Sefardies1

*LUIS ANTEQUERA

Sí, porque por estas fechas se cumplen 110 años del que resultó ser el importante viaje de Angel Pulido por los Balcanes en el verano de 1903, un viaje en el que toma contacto con las comunidades sefardíes de las que, a pesar de los ligeros acercamientos ocurridos con anterioridad a través de personajes como Adolfo de Castro, autor en 1847 de una pequeña historia de los judíos españoles, Amador de los Ríos, que un año más tarde publica su monumental “Historia de los judíos en España y Portugal”, o del General Prim o el obispo de Segovia, en contacto con los judíos de Bayona en Francia, poco o nada se sabía en España, cuando lo cierto es que buena parte de los judíos expulsados en 1492 habían buscado refugio en el este de Europa, en los territorios entonces pertenecientes al Imperio Turco, precisamente aquéllos que al decir de una historia medio legendaria, habrían hecho exclamar al Sultán de la Sublime Puerta sobre Fernando el Católico algo así como: “¿Y éste es el que llaman el rey más inteligente de Europa, que prescinde de su mejores súbditos y me los manda a mi?”.

Pues bien, sorprendido entre otras cosas por el español que hablan los sefardíes en territorios tan lejanos como los balcánicos, el viaje en cuestión tendrá no pocas consecuencias por lo que al “redescubrimiento” de aquellos españoles en el exilio que eran los sefardíes se refiere. Porque a la vuelta del mismo, Angel Pulido promoverá una campaña filosefardí con importantes consecuencias a través de una serie de artículos en la revista “La Ilustración Española e Iberoamericana” reunidos en 1904 en “Los israelitas españoles y el idioma castellano”, obra a la que seguirán “Los españoles sin patria y la raza sefardí” o “La reconciliación hispano-hebrea”.

A partir de ese momento y bajo el patrocinio del Alfonso XIII, se crean la Unión-Hispano-Hebrea y la Casa Universal de los Sefardíes como instrumentos para el acercamiento de España y los judíos sefardíes; se fundan escuelas para niños sefardíes en Marruecos; se dan ayudas para cátedras de español en los Balcanes, y se crea en Madrid una cátedra de Hebreo que ocupa Abraham Yahuda entre otras cosas.

Pulido colabora en los gobiernos de Primo de Rivera, siendo uno de los grandes inspiradores del Real Decreto del Directorio Militar del General Primo de Rivera de 20 de diciembre de 1924, que otorgaba la ciudadanía española a los “antiguos protegidos españoles o descendientes de éstos, y en general a individuos pertenecientes a familias de origen español que en alguna ocasión han sido inscritos en los Registros españoles”. Un decreto que se constituirá en uno de los elementos de los que luego se servirá el Régimen de Franco en su premeditadamente silenciada labor de salvamento de judíos del Holocausto nazi, que puede Vd. conocer un poco mejor pinchando aquí si lo desea.

En cuanto al protagonista de nuestro artículo, Angel Pulido Fernández, había nacido en Madrid el 20 de febrero de 1852, en una familia humilde que regentaba una pequeña tienda de vinos en la calle Infantas. Tras estudiar en la Escuela Municipal de San Bartolomé, en las Escuelas Pías de San Antón y en el Instituto de Noviciado, realiza estudios de medicina en el Colegio de San Carlos, doctorándose después. En la Universidad funda la “Gaceta Escolar”. Ingresa en la Sanidad Militar y en la de la Armada. Con posterioridad, formará parte del consejo de redacción de “El Siglo Medico” y de la “Revista de Medicina y Cirugía Practicas”. Tras conseguir el título de académico correspondiente en la Academia de Medicina, en 1884 es elegido miembro numerario. Será también ayudante del Dr. Esquerdo con quien colabora en sus trabajos sobre criminalidad. Funda la Sociedad Española de Ginecología, y se muestra un ardiente defensor del sistema sanitario público.

En política ostentará los más diversos cargos: Diputado provincial, Diputado en Cortes, Director General de Sanidad, Subsecretario de la Gobernación, Senador por la Universidad de Salamanca, Senador vitalicio, Consejero de Sanidad y de Instrucción Pública… Estaba en posesión de la Gran Cruz de Mérito Militar, la Orden de Alberto de Sajonia, la Legión de Honor, etcétera.

Cumplidos los ochenta años, el gran amigo español de los judíos fallece en Madrid el 4 de diciembre de 1932.

*De formación jurídico-económica, profesionalmente hablando Luis Antequera ha trabajado tanto en el mundo de la banca como en el de la enseñanza. Las tres pasiones a las que dedica su tiempo son la literatura, la historia de las religiones y la actualidad socio-política. Ha publicado tres libros, “Jesús en el Corán”, “El cristianismo desvelado” y “Derecho a nacer”. Ha colaborado en diversos programas de radio y televisión. Actualmente es director del programa de radio “Iglesia perseguida”, quincenalmente los sábados a las 15:00 hs., y colaborador del programa “Diálogos con la Ciencia”, los viernes a las 00:00 hs., emitidos ambos en Radio María. En cuerpo y alma ofrece cada día su punto de vista sobre el mundo convulso que vivimos.

Fuente:religionenlibertad.com