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SAMUEL SCHMIDT PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | El concepto de progreso supone avanzar, pero en México los avances son efímeros, lo cierto es que vamos hacia atrás, por eso es tan aleccionadora la metáfora de la olla de cangrejos mexicana que está llena, los de abajo se aseguran que los de arriba no puedan escapar.

Un experto en educación me indicó lo que implicó el esfuerzo de proveer escuela a millones de mexicanos y es innegable que cada día son más los que acceden a niveles superiores, pero cada día la calidad educativa se cae por los suelos, es vergonzoso el desempeño en las pruebas internacionales, pero se culpa a los maestros que protestan. El cangrejo educativo se vuelve al fondo de la olla.

Un articulista estadounidense dijo que México era el país del futuro, pero no dijo que lo era para unos cuantos, entre los que están los políticos, porque el 60% de la población está en la miseria sujeta a los programas asistencialistas del gobierno que los sujetan a la extorsión política. El cangrejo de la oportunidad económica está en el fondo de la olla.

Un intelectual escribe un artículo sobre los baches y es que no obstante los avances tecnológicos, la condición de la infraestructura nos recuerda nuestra condición de tercermundistas. Ante una pregunta mía la gente empezó a renombrar a sus ciudades, destacan Bachuca, Bachuebla, Bachualpan, vivimos en Bachelandia, pero no abrigue esperanzas de que el gobierno lo compense por los daños sufridos al caer en esas trampas públicas. Un grupo salió a celebrar el aniversario de un gran bache y los apresaron. El cangrejo de la probidad en la construcción de la obra pública fue jalado por los cangrejos mexicanos al fondo de la olla.

Se han firmado tratados de libre comercio con medio mundo, pero somos el paraíso de la piratería y tenemos déficit comercial con todos los países con los que firmamos. El cangrejo que formula políticas de largo alcance yace en el fondo de la olla.

Desde principios del siglo XX se alertó respecto al riesgo de la insuficiencia en la producción de alimentos, no obstante la alerta, ahora importamos los productos de la dieta nacional, y los programas de apoyo al campo se distorsionan por ineficiencia y corrupción. La corrupción causa estragos sobre las necesidades básicas del país. El cangrejo de la probidad yace casi ahogado en el fondo de la olla.

Tenemos un marco legal muy avanzado, pero un gran menosprecio por la ley, la que no respetan ni los que las aprobaron. Vivimos en el paraíso del influyentismo y de la simulación y para eso necesitamos un cangrejo expiatorio, al que después de avergonzar públicamente se le lanza hacia abajo de la olla.

El gobierno desmanteló el aparato estatal de la economía que buscaba nivelar un poco las desigualdades, reforzó la concentración de la riqueza, apoyó la creación monopólica que ahora ahoga la competitividad del país y sin embargo, los políticos se arrodillan frente a esos ricos adorando la riqueza creada con el empobrecimiento del país. El cangrejo de la equidad se hundió por debajo de los demás cangrejos.

Se ha construido con denuedo una cleptocracia que es cómplice en el despojo a la nación, formulan marcos legales y administrativos que se sabe de antemano que no se cumplirán, pero sirve para taparle un ojo al macho, por eso aquí los apresados son por venganza política. El cangrejo de la honestidad está escondido.

Todos los cangrejos se regodean porque saben que en el trayecto para escapar de la olla alguna ventaja tomarán sobre los demás y aunque se revuelquen juntos nunca serán iguales entre sí, porque siempre habrá un cangrejo que estará aplastando a otros, y ese se dará el gusto y lujo de reconvenir a los demás.