url

Imagen David /

El judaísmo define al amar como :”El placer emocional que uno siente al encontrar virtudes en otra persona e identifica a la persona con esas virtudes”.

Es por eso que la emoción del amar depende de cómo uno ve a la otra persona. Si nosotros escogemos enfocarnos en las virtudes del otro -lo amaremos, pero si escogemos enfocarnos en sus deficiencias, nos desagradará.

Esto explica cómo la Torá puede obligarnos a amar. La manera que nosotros elegimos ver a los demás está completamente bajo nuestro control. Para lograr sentir amor, la Torá nos obliga a mirar las virtudes de los otros, y por extensión, nosotros los amaremos, pues cuanto más conozcamos a alguien en sus virtudes, más profundo será nuestro amor.

El concepto judío del amor contrasta muy fuertemente con la noción occidental del amor. La cultura occidental está muy influenciada por ideologías seculares. Probablemente la influencia más fuerte sobre nuestra visión del amor viene de los griegos. La idea griega del amor está representada por el dios Cupido, que se pasea revoloteando con sus alas, dispara una flecha y ¡listo! -Jorge y Susy se enamoran perdidamente.

Jorge no se enamoró de Susy después de haber obtenido un entendimiento profundo acerca de ella y su carácter. El amor de Jorge hacia Susy n está basado en el compromiso y esfuerzo de revelar sus virtudes.

En la conciencia occidental, el amor es un golpe de suerte sin rima o razón. No conlleva ningún esfuerzo. Por lo tanto, tan fácil como te “enamoras””, te puedes “desenamorar”. Y no es sorprendente que esta filosofía haya producido una sociedad con un porcentaje de divorcios del 50%

Es por ello que el mismo versículo de la Torá que dice: “Ama a tu prójimo”, también dice “Yo soy D-s”. La unidad y la amistad entre todos los seres humanos es tan preciada, que D-s dice: “si ustedes se aman unos a otros, Yo quiero ser tu tercer amigo”, lo que significa que si estamos unidos, tenemos el poder de D-s detrás nuestro.

#amorjudio