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LA SAPIENZA: La sapiencia de Eugène Green. ¿En dónde se halla la sabiduría? Pues en todas partes, en el tiempo y el espacio. ¿Cómo será? No tiene una forma determinada. Tal parece que es una especie de ejercicio moral, mental y emocional que obliga a los protagonistas de este filme a encontrarla. Ellos son Alexandre (Fabrizio Rongione) un arquitecto italiano casado con una psicóloga de origen francés, Aliènor (Christelle Prot Landman).

Green - Enlace Judío México

La otra pareja la conforman una joven de frágil salud, Lavinia (Arianna Nastro) y su hermano Goffredo (Ludovico Succio) que la cuida y la protege. En un viaje, estas dos parejas se conocerán de modo casual y una sólida amistad dará comienzo. Alexandre quiere terminar un libro sobre un afamado arquitecto barroco, Francesco Borromini. Su esposa lo acompañará a Ticino, la ciudad natal del arquitecto Borromini. Al último momento, Aliènor hace un cambio; Goffredo, estudiante de arquitectura, acompañará a Alexandre, mientras ella se quedará cuidando a Lavinia. En el camino, estos desconocidos desenmascararán sus angustias y tensiones al descubrir nuevas maneras para conocer y reconocer, no sólo a los otros, sino a ellos mismos. Este filme cuenta con una fotografía espectacular donde la cámara enfoca, en sucesión de close-up, una serie de mármoles, rocas, arcos, columnas y rostros angelicales esculpidos en la piedra que se alternan con long shots. La arquitectura es un personaje más en esta película. Todos los encuadres de Green son exactos, perfectos, ya sea en interiores o exteriores. Los diálogos, tanto en francés como en italiano, son            intensos pero breves en este filme estilísticamente bello de principio a fin.

 Eugène Green

Mike Leigh, en MR. TURNER, se encarga de ponernos en contacto con el gran pintor británico J. M. Turner, interpretado por Timothy Spall, quien obtuvo premio a la mejor actuación masculina en Cannes 2014. No es de extrañar, Leigh es un gran director; ya son muchas las actrices y actores que han obtenido galardones bajo su método de dirección. La primera imagen que vemos en este filme es la que Turner veía siempre a través de una ventana a lo lejos, una barca flotando sobre el agua iluminada por la claridad del sol y, a esa imagen, dedicó su vida. Pintar la barca y la transparencia del elemento acuático. ¿Cómo pudo un Turner tan huraño, arisco y terrenal que casi no hablaba —y, si lo hacía, era con gruñidos— pintar con tal finura, delicadeza y exquisitez? Ésa es la contradicción o dialéctica inherente que priva en la mayoría de los seres humanos. Mike Leigh lo expone de modo espléndido. Por su parte, Abel Ferrara ofrece en PASOLINI, interpretado de manera impecable por Willem Dafoe, las últimas 24 horas de vida de este novelista, cineasta, ensayista, comunista, poeta. “¿Cómo quisiera usted ser definido?”, pregunta un entrevistador a Pier Paolo Pasolini. Él contesta: “en mi pasaporte ya está dicho: escritor”. “¿Es el sexo político?” “Todo es político”, entonces abruptamente, corta al entrevistador y decide continuar por escrito. PASOLINI es un filme hecho a base de close up al rostro de un ser siempre con lentes oscuros. Ferrara, posiblemente influido por una película anterior con Dafoe en el papel de Cisco, donde se intenta describir cómo pasaría cada cual las últimas 24 horas de su vida, ha hecho lo mismo con la de Pasolini.

Este director lo coloca en una cotidianidad doméstica rodeado de los seres que lo aman, su madre que lo adora, su secretaria con la cual sostiene una relación de afecto y respeto. Fue su imaginación la que no tuvo límite. Las secuencias de fuerte contenido sexual en este filme provienen de las propias películas de Pasolini. Y, por supuesto, esa noche, como tantas otras se dedica a ligar cuando recorre lentamente, en su coche, la calle atestada de jóvenes apuestos. Noche atroz donde Pasolini encontrará a su Némesis.

Otras veinticuatro horas acontecen también en ’71 de Yann Demange. Es 1971 y estamos ante un soldado (Jack O’Connell) en el cuadrilátero de boxeo, donde lo golpean ferozmente. Después, lo veremos corriendo, saltar cercas a toda velocidad, porque este soldado se está preparando para defender a su patria, Irlanda. Sólo que, de súbito, hay orden de partir. Él cree que va a luchar contra enemigos extranjeros, pero se ha equivocado. La orden precipitada es controlar una sublevación en su propio país.

El único consejo del comandante es no meterse por los callejones de Belfast, pues representaría caer en una trampa sin salida. El camión con una veintena de soldados parte y, al llegar al lugar indicado, una turba enfurecida los está esperando con piedras y cuchillos. El frenesí del odio se hace patente, y los soldados tienen que batirse en retirada, porque la violencia ha cobrado una dimensión trágica. Su compañero ha muerto, él está herido y va a hacer lo que no debe hacer: escapar por los callejones.

Le cuesta trabajo correr. Sale de un callejón y entra en otro. Corre, salta, está entrenado para esos contratiempos, pero necesita ayuda. ¿Quién va a dársela? Un jovencito aparece y le dice que el barrio es todo “ojos”, pues ya se sabe que hay un soldado que ha logrado escapar y lo andan buscando. Ellos se citan en un lugar no lejos de ahí; como el chico se demora, el soldado sospecha y se va acercando al lugar. Ve entrar al muchacho y, en ese momento, estalla una bomba: observa cómo se descuartiza el cuerpo de su reciente amigo. ¿Y él? Está sólo otra vez. Necesita ayuda.

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Está en territorio enemigo, pero la lucha por la defensa de su propia libertad tendrá que ser solitaria. Por su ritmo acezante porque la sorpresa y lo inesperado sale a cada paso, Demange ofrece uno de los mejores thrillers hechos hasta la fecha.
En DIE GELIEBTEN SCHWESTERN: Beloved Sisters:

Las Hermanas queridas el director Dominik Graf recrea, con esplendor, el siglo XVIII y en su centro coloca a Johann Christoph Friedrich Schiller (Florian Stetter) poeta, dramaturgo, historiador, militar, bibliotecario, editor de una revista literaria y apasionado jugador de cartas. Fue admirado no sólo en su natal Alemania sino en Italia, Rusia y otros países. En Francia, fue nombrado Ciudadano Honorario de la República Francesa. Al director Graf, éstos y otros logros de su vida o el hecho de que tuvo amistad con Goethe parece no importarle tanto, pues sitúa la acción de su película en el año 1782, cuando Schiller va a Weimar y conoce a Charlotte Lengefeld (Henriette Confurius) y a su hermana Caroline (Hannah Herzsprung).

Schiller casó con la primera y Caroline vivía con ellos. Los tres formaron un ardiente triángulo amoroso. Una biografía póstuma sobre Schiller apareció publicada y muchos creyeron que era de la autoría del poeta, pero no, estudios posteriores confirmaron que fue escrita por Caroline.

El siglo XVIII fue llevado una vez más a la pantalla con la vida del poeta Sayat Nova, que significa “Maestro de los cantares”, nombre adoptado por el poeta de origen armenio Harutyun Sayatyan en THE COLOR OF POMEGRANATES/SAYAT NOVA: El color de las granadas/Sayat Nova (1968) del genial Sergei Parajanov. Un filme dirigido a los sentidos con paso seductor de flores, vino, tapices, música, alegría que sirven de marco para dar vida a Sayat Nova. ¿Es locura que los hombres se levanten sus blancos faldones, canten y bailen en el filme, aplastando con sus pies frutas en una danza frenética? Esta cinta alterna instantes de reflexión y silencio. Película hermosa como una tómbola poética. Fue un verdadero acierto que en este festival se honrara la obra de Sergei Parajanov, creador de Ashik Kerib (1988) otra joya de la cinematografía.

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LE MARAVIGLIE: Las maravillas de Alice Rohrwacher acontece en la Italia rural, donde un matrimonio y sus cuatro hijas viven de la captura de abejas para obtener la miel. Es una vida estricta, rutinaria, y la hija mayor (Maria Alexandra Lungu) llamada Gelsomina, es un guiño al cinéfilo en claro homenaje a la Giulietta Masina de La Strada por Fellini. Ésta es una película que desafía la comprensión y el gusto del público. No es para contarla sino para verla. Estos seres viven en un lugar agreste, ¿no podría ser un televisor la caja mágica que ofrece ofertas tentadoras? Un camello que, de repente, se pare; unas ancianas que canten; un niño que, como animal herido, recibe el afecto de otro ser humano y un hombre que aspira a la excelencia para producir la miel más pura, ¿no son las verdaderas maravillas? Rohrwacher mostró en Corpo Celeste (2011) su primera película, una especial empatía por la niñez. Ahora, con su segundo filme, Las maravillas, obtuvo el Gran Premio del Jurado en Cannes 2014.

En TIMBUKTU: Tombuctú de Abderrahmane Sissako, lo antiguo y lo moderno se enlazan con arenas milenarias cuyos habitantes cruzan en motonetas, hablando por celulares. Es en esta ciudad de Mali, invadida por un grupo de terroristas islámicos, yihadistas, donde las reglas impuestas son inflexibles: “Es Ramadán y queda prohibido mantener relaciones sexuales, cantar, bailar, jugar, cometer adulterio…”. Pero el pueblo no hace caso y desafía esas órdenes. Veremos a una mujer que, por cantar, va a recibir cuarenta latigazos. Lo increíble es que, mientras estalla el látigo en su carne, ella, en un acto de rebeldía, continúa cantando. Una película de Sissako estremecedora con una secuencia que posiblemente el cinéfilo nunca olvidará. Es el castigo a una pareja adúltera: enterrados en esas arenas hasta el cuello con las cabezas al descubierto, una ensangrentada ya, serán apedreados hasta morir.

El adulterio es el tema de LA CHAMBRE BLEUE: La habitación azul de Mathieu Amalric. A este actor y director le cautivó una gota de sangre, que es como empieza la novela de Georges Simenon, y por ello se decidió a actuarla y dirigirla. Curiosamente, en México, existe una versión anterior de La habitación azul, hecha por Walter Doehner en 2002. En la de Amalric, él y ella (Stéphanie Cléau) se encuentran en el hotelito de un pueblo donde siempre toman la misma habitación azul. Son encuentros apasionados y a la vista de muchos: el encargado del hotel, la camarista que limpia la habitación, ciertos transeúntes que miran y callan. El adulterio se lleva a cabo sin ninguna discreción. Y, sin embargo, quedan dudas. En el caso de ella, está claro que mató a su marido. ¿Pero él…?

El filme de Bennett Miller FOXCATCHER: Zorro cazador es la historia de John E. du Pont, anclada en un terreno de sombras y ambigüedades. ¿Por qué du Pont padre no aparece ni se menciona nunca? ¿Por qué este hijo (maravillosa actuación de Steve Carrell con su hablar pausado, su nariz postiza y su mirada perdida) quiere impresionar tanto a su madre, cameo roll de Vanessa Redgrave? ¿Por qué este du Pont desea auspiciar la carrera de lucha libre de los hermanos Schultz, Dave (Mark Ruffalo) y Mark (Channing Tatum)? Ésta es una historia trágica basada en un caso real que comienza cuando Mark, el hermano menor, obtiene la medalla de oro en 1984 y recibe la invitación de du Pont para apadrinarlo en su carrera. Él habla mucho del honor de su patria, y su ambición es que Estados Unidos sea el campeón en las próximas lides olímpicas. Quiere tomar bajo su ala a Mark, quien acepta. Digamos entonces que el zorro ha cazado su presa. Primero lo enternece contándole sus confidencias, para después lenta y metódicamente destruirlo, obligándole a pronunciar públicamente discursos elogiosos cuyos textos el propio billonario le escribía. Después, vendrá la cocaína. La mansión se va llenando de más presas y, así, el cazador va consiguiendo formar su equipo de lucha libre. El más difícil es Dave, el hermano mayor, porque está felizmente casado y tiene hijitos pero du Pont le habrá hecho una oferta muy tentadora. Dave, su esposa (Sienna Miller) y los niños van a vivir a la mansión. Entre los hermanos, comienza el antagonismo porque un Mark desilusionado está en franca etapa de rebeldía y Dave está deslumbrado con el mundo que le ofrece du Pont. En el gimnasio, los luchadores se ejercitan, du Pont incluido. Es un mundo masculino, los entrenamientos y las practicas se suceden y en esos cuerpos musculosos entrelazados que luchan y se golpean, percibimos que posiblemente este du Pont sea un homosexual reprimido; pero eso sólo sería descubrir la punta del iceberg. La película de Bennett Miller fue la que recibió, en la prensa, el aplauso más cerrado de esta muestra. De seguro Carrell, Tatum y Ruffalo serán postulados para el Oscar.

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De haber vivido Bob Hope y Bennett Miller haberlo dirigido, sin duda, hubiese transformado a este comediante en un asesino siniestro.

La película que abrió este festival fue GONE GIRL de David Fincher, basada en la exitosa novela de Gillian Flynn. Es también material para el Oscar. Los protagonistas de esta historia son Amy (Rosamund Pike) y Nick (Ben Affleck) que nos presentan una visión sui generis del matrimonio. Ellos conforman una pareja de escritores aparentemente dispares que se aparejan, pues se merecen el uno al otro. Del tránsito del amor a la hostilidad y luego a la comprensión, toma su tiempo en este thriller que terminará por ser melodrama. Son esos cambios y transformaciones por los que pasarán Amy y Nick.

No faltó en este festival el tema de las familias disfuncionales. La actriz y directora Asia Argento en INCOMPRESA: Incomprendida trata el caso de Aria (Giulia Salerno) una niña abandonada a su soledad, ya que sus padres (Gabriel Garko y Charlotte Gainsbourg) cada uno, han escogido como favoritas a las dos hermanas mayores. ¿Qué hace Aria? Buscar el cariño por otros lares: un gato extraviado, el amante ocasional de la madre, un grupo de hippies que le enseñan a fumar y a beber. Incomprendida fue un filme que brilló gracias a la excelente actuación de Giulia Salerno cuyo expresivo rostro ilumina la pantalla.

CITIZENFOUR: Ciudadanocuatro, la película de Laura Poitras, es otro thriller pero en la política que sucede durante tres días concretos del mes de junio de 2013, cuando Poitras y el periodista de The Guardian, Glenn Greenwald, vuelan a Hong Kong para entrevistar a una persona que les enviaba correos y se identificaba como “ciudadanocuatro”, quien resultó ser Edward Snowden. Unos lo consideran traidor, otros, héroe y en el documental de Poitras, este hombre de 29 años se presenta como una “víctima voluntaria”. Snowden parece ser un árbol con muchas ramas y todas conviven en una especie de simultaneidad. El documental es simple y sobrio, pero después de esos tres días de junio han sucedido tantas cosas y han corrido tantos rumores que ojalá Poitras nos pueda ofrecer una segunda parte donde se conecten los puntos y se aclaren dudas, ya que esta historia aún no ha terminado. En el filme se redefinen los vocablos “democracia” y “libertad”, que ya no se mencionan; en su lugar, se utiliza sólo la palabra “privacidad”. Por de pronto, Ciudadano cuatro es un testimonio demoledor para la Casa Blanca y su presidente.

Crítica hiriente, ésta para Hollywood, fue MAPS TO THE STARS: Mapas a las estrellas de David Cronenberg. Las estrellas en el cielo, aunque sean distintas, en verdad son las mismas. Cronenberg parece opinar así de las estrellas de Hollywood; hipocresía, envidia y traición son cuchillas que se hunden en la carne de estos personajes. La interpretación de la actriz Havana (Julianne Moore, premio a la mejor actuación femenina en Cannes 2014) en el filme Mapa a las estrellas ha obtenido el Globo de Oro pero está insatisfecha, quiere el Oscar y, para obtenerlo, hará cualquier cosa. Abrir piernas y asistir a todo tipo de convivios privados que productores y billonarios organizan, es un imperativo. Los jóvenes actores y actrices son un remedo ridículo de sus mayores, como sucede con un güerito engreído (Evan Bird), altanero y prepotente, que trae un aire muy parecido a Justin Bieber. La película avanza y termina por ser un film noire de una raza muriente por degenerada.