10 millones de dólares, 800 toneladas de cemento y varios años para construir los túneles de la muerte

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

La destrucción del laberinto de túneles subterráneos utilizados por Hamás para atacar a Israel es el principal objetivo de la invasión de Gaza ordenada por el gobierno de Tel Aviv

La imagen que muchos tienen de la intifada, con niños palestinos enfrentándose a pedradas contra los tanques israelíes, no obedece a la realidad de lo que está ocurriendo. El ejército de Israel recurre a las armas para defender a sus ciudadanos de los ataques indiscriminados con cohetes y morteros lanzados desde Gaza, mientras que los terroristas de Hamas utilizan a la población palestina como escudo humano para proteger sus arsenales. Los activistas yihadistas golpean y se esconden entre los habitantes de la Franja y, cuando los israelíes devuelven la agresión, exhiben los cadáveres de los civiles como víctimas de un ataque injustificado de sus enemigos.

La táctica empleada por los terroristas se basa en el hostigamiento constante. Para ello, cuentan con una extensa red de túneles subterráneos, que utilizan para realizar incursiones relámpago, en las que atacar objetivos israelíes o secuestrar soldados judíos, y regresar rápidamente a sus escondites en espera de respuesta a la provocación.

Según publica The Washington Post, el entramado subterráneo de Hamás para conectar la Franja de Gaza con Israel es fruto de una inversión de más de 10 millones de dólares y 800 toneladas de cemento, en una obra que ha llevado dos años de trabajo. Mientras los habitantes de Gaza sobreviven en la pobreza -la renta per cápita en la Franja es de 1.165 $, frente a 30.740 $ en España, 54.609 $ en EE.UU., o 106.110 $ en Catar-, los líderes de Hamas destinan más de un millón de dólares para excavar y mantener cada una de las galerías.

Existen tres tipos de túneles:

– Los de carácter económico. Centenares de galerías comunican Gaza con Egipto para suministro de armas.

– Los de seguridad. Todos los dirigentes de Hamas, desde los altos mandos a los simples burócratas, tienen asignado un túnel para huir en caso de emboscada.

– Los de ataque a Israel. Son los utilizados por los comandos yihadistas para penetrar en territorio israelí y cometer atentados o secuestrar soldados.

Estos últimos alcanzan, en ocasiones, una profundidad de veinte metros y una longitud de hasta dos kilómetros y medio. Están excavados mediante perforación mecánica -no eléctrica, para evitar ruidos-, y tienen las paredes recubiertas de cemento. Cuentan con instalación eléctrica y albergan provisiones, especialmente galletas, yogures y agua, para sobrevivir durante varios meses. Algunos están incluso dotados de letrinas y duchas.

El jueves de la semana pasada, trece pistoleros de Hamas cruzaron desde Gaza hasta un pequeño kibbutz en Sufa, al sur de Israel. La localización del comando permitió a las Fuerzas de Defensa israelíes sospechar de una inminente invasión y, veinticuatro horas más tarde, el Ejército había localizado diez subterráneos con 22 salidas diferentes. Sospechan de la existencia de varias docenas más.

La técnica de guerrilla subterránea, copiada al Vietcong -que estuvo hostigando a los estadounidenses con centenares de kilómeros de túneles en los alrededores de Saigón-, ha sido la gran baza de los terroristas de Hamas para mantener en jaque a sus enemigos. La destrucción del laberinto subterráneo es ahora el principal objetivo de la invasión terrestre de los israelíes.

– Diez milicianos de Hamás mueren en un túnel.

Este domingo murieron alrededor de 140 personasen la jornada más sangrienta de esta guerra en la que también han perdido la vida 18 soldados israelíes.

Diez milicianos de Hamás murieron hoy en el sur de Israel en un enfrentamiento con soldados y policías israelíes tras haberse introducido en un kibutz fronterizo a través de un túnel desde Gaza, informaron fuentes militares.

“Dos comandos terroristas se infiltraron esta mañana al territorio de Israel por un túnel en el norte de la franja de Gaza”, indicó el Ejército en un comunicado en el que añadió que una vigía militar en la zona detectó la salida de los milicianos en medio de un descampado.

La mayor parte de este grupo, al que después siguió otro, fue blanco de un cohete disparado desde el aire, mientras que con el segundo hubo un tiroteo en tierra en el que murieron 10 de ellos.

Una parte de los milicianos consiguió regresar a Gaza a través del mismo túnel, del que los servicios de inteligencia no tenían constancia.

Los hechos ocurrieron a primera hora en una zona entre el kibutz Nir Am y Erez, lo que condujo al cierre durante casi tres horas de todas las carreteras de la zona mientras efectivos militares y policiales trataban de dar con los dos comandos.

Cuatro horas después, sólo la población de una localidad del Consejo Rural de Eshkol permanece encerrada en sus casas por temor a la presencia aún de algún miembro del comando palestino.

Según el canal 10 de la televisión israelí, los milicianos iban fuertemente armados y dispararon un cohete antitanque contra la patrulla que los descubrió.

Hace dos días, en un suceso parecido, dos soldados israelíes perdieron la vida en un sector de la frontera un poco más al sur, cuando el comando palestino les sorprendió.

Se trata del quinto intento de milicianos en las últimas dos semanas de adentrarse en territorio israelí por uno de los túneles que han cavado en los últimos años bajo la frontera con Gaza.

Israel ha esgrimido la existencia de estos túneles como una “amenaza inmediata con la que no puede vivir” para lanzar, el jueves pasado, la fase terrestre de la operación Margen Protector.

En la ofensiva, de la que hoy se cumplen dos semanas, han muerto al menos 500 palestinos y 20 israelíes, y creado en Gaza una crítica situación humanitaria debido al alto número de heridos, más de 3.000, y decenas de miles de desplazados.

Israel ha descubierto hasta ahora 36 bocas que conducen a 15 túneles distintos que salen al otro lado de la frontera con la franja, uno de ellos con salida al comedor público de un kibutz, lo que disparó las alarmas en este país.

Fuente: Javier Algarra, La Gaceta

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