LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Las revueltas populares en el mundo árabe y el movimiento de resistencia política y social en las principales naciones desarrolladas, son evidencia clara de hacia donde se ha estado enfilando la economía global. Las tendencias observadas tenderán a profundizarse y a complicarse en las próximas dos décadas, según se desprende del informe del National Intelligence Council (NIC) presentado en diciembre del 2012, basado en la Agencia de Inteligencia de EUA que apoyó sus juicios con opiniones de académicos, institutos de investigación, líderes políticos y corporaciones en catorce diferentes países y en la Unión Europea.

De acuerdo al NIC, el rumbo del mundo hacia el año 2030 se verá influenciado por el desarrollo de nuevas tecnologías, a las que tendrán acceso un mayor número de personas y por la disminución de la oferta de recursos naturales derivada del cambio climático, el significativo aumento de la población, que en los próximos 18 años pasará de 7,100 millones a 8,300 millones, y la acelerada tasa de urbanización: de 50.0% del total en el presente con el 60.0% en el 2030.

En el escenario que presenta el NIC, en las siguientes dos décadas se modificará el balance del poder; se “dispararán de manera radical, sin precedente histórico”, los cambios políticos y económicos; el entorno que se conformará presentará importantes retos y oportunidades para los países, los inversionistas, las empresas y para los líderes y sistemas políticos. NIC consigna que se incrementará el poder de la ciudadanía frente al de los Estados y se manifestará un notable ascenso de las clases medias, cuyo número se duplicará en el periodo considerado, para llegar a 2,000 millones de personas, gran parte de las cuales se dirigirán a las ciudades.

El aumento de la clase media se dará sobre todo en los países en desarrollo; el factor educativo será vital para su avance; en este sentido, se anticipa que en el Medio Oriente y el norte de África se elevarán los niveles escolares generales de 7.1 años en promedio hoy día a 8.7 años en el 2030 y de 5 años a 7 años para las mujeres.

El ensanchamiento de las clases medias significará elevación de su ingreso y presionarán a los gobiernos en sus demandas de alimentos, agua y energéticos, entre otros satisfactores. La demanda mundial de alimentos, sobre todo de carne y pescado, crecerá 35% en el 2030 y las necesidades de agua ascenderán a 6,900 millones de m3 en ese año, 40.0% más que en el 2012; el agua será un factor de conflictos regionales, especialmente en el Sur de Asia y en el Medio Oriente. El cambio climático acentuará su escasez, y la falta del líquido cambiará los patrones de cultivo, entre otras modificaciones; se requerirán más energéticos para cubrir la demanda creciente de fertilizantes. Los cambios climáticos harán más complejo el manejo de recursos naturales, particularmente en Asia donde los monzones son fundamentales para los cultivos; esta región podría enfrentar escasez de alimentos para satisfacer las necesidades de su creciente población.

NIC prevé el fin del poder unipolar de EUA antes del 2030, hecho que esta última nación ya reconoce desde ahora; no obstante, su relevancia económica se mantendrá en condiciones de igualdad con las nuevas potencias; incluso, se considera que logrará su independencia energética. NIC estima que la participación de Japón y Europa en el ingreso mundial declinará en las próximas dos décadas; la Unión Europea podría registrar un colapso. Asia será el centro rector de la economía del mundo; su población, su PIB, su gasto militar y su inversión tecnológica sobrepasarán a Occidente.

El panorama que se contempla para las próximas dos décadas representará una mayor vulnerabilidad de las naciones a los “shocks externos”; es posible que el avance de sus economías se dará a diferentes velocidades en función de las medidas de ajuste que instrumenten para superarlos y de las estrategias que desarrollen para aprovechar las nuevas oportunidades de un entorno muy competido. En este ámbito, el NIC se plantea si las diferentes velocidades de avance de las economías incrementarán más la volatilidad de la actividad productiva global, lo que al final de cuentas conduciría a una declinación de la economía de manera constante o si las diferentes velocidades crearían una sinergia entre los diversos centros de crecimiento.

En el marco que el NIC presenta para el futuro desenvolvimiento de la economía global, el Foro Económico Mundial, WEF, por sus siglas en inglés, consigna riesgos adicionales que se presentarán en los próximos diez años y que entorpecerán el desarrollo económico, entre otros, considera: la arraigada y permanente corrupción; el aumento desmedido de emisiones de gases con efecto invernadero; el uso sin escrúpulos de la geo ingeniería y las tecnologías que alteran las funciones del cerebro; el deterioro de la salud de la población podría derivar en pandemias ante el aumento de la resistencia al uso de antibióticos; el incremento de la expectativa de vida de la gente, resulta cada vez más oneroso para atender a las personas mayores; un número creciente de países con desequilibrios fiscales crónicos; persistencia de la ineficiencia de los sistemas financieros y la proliferación de armas destructivas. La perspectiva para el futuro no es muy halagadora.