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Kábala: Corriente esotérica del misticismo judío. Tuvo su apogeo al final de la Edad Media, con la difusión del libro Zohar , la obra por excelencia de la mística judía.

Es aquello que es recibido. Aquello que no se puede saber meramente por medio de la ciencia o búsqueda intelectual. Un conocimiento interior que ha sido trasmitido de maestros a discípulos desde los albores de la historia. Una disciplina que despierta el conocimiento de la esencia de las cosas.
La mayoría de las personas ha oído alguna u otra cosa sobre Kabalá. Pero es muy poco probable que, lo que está circulando en el mercado bajo el nombre de Kabalá, este remotamente cerca a la cuestión verdadera.

A lo que la mayoría de las personas ha estado expuesta es a un rejunte de psicología popular y auto-ayuda que pretende tener alguna conexión con el misticismo judío, pero raramente, o nunca, lo tiene.

Es fácil ver como la gente se deja engañar. En la mayoría de las disciplinas esperas conocer y comprender algo después de estudiarlo, pero cuando se trata de misticismo la gente espera ser mistificada. Así que están dispuestos a aceptar lo incomprensible. La Kabalá se supone que es misteriosa y enigmática. ¡Es misticismo después de todo!

Tanta tontería es presentada en el nombre de la Kabalá, que es importante disponer de algún tipo de foro donde la gente pueda encontrar los entendimientos básicos que ellos ansían.

En esta serie de artículos, vamos a tratar de presentar las ideas centrales del misticismo judío en una forma metódica e inteligente, minimizando la terminología difícil y alejándonos del sentido de lo incomprensible.

Qué es la Kabalá y Qué no lo es

Con el fin de entender que es la Kabalá y que no lo es, usemos la siguiente ilustración. Un investigador se sienta en su laboratorio examinando todo tipo de fenómenos atómicos. Él hace chocar átomos a gran velocidad, y registra lo que ve que va ocurriendo. Él es muy meticuloso en su trabajo, e incluso podría extraer algunas conclusiones inmediatas de los datos de primera mano. Pero lo deja ahí.

Un gran científico recoge estas notas, las lee y reflexiona sobre su significado. Comienza a construir una mega-imagen. Él trata de imaginar lo que el sistema entero pueda ser. Él sabe que no hay instrumentos, ni los habrá, para ver las partículas que se imagina, y por lo tanto él busca a tientas metáforas que conecten con precisión los bits de datos que el físico recogió. Por lo tanto, el comienza a hablar de “súper cuerdas”, “túneles atómicos”, “puentes de energía”, y “diez dimensiones”.

Una tercera persona, que tiene una mente fértil poderosa, pero sin noción alguna de ciencia, está escuchando a través de una pared. Su imaginación se ha disparado y, rápidamente, está llevando adelante una idea sobre personas que han desaparecido misteriosamente en “túneles atómicos”, e ilimitadas fuentes de energía contenidas en varias de las “diez dimensiones”.

Estas tres personas ilustran los diferentes enfoques de la Kabalá.

Los “datos” o hechos con que la Kabalá trata son la narrativa de la Torá, y todo su cuerpo de leyes religiosas. El “investigador” representa una persona que ve las leyes y la narrativa como son, entiende su significado inmediato, pero no percibe la imagen más grande.

El “gran científico” representa el Kabalista que ve los distintos puntos aislados y luego empieza a tener idea de la imagen mayor. Él necesita metáforas para describir la unidad abstracta que percibe, y él es consciente de que esta herramienta puede ser vaga y sólo lo acerca al entendimiento que él ha adquirido. Aunque limitado por las herramientas a su disposición, el panorama complejo que el gran científico puede aún comunicar, logra darnos un sentido de la realidad con la que está lidiando.

Y luego está el pseudo-cabalista – “el espía” – cuya Cábala no tiene básicamente relación con la Torá, excepto tal vez como un trampolín para su imaginación. Él ha descubierto “fuentes de energía”, “emanaciones divinas”, y maneras de “expandir la conciencia”, pero todo proviene de sus ilusiones fantasiosas.

En Resumen

La Cábala es para la Torá lo que la filosofía es para la ciencia.

Al igual que la ciencia, la Torá nos da los hechos que se perciben totalmente por los sentidos y que son racionalmente cuantificables.

Al igual que la filosofía, la Kabalá nos da la grandiosa y abstracta imagen que los hechos presentan.

Los próximos fragmentos de esta serie de artículo explorarán algunos de los fundamentos de la Kabalá.

El Rab Leiberman es un destacado educador judío en Israel y en el extranjero, y ha escrito una serie de obras sobre el pensamiento judío y la Kabalá.

 

Fuente: aishlatino.com