EL PAÍS

8 de diciembre 2012.-El Ejército egipcio rompió el sábado por la mañana su silencio. En su primer comunicado oficial desde el inicio de la grave crisis que vive Egipto, las Fuerzas Armadas instaron a gobierno y oposición a resolver sus diferencias a través del diálogo, advirtiendo que, de lo contrario, el país entrara “en un túnel oscuro”. El comunicado llega apenas unas horas después de que el diario oficialista Al Ahram hubiera anunciado que el presidente Morsi preparaba un decreto para otorgar al ejército nuevos poderes para garantizar el orden público.

“Las Fuerzas Armadas afirman que el diálogo es la mejor y única forma de conseguir un consenso. Lo contrario nos llevará a un oscuro túnel que resultará en una catástrofe, y eso es algo que no podemos permitir”, reza el comunicado, todo un aviso a ambos bandos por parte de la institución más poderosa del Estado. Los generales asumieron las riendas del país tras la revolución de 1952, y no las cedieron hasta el pasado mes de junio, una vez elegido Morsi. Luego de la caída de Mubarak, fue una Junta Militar quien pilotó la transición durante 16 meses.

Si bien ha abandonado el primer plano de la escena política, el ejército se continúa considerando el garante último de la seguridad de la nación, tal como reiteró en el comunicado, leído por un portavoz y retransmitido en directo por la televisión pública. “Las Fuerzas Armadas asumen su responsabilidad de preservar los intereses vitales del país, y de proteger y asegurar puntos neurálgicos, instituciones públicas, y los intereses de los ciudadanos inocentes”, afirmó el portavoz.

Desde el inicio de la crisis, el silencio del ejército se ha interpretado como una muestra de su neutralidad en la lucha de poder que libran el gobierno y la oposición. La guardia republicana, una unidad de élite del ejército, ha sido la encargada de proteger el palacio presidencial, escenario durante los últimos días de protestas y enfrentamientos. Sin embargo, el ejército en ningún momento ha utilizado la fuerza para reprimir a los manifestantes. De hecho, los activistas consiguieron romper el perímetro de seguridad en torno al palacio presidencial ante la pasividad de los uniformados.

En un intento para implicar de forma más directa a las Fuerzas Armadas en el mantenimiento del orden, el raïs islamista prepara un decreto en el que otorga a la institución mayores poderes, según filtró el sábado por la mañana el diario Al Ahram.

Entre ellos, figuraría la capacidad de arrestar civiles, una potestad reservada a la policía después de que la Junta Militar cancelará el estado de emergencia el pasado mes de mayo, y que había estado vigente de forma ininterrumpida durante más de tres décadas. Poco después, el 13 de junio, la Junta firmó un decreto que autorizaba de nuevo al ejército a detener civiles, pero un tribunal supremo falló contra su legalidad dos semanas después.

“Las Fuerzas Armadas están para coordinar la preservación de la seguridad y la protección de complejos vitales junto con la policía”, establece el documento, al que ha tenido acceso Al Ahram, que asegura que el texto fue aprobado por el ejecutivo presidido por el primer ministro, Hisham Kandil, en su última reunión.