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09 de diciembre 2012.-El Gobierno de Israel aprobó hoy el reclutamiento de 1.300 ultraortodoxos para el servicio social sustitutorio en vez de su llamada a filas, en una criticada decisión interpretada como un gesto a los partidos ultraortodoxos de cara a los pactos de coalición tras las elecciones del próximo mes.

La decisión fue tomada en la reunión semanal del consejo de ministros a propuesta de los titulares de Defensa, Ehud Barak, y Ciencia y Tecnología (responsable del Servicio Nacional), Daniel Hershkowitz. La fórmula permite ganar tiempo hasta que, una vez montado el próximo Gobierno, se resuelva el vacío legal que ha dejado la no renovación el pasado agosto de la ley que regulaba la exención del servicio militar para los ultraortodoxos, declarada inconstitucional por el Supremo.

La decisión mantiene en la práctica la exención, pues los ultraortodoxos siguen sin tener que enfundarse el uniforme militar, como sí hacen el resto de varones (tres años) y mujeres (dos) del país, a excepción de la minoría palestina. En un comunicado difundido tras la reunión del gabinete, el Ejecutivo argumenta que, “sin la decisión de hoy, miles de hombres ultraortodoxos que estarían interesados en integrarse en el servicio civil en la Policía, servicios sanitarios, bomberos, servicios sociales, etc. no podrían inscribirse”. “En 2008 apenas 15 hombres ultraortodoxos se alistaron en el servicio nacional (social sustitutorio). Hoy, más de 2.000 están sirviendo en el servicio nacional”, agrega.

El anuncio ha sido criticado desde distintas partes del arco político. La exministra de Exteriores y líder del nuevo partido Hatnuá, Tzipi Livni, calificó de “indignante” la “intención del Gobierno de ignorar la decisión del tribunal y perpetuar un error social histórico”. “Justo antes de las elecciones, el Gobierno elige escupir en la cara de la mayoría sionista, de la gente que sirve en el Ejército, llamada una y otra vez a la reserva, y que ya no está dispuesta a sufrir esta situación”, agregó.

El responsable del grupo de presión parlamentario de reservistas, el diputado laborista Eitan Cabel, interpretó el anuncio como un adelanto de “cómo será el próximo Gobierno si resulta elegido (Benjamín) Netanyahu”, que “sigue eludiendo toda decisión posible”. Yohanan Plesner, el legislador del Kadima que lideró una comisión de preparación de un informe sobre el tema que luego desestimó el Ejecutivo, cree que Netantayu quiere “perpetuar la evasión ultraortodoxa” de la llamada a filas, que tiene su origen en un acuerdo que cerró David Ben Gurión poco después de la creación del Estado de Israel en 1948. También la derecha más extrema ha cargado contra la medida: el presidente de La Casa Judía, Naftali Bennett, acusó al Gobierno de “tratar de ganar tiempo” y le instó a ofrecer una “solución real”.