ACLARACIÓN: FRANCISCO MARTÍN MORENO QUIERE HACER PATENTE QUE ÉL ES AGNÓSTICO, ESCÉPTICO Y QUE NO PRACTICA RELIGIÓN ALGUNA.

Enlace Judío México- Hace dos años Francisco Martin Moreno, autor mexicano de best sellers como México Negro, descubrió que era judío, pues su madre, judía alemana, se salvó del Holocausto y refugió en México.

Martín Moreno ha logrado un amplio reconocimiento como periodista y escritor. Además, es protagonista del programa de Proyecto 40 “El Refugio de los Conspiradores”. Articulista, con más de 2000 columnas en diferentes periódicos y revistas, se ha especializado en el género de la novela histórica y es autor de, entre otros, México negro (1986), México sediento (1998), Las grandes traiciones de México (2001), México secreto (2002), México mutilado (2004), México ante Dios (2007), México acribillado (2008)y Arrebatos carnales (2009).

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Su próximo libro, “En media hora la muerte”, relata la historia de su familia y será presentado por Enlace Judío.

Francisco- quien en España recibió el Laurel de Oro a la Excelencia Literaria por su publicación Las cicatrices del viento, y en México ha recibido el Premio Nacional de Periodismo en 1994, 1995, 1996, 1997 y 1998- nos relata que su padre nació en Madrid y era refugiado de la Guerra Civil Española. Su madre nació en Berlín y es refugiada de la Segunda Guerra Mundial. Se conocieron en México como exiliados.

Ésa era la historia que él conocía sobre sus orígenes, hasta que un día su tío Klaus, el hermano de su madre lo invitó a comer y le dijo “Francisco, tengo cáncer terminal, me estoy muriendo, no tengo más allá de un mes más de vida y no me quiero ir de este mundo sin contarte la historia de mi familia”

Francisco relata cómo descubrió que es judío:

“Yo le comentó que ya conocía la historia de mi familia a lo que mi tío contestó que ni siquiera sabía como me llamaba realmente. El hecho de que alguien me dijera, a mi edad, que ni siquiera sabía cómo me llamaba, produjo en mí una terrible confusión”. Francisco le dijo que se llamaba Francisco Martín Moreno Biehl. Su tío replicó “Tu apellido es Bielschowsky”. “Le comenté que sonaba a un apellido judío ruso o polaco” dijo Francisco “acto seguido mi tío me dijo que yo era judío, judío – ruso, y le pregunté ¿tío, entonces tú eres judío? Y él me dijo “Claro, y tu madre también es judía y por lo tanto tú también eres judío”.

“Yo le comenté que para comenzar no creo en Dios, siempre he sido un escéptico; mi tío me dijo que no estaba hablando de convicciones espirituales, ‘lo que te quería decir es que tu eres judío si tu madre es judía’. Fue un descubrimiento”.

“Me contó toda la historia y me dejó muy consternado. Me contó que mi abuelo era uno de los hombres más judíos más ricos de Alemania y evidentemente judío, igual que mi abuela, toda la familia judía”.

“En algún momento, creo que olvidó su enfermedad, me dijo que si sabía por qué mi bisabuelo no embarcó en el Titanic. Yo le contesté que obviamente no sabía. Me dijo que no lo hizo porque un imbécil llamado Guggenheim le ganó la suite principal ‘y le dijeron a tu bisabuelo por qué no se iba en la suite anexa que no tenía terraza y el dijo que de ninguna manera, que le dijeran al Sr. Guggenheim que le pagaría cien veces su boleto pero que se baje’; pero el único problema que no tenía Guggenheim era el dinero, dijo ‘no me bajo del barco ni aunque me pagaran un millón de veces el boleto, el problema mío no es ése’. Gracias a la arrogancia de mi abuelo se salvó ya que Guggenheim se ahogó”.

“Hablabamos de muchas cosas de la familia, me dio los nombres de la familia y le pregunté a mi tío, entonces que por qué si todos eran judíos, me metieron en el Colegio Alemán junto con mis hermanos. Mi tío respondió que fue para disimular, para que no hubieran más persecuciones”.

“Fui a ver a mi madre, que afortunadamente vive y le comenté sobre lo que me había dicho mi tío, mi mamá me contestó ‘ya deberías de saber que tu tío Klaus es un pendejo’, le dije que no había ido a preguntarle si mi tío era un pendejo, sino si era cierto o no lo que él me dijo, ella volvió a repetirme que era mi tío Klaus era un pendejo y no hubo manera de sacarla de ahí y no la saqué de ahí”.

“Le dije que quería sacar mi pasaporte alemán, ella me dijo, ‘sí, muy bien hijo, saca tu pasaporte o por lo menos inténtalo y diez días después de que hagas tu solicitud van a venir por mí’, yo le dije ‘¿quién va a venir por ti?, estamos hablando del año 2013, la Guerra terminó en 1945, el nazismo se extinguió y Hitler murió hace años y más años’. Ella comentó que sí, que así era pero que si me quería deshacer de ella que lo hiciera. Mi madre sigue viviendo con una paranoia espantosa de la persecución hasta nuestros días”.

“Me fui a Israel al museo de Yad Vashem a buscar la historia de su familia y todos los nombres que me dió mi tío de su familia aparecían como “Executed in Auswitch”; yo no sabía nada y sin haberlos conocido, estuve a punto de devolver el estómago, salí como pude de este salón donde habían muchas computadoras, llegué a la puerta, abrí y llegó un soldado israelí y me dijo que no podía estar ahí, que me levantara y me sentara en una banca. Yo le dije que no podía levantarme ni irme a sentar a una banca, le pedí ayuda, me ayudó fraternalmente a levantarme, me senté en una banca y en una sombra muy generosa le conté lo que la historia que acababa de descubrir; fue para mi tremendo descubrir la historia de mi familia”.

“Mi próximo libro se llama “En media hora la muerte”; y el título está inspirado en las cárceles españolas, donde había pabellones de condenados a muerte. Ahí metieron a dos de mis tíos por parte de mi padre. Cada día, a las siete de la mañana, llegaba un pelotón de soldados, gritaba el nombre de alguno de los presos; entre ellos se abrazaban y besaban como despedida y apoyo. Exactamente media hora después de que el pelotón abandonaba el pabellón, escuchaban las descargas de fusilamiento y el tiro de gracia. Por eso, entre los presos, decían ‘en media hora la muerte’. A uno de mis tíos lo golpeaban un par de veces por semana desde el año 1939. Ëste es mi tío por parte paterna, pero mi tío Klaus estuvo en el campo de concentración aquí en México, en Perote. Estuvo allí muchos años.

Volviendo a mi tío de España, al que golpeaban dos veces por semana en el pabellón de los condenados a muerte, imagínate que todos los días vienen por alguien más. Mi tío gritaba “llévenme ya”, el caso es que por golpearlo tanto, tenía los pómulos rotos por la cantidad de golpes que recibía- y si le tocabas el pómulo se te iba el dedo para dentro.

Lo liberaron en 1959 por una amnistía que dictó Franco, estuvo 20 años en el pabellón; y un día, iba caminando por Madrid, decidió comprarse unas alpargatas, entró a una tienda y eligió unas blancas. Cuando se las traen, vio que el hombre que le está poniendo las alpargatas era el hombre que lo golpeaba cuando estaba en la cárcel. Yo le comenté que si no había saltado encima de él y le había sacado los ojos con los pulgares. Mi tío me comentó:’ Ya no tienes fuerzas ni para vengarte’, así que mi tío le dijo que le dieras las alpargatas en color azul y en ese momento se fue de la tienda, ya que si lo hubiera matado ahí, con los antecedentes políticos que tenía mi tío, evidentemente hubieran ido por él y lo hubieran encerrado y matado, así que …qué bueno que no tuvo fuerzas para matarlo”.

Francisco reconoce que, a partir de este descubrimiento, quedó mucho más sensible en lo referente a Israel y a su historia. A la vez, expresó que le gustó, en Israel, ver al Pueblo Judío “de pie, con este nacionalismo”, “contaminados” de orgullo.

NO SE PIERDAN LA PRESENTACIÓN DE “EN MEDIA HORA LA MUERTE” EN LA QUE FRANCISCO MARTIN MORENO RELATARÁ MÁS SECRETOS DE FAMILIA.