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ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

Quien no tenga lágrimas en los ojos o los puños crispados cuando se habla de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, es porque no está informado, no le importa o no quiere enterarse e indignarse por una situación tal, que hace que el mundo mire a las autoridades con extrañeza, con indignación y repudio. Y, por otra parte, existe la contemplación del país como “pobrecito”.

Sea como fuere la información, escaza, mala, nula, mal intencionada (si se quiere), no hace ningún bien al clima que se vive en México, donde no hace falta ser clarividente para saber que existe  violencia y  corrupción en las diferentes esferas del gobierno y la sociedad.

Pero, la noticia que desde hace varios días ronda por los medios y que indigna y aterra es la versión difundida por el sacerdote (español, por cierto) de que los 43 desaparecidos fueron quemados vivos.  De ser así, habrá una mancha imborrable en nuestro país. Un recordatorio de que al “perro más flaco se le cargan las pulgas” y será que se acuñó dicho refrán porque el can más débil no tiene fuerzas ni medios para sacudirse las plagas.

Ya que hemos llegado hasta aquí, tal vez sea el momento de arreglar la casa, de poner en orden a los que en ella habitan y llevan a cabo sus tareas diarias. Tal vez, un día podamos, como narra la canción aquella: “Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada, y en una hermosa plaza liberada, me detendré  a llorar por lo ausentes  (…)”, y que hace alusión al golpe militar sufrido en Chile.

Hoy, nos queda la tarea de imaginar y crear mecanismos para ayudar verdaderamente a las comunidades marginadas a superar su situación. Como escuché una vez a un rabino comentar un caso  ocurrido en Nueva York, donde un hombre fue procesado y obligado a pagar una multa por haber robado por hambre. El juez lo condenó a pagar 10 dólares, que en aquel tiempo era mucho dinero, pero también obligó a todos los presentes a pagar 50 cts., ya que en una sociedad en la que pasa eso “hay un culpable, pero todos somos responsables”.

Que D-os quiera que la barbarie no se imponga en nuestro país ni en ningún otro.