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Más de 600 académicos han firmado un nuevo documento en contra del boicot académico a Israel. Entre los signatarios figuran por lo menos un premio nobel, decanos de las facultades de derecho y académicos sobresalientes en varias áreas de estudio.
La declaración no adopta una posición respecto al conflicto árabe-israelí, sino que pretende ser lo más neutral posible respecto a cualquier tema que no sea el mismo boicot:
¨Nosotros, los firmantes… nos oponemos al boicot de facultades, académicos y estudiantes de instituciones académicas israelíes. Nuestra oposición se basa en los siguientes principios:
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Libertad Académica: El movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) discrimina a instituciones, profesores y estudiantes israelíes por su nacionalidad y la política de su gobierno. BDS es una violación de la libertad académica. Boicots académicos como los incitados por activistas de BDS ¨son anti-éticos y van en contra de los principios fundamentales de la academia. El intercambio intelectual no será preso de los desacuerdos políticos del momento,¨ según una declaración firmada por 300 presidentes de universidades en 2007 y otros documentos redactados por más de 250 presidentes de instituciones en respuesta al boicot académico contra Israel. Por lo tanto, la Asociación Americana de Profesores, otras organizaciones académicas y más de 40 premios nobel se oponen al boicot académico.
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Credibilidad: Los hechos no sustentan las acusaciones y narrativas del movimiento de BDS. Muchos de estos datos se basan en exageraciones, falsedad o información parcial o controversial.
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Paz: la solución de dos estados – que garantiza el reconocimiento mutuo para ambas partes – está respaldada por las Naciones Unidas, EE.UU. la Unión Europea y la Liga Árabe. Mediante la demonización y el aislamiento de una de las partes del proceso de paz, el movimiento BDS contra Israel se aparta del consenso mundial para la paz.¨
Yo firmé el documento y lo haría respecto a cualquier boicot académico contra cualquier país, incluyendo aquellos que se rigen por políticas que detesto. No me gustaría que un líder de Irán hable en mi institución, pero no me opondría a un profesor iraní. El boicot es injustificable aún cuando el control gubernamental y la intimidación en países autoritarios pueden conducir a una academia menos confiable o interesante. De hecho, cuento con correspondencia útil respecto a la piratería marítima y la academia iraní.
Eugene Kontorovich es profesor en la Escuela de Derecho de Northwestern University y experto en derecho constitucional e internacional, escribe e imparte conferencias sobre el conflicto árabe-israelí.
Fuente: Eugene Kontorovich, Washington Post