LA VOZ DE RUSIA


En Estonia es muy gracioso recordar los crímenes nazis

Aún no se ha calmado el escándalo con la fotografía publicitaria de la puerta del campo de concentración de Auschwitz para una empresa de gas, cuando estalló otro. Esta vez, en un periódico local apareció un aviso publicitario de pastillas para adelgazar, mostrando de fondo a los prisioneros de Buchenwald.

El primero en reaccionar a este aviso fue el vicealcalde de Tallin, Mijail Kylvart. En su página de Facebook, el vicealcalde montó la fotografía del periódico con el aviso publicitario, utilizando las imágenes de los prisioneros en el campo de concentración nazi. La imagen era acompañada con la inscripción: “¡Las pastillas del Dr. Mengele harán un milagro contigo!”, bajo la foto otra inscripción “En Buchenwald no había ni un solo gordo”. Todo esto causó indignación a Kylvart. “¿Cómo es posible bromear sobre la destrucción masiva de personas?” -escribió en Facebook.

El por qué en las publicaciones de Estonia aparecen tales cosas, se debería preguntar a las autoridades de la República, dice el director del fondo “Memoria histórica” Alexander Dyukov.

—Aquí claramente vemos la falta de comprensión de los que fue el nazismo, que fue Auschwitz y quien era el Dr. Mengele. En realidad no es sorprendente, ya que es difícil esperar algún conocimiento de un país en el que glorifican constantemente las tropas de la SS. Es decir de aquellos que han luchado por los nazis. Vemos que en Estonia el nazismo como tal no fue condenado.

Se podría evitar escándalos similares mediante normas correspondientes. En varios países de Europa existen leyes contra individuos, quienes rechazan o justifican los crímenes de los nazis. Sin embargo las leyes no ayudarán si las personas carecen de educación básica, se lamenta el abogado israelí Eli Gervits.

“Mediante métodos jurídicos es imposible implementar a las personas el sentido de humor o la comprensión de que aquello no es ninguna broma ni jamás podrá ser. La ley es como un hacha, mientras que hay toda una serie de problemas que hay que resolver con un bisturí, es decir, con la educación. ¿Cómo se puede obligar a las empresas a no bromear con esas cosas? En un país que se respete no hay que implementar tales leyes. Cualquier compañía en EEUU, Israel o Alemania que permitiese este tipo de campaña publicitaria, firmaría a sí misma una sentencia de muerte económica”.

“Las pastillas de Dr. Mengele” no es la primera “obra” publicitaria de Estonia que utiliza el tema del Holocausto. Varias semanas atrás, la compañía que vende equipo de gas alemán publicó en su sitio web la fotografía de la puerta de Auschwitz. Según el director general, la calefacción de gas se le asocia con el Holocausto. “Muchas veces oímos bromas de que Hitler se suicidó porque recibió la factura de gas”, -añadió.

Hay que señalar que los publicistas de otros países utilizan de vez en cuando las imágenes asociadas al nazismo. Pero sirven para mostrar algo horroroso. Tan solo las empresas estonias han recurrido a ellas para promocionar sus productos y servicios.