AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

El Tribunal Constitucional polaco declaró el martes, ilegal la shjitá (faena ritual de acuerdo a la ley judía), en base a consideraciones vinculadas con el bienestar de los animales, informó Piotr Kadlcik, máximo dirigente judío local.

El dirigente recordó que a la excepción especial proporcionada por el Ministerio de Agricultura se sumaba la Ley de Reglamentación de las Relaciones entre el Estado y la Unión de Comunidades Judías de Polonia (UCJP), que preside, aprobada en 1997.

Por su parte, el rabino Pinchas Goldschmidt, presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos (CRE), declaró que “este último acontecimiento en Polonia es un reto muy preocupante para uno de los pilares fundamentales de la práctica religiosa judía”.

La prohibición entraría en vigor el 1º de enero, pero es probable que no sea así porque ese mismo día comenzará a regir una ley que autoriza la faena kosher y halal (de los musulmanes) en los 27 países que integran la Unión

Europea, tal como lo admitió el ministro de Agricultura polaco, Stanislaw Kalemba. Sin embargo, la normativa admite que los países decidan si la aplicarán o no.

“Parece haber aquí una contradicción y es demasiado pronto para decir qué significa”, por lo cual “estamos buscando asesoramiento legal”, informó el presidente de la UCJP.

“En la última reunión de la CRE con el presidente Bronislaw Komorowski advertimos que hay voluntad política de proteger la shjitá y nuestro desafío es asegurar que se traduzca en una rápida resolución respecto de esta confusión constitucional”, anticipó Goldschmidt.

Polonia cuenta con alrededor de 6.000 judíos, según el Congreso Judío Europeo, y “no estoy seguro de que podamos seguir sirviendo carne” kosher en los comedores de todo el país, admitió Kadlcik.

Hay unas dos docenas de mataderos especializados en la faena kosher y halal en este país, que exportan la mayor parte de su producción por un valor de 259 millones de dólares, según cifras del año pasado.

En junio de 2011, un proyecto de ley similar recibió la media sanción de la Cámara Baja del Parlamento holandés, pero a principios de este año fue rechazado por la Cámara Alta.