AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

07 de enero 2013.-El Museo Judío de Viena tiene cientos de libros y obras de arte que podrían haber sido robadas por los nazis, informó un periódico austriaco el sábado.

Un programa de selección que comenzó en el 2007, años después de que otros museos austriacos comenzaran a registrar minuciosamente, ha determinado que 500 obras artísticas y 900 textos son de un origen dudoso, dijo Der Santard.

Éste citó en particular pinturas de Jehudo Epstein, quien, mientras estaba en el exterior en 1936, confió 172 trabajos al industrialista Bernhard Altmann para que los guardara. Altmann huyó del país en 1938 cuando la Alemania Nazi anexó a Austria, y su fábrica fue “arianizada”, dijo el periódico. Los nazis confiscaron las pinturas y en algunos casos borraron la firma del artista.

Epstein murió en Sudáfrica en 1945. Luego de 1947 su viuda intentó buscar las pinturas en vano, algunas de las cuales fueron luego vendidas en un remate por Dorotheu, una gran casa de remates de Austria, informó el medio. Una de ellas, “Madchen mit blonden Zopfen”– La niña con las trenzas rubias –, fue comprada por el dueño de la galería y restaurador Kart Kalb.

Varias otras están ahora en la colección del Museo Judío, según el periódico, el cual citó información que obtuvo del museo luego de varios pedidos.

Danielle Spera, quien se convirtió en el director del museo en el 2010, le dijo al periódico que a pesar de los problemas financieros, en diciembre del 2011 contrató a un investigador de medio tiempo para establecer el origen de sus obras de arte. “Cualquier cosa que haya sido adquirida de manera ilegal deberá ser devuelta. No lo dudaremos”, dijo.

Der Standard informó que los líderes de la comunidad judía de Austria cuyas colecciones están en un préstamo permanente al museo municipal votaron en octubre para devolver a los herederos de Epstein una pintura suya llamada “Italienische Landschaft”– Paisaje italiano –, y un trabajo que está en otro museo.

El Museo Judío tiene, entre otras cosas, la propia colección de la comunidad judía, legada en 1992; una colección de Max Berger comprada por la ciudad en 1988; la colección Sussman, la cual es un préstamo que está desde 1992; y donaciones de una colección de Martin Schlaff.