MIKEL AYESTARAN/ABC.ES

El estudio de la sección en farsi de ‘La Voz de Israel’ es un pedazo de Irán en el corazón de Jerusalén, pero del Irán anterior a la revolución islámica. El regreso del Imam Jomeini a Teherán en 1979 levantó una especie de muro para Menasher Amir, que desde ese año no ha pisado la capital iraní, donde nació hace 74 años.

«Fuentes de la inteligencia me dijeron que estoy en la lista de enemigos que el régimen quiere eliminar y por eso ni me planteo un viaje al país hasta que haya un cambio de sistema», señala el veterano periodista que cada tarde, a las cinco en punto, dirige un espacio en farsi de una hora y media de duración dedicado a repasar la actualidad de Israel y de la república islámica.

Un espacio en el que empezó en 1960, un año después de viajar a Israel para completar sus estudios, y que «tiene gran impacto dentro de Irán porque los oyentes saben que junto al canal en farsi de la BBC somos la única fuente fiable», piensa Menasher, que trabaja en el programa del día bajo una enorme foto suya junto al ex presidente George Bush. «Hace cinco años asistí a una recepción de Bush y le trasladé el mensaje de nuestros oyentes de Irán, que están esperando que Estados Unidos les libere de la opresión», recuerda.

Los temas más importantes del momento –24 horas antes del lanzamiento de un cohete desde Irán al espacio con un mono- son «las conversaciones para la formación de nuevo gobierno en Israel y los rumores sobre la explosión en la planta nuclear de Fordo». Unos rumores que Amir piensa «son falsos» y que Teherán tachó de «propaganda occidental» . Fordó es una planta construida en las montañas de Qom, ciudad situada 100 kilómetros al sur de la capital, protegida de posibles ataques gracias a su construcción subterráneas y que cuenta con 3.000 centrifugadoras de última generación.

En sus 53 años frente al micrófono ha informado «casi semanalmente de las amenazas de ataque por parte de Irán, aunque yo creo que nunca ha habido riesgo real de ataque inminente. Pero también informamos de los planes de ataque por parte de Israel a las instalaciones nucleares, aunque esto se produce con menor frecuencia», confiesa el periodista, que en su mesa tiene una bandera de la época del Shá con el león dorado en el centro.

Considera los planes atómicos iraníes como «una amenaza para nuestra existencia» y apunta a «ciudadanos iraníes que se han dado cuenta del peligro que corre el país, con apoyo extranjero de Israel, EE.UU y países del Golfo» como responsables de los últimos asesinatos selectivos de científicos.

El relevo de Ahmadineyad

En Israel viven aproximadamente 250.000 judíos de origen iraní, pero el número de personas que trabaja en el departamento de farsi no se puede desvelar «por motivos de seguridad». Muchísimo menos las fuentes directas que tiene la cadena en Irán, a las que el régimen califica de «espías».

Amir echa la vista atrás y recuerda los años de la guerra entre Irán e Irak cuando «teníamos millones de oyentes porque sabíamos las ciudades que Sadám Husein planeaba bombardear cada noche», pero sobre todo mira a un futuro en el que «sueño con dar la noticia de que el régimen ha caído y se instaura un sistema democrático en Irán».

De momento se tendrá que conformar con informar sobre las próximas elecciones presidenciales en las que terminarán los ocho años de mandato de Mahmoud Ahmadineyad, «apodado como ‘el hombre de las mil balas’ porque antes de llegar a ese cargo era el responsable de dar el tiro de gracia a los presos políticos», asegura Amir, que advierte del poder del Líder Supremo, Alí Jamenei, «la persona que realmente tiene el control de las decisiones».