FARO DE VIGO.ES

10 de octubre 2012.-El Gobierno turco confirmó ayer el despliegue de 25 F16 en una base próxima a la frontera con Siria, en medio de las tensiones entre ambos países por el ataque sirio que la semana pasada dejó cinco civiles turcos muertos en Akçakale.

Desde entonces, Turquía responde con bombardeos cada vez que un obús sirio cae en su lado de la frontera. La última réplica de las fuerzas de Ankara fue lanzada el lunes, después de que varios proyectiles sirios cayeran en la provincia turca de Hatay. Los 25 cazas fueron desplegados ese mismo día y se suman a la flotilla con que ya cuenta la base de Diyarbakir, según informó la cadena Al Yazira en su página web.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, compareció ayer en el Parlamento para reiterar que su país no quiere entablar una guerra con Siria, aunque debe estar preparado para cualquier eventualidad.

En parecidos términos, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que la Alianza tiene “preparados todos los planes necesarios” para defender a Turquía de los ataques desde Siria si la situación lo requiere. Sin embargo, el político danés confió en que “no sea necesario” actuar.

También el Ejército libanés reforzó ayer la seguridad en una zona fronteriza del este del país en la que los lugareños habían observado horas antes movimientos de tropas sirias, según informó la Agencia Nacional de Noticias (ANN).

Unidades militares libanesas se desplegaron y establecieron controles en la zona de Mashari el Qaa después de que los testigos informaran de desplazamientos de las fuerzas regulares que combaten a los rebeldes del Ejército Libre Sirio.

Como en Turquía, la guerra civil siria está causando serios problemas de seguridad en Líbano. Así, se han registrado secuestros y ataques sirios contra territorio libanés -a los que, sin embargo, Beirut no ha respondido-, pero, sobre todo, se han desatado enfrentamientos armados entre detractores y seguidores del régimen de Bachar al Asad en la capital y en la ciudad de Trípoli.

Mientras, cien personas podrían haber muerto o resultado heridas en el atentado suicida perpetrado ayer contra la sede de la inteligencia de la Fuerza Aérea en Harasta, suburbio de Damasco, que fue reivindicado por el grupo armado islamista Frente al Nusra.

En un comunicado en su página de Facebook, los islamistas explicaron que un suicida que conducía un automóvil cargado con nueve toneladas de explosivos embistió con su vehículo contra el edificio gubernamental e hizo detonar la carga.

Media hora después, otro suicida hizo explotar una “ambulancia bomba” cargada con una tonelada de explosivos para “atacar a los supervivientes de los servicios secretos aéreos y a las personas que acudieron a ayudarlos tras el primer estallido”, agregó el grupo en la nota, de autenticidad no verificada.

Los rebeldes aseguraron haber tomado el control de Maarat al Neman, en la provincia septentrional de Idleb, tras dos días de combates, y capturado en Homs a trece miembros de la guerrilla chií libanesa Hezbola. El lunes murieron en Siria más de 170 personas.