituciones judías y tanto sus artículos como fotografías, han sido utilizados en casi todos los medios escritos judíos de México. Ha sido galardonado en premios literarios en el CDI y ha montado varias exposiciones fotográficas como el Centro de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de México, FES-Acatlán y la Kehilá Ashkenazí.