MAY SAMRA PARA ENLACE JUDÍO

Ver, en el mismo salón, en un mismo momento, con un mismo corazón, prenderse la segunda vela de Januká en 75 mesas, no es un espectáculo común. Sin embargo, tras escuchar la bendición de nuestro Presidente Eduardo Cherem, recorrimos las mesas donde vimos a los patriarcas, a las matriarcas, a los jefes de familia, o incluso a niños, realizar este gesto milenario, envueltas las caras de luz y emoción, como en un bello cuadro antiguo. Estas familias se abrazaron, se felicitaron y cenaron juntas, formando a su vez una sola, la familia Maguén David.

Los jazanim caminaron a lo largo del gran pasillo, cantando melodías eternas; el Rabino Shelomo Tawil, Rabino Principal de Maguén David, habló de la Festividad de las Luces. Y las voces de los tenores se elevaron en la noche de diciembre, mientras las delicias de Alepo se servían en las mesas.

Si nuestros antepasados hubieran vislumbrado, al bajar de los barcos que los traían a México, nuestra patria, la gran odisea que llevaría a esta noche, también sus ojos se hubiesen iluminado. Si les hubiésemos relatado la pared con setenta y cinco luminarias de cristal, el Centro Maguén David lleno de vida y de movimiento, las nuevas generaciones que tomaron sobre sí el compromiso de la continuidad con tanto amor como se prende una vela; hubieran hecho lo que se hizo este 9 de diciembre 2012: agradecer al Todopoderoso los milagros de los cuales somos testigos, los de aquellos tiempos y los de nuestros días, Bayamim Hahem Bazman Hazeh.