“Gilberto Bosques no sólo nos dio unas visas hacia la libertad, sino también los boletos del barco”: Rita Chayet

Gracias a Don Gilberto Bosques, Cónsul de México, y a sus visas para la libertad, muchas familias sobrevivieron el Holocausto

En su búsqueda de que Gilberto Bosques reciba el título de Justo Entre las Naciones, Enlace Judío ha ido documentando a varias personas salvadas por la bondad del Cónsul de México en Marsella. Así encontramos a Rita Chayet, quien nos platicó de las peripecias de unos perseguidos judíos por Europa que sólo encontraron una salida cuando se toparon con Don Gilberto.

Rita lo recuerda bien, pues tenía 8 años en el año de 1942. Nació en Polonia; pero al ver su padre como se deterioraba la situación de los judíos en ese país decidió salir y emigrar a Paris. Allí, llevaron una vida relativamente tranquila hasta que vieron al ejército alemán marchar por el Arco del Triunfo: ése era el indicador de que debían huir e ir al Sur. .

Durante las idas y venidas de pueblo en pueblo, Rita cayó enferma de escarlatina, por lo que el doctor le pidió que dejara de viajar y se quedase en casa, sin embargo, bajo las condiciones apremiantes en las que estaba Francia durante la invasión alemana, quedarse ya no era opción. Tapearon el coche con sábanas para protegerla y siguieron su camino.

Finalmente, llegaron a Marsella, lugar en el que vivirían hasta 1942. Siendo judíos, no había más opción que seguir huyendo. Un día, el papá de Rita trajo consigo documentos mexicanos, concedidos por el cónsul Gilberto Bosques.

“No sólo nos dio unas visas hacia la libertad, sino también los boletos del barco” dijo Chayet.

El barco zarpó con su precioso cargamento. Pasó por Portugal, hizo escala en Cuba, atracó en Veracruz. Sin embargo, las autoridades tenían órdenes de no dejar desembarcar a los judíos, aduciendo que sus documentos no estaban en regla. Gracias al Sr. Shapira, enviado de la Comunidad Judía en México, pudieron bajar del barco,a sólo dos horas de que éste zarpara y los llevara de regreso a Europa.

Después de la llegada de la familia a México, se volvió tabú el tema de su vida en Europa. Rita sentía curiosidad y decidió indagar: fue así que supo de lo maravilloso que había sido Don Gilberto con su familia y contactó a la familia Bosques, estableciendo una amistad que sigue, hasta la fecha, con Laura, hija de Don Gilberto.

Vive felizmente en la Ciudad de México, donde formó una familia con el Sr. Bernardo Chayet.

Rita reconoce: “El cónsul de México, fue quien nos salvó”. Y no cabe duda que fue por esta razón que, cuando Don Gilberto volvió a México, lo hizo entre aplausos y agradecimientos.

Enlace Judío México: