SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La definición de la marca “Israel” debe, desde ahora, proyectar el más sobresaliente beneficio competitivo del país: el progreso de la tecnología para beneficio humano.
Israel está obligado a demostrar, con su imagen, los enormes beneficios tecnológicos que tiene. Acaso el mundo occidental es consciente del hecho que, en Israel, más de 20 empresas, forman parte del mercado en el área de su actividad entre las más grandes del mundo, como por ejemplo: Teva, Iscar, Combers, Químicos de Israel, Industria Aérea, Mercuri, Keter Plásticos, Hazera y otros.
El hecho de ser Israel definida como segunda en el mundo, después de Canadá, en el número de empresas extranjeras inscriptas en la Bolsa de Valores de Estados Unidos, la mayor parte en áreas de la alta tecnología, representa un instrumento de esclarecimiento cuya meta es la exhibición de un pueblo valiente, trabajador, obstinado, formado, emprendedor y firme en su objetivo. Esa es la imagen del sionismo del siglo XXI.
El rostro de Israel
Más allá de la cobertura tecnológica del país, el programa de comercialización de la nueva imagen de Israel debe contener variadas áreas de la vida que muestren, en vidriera, el lindo rostro de Israel.
Las películas de calidad comenzaron a cosechar premios internacionales de prestigio en festivales a pesar de que algunas tratan del conflicto en la región. También esos documentales dan a conocer el rostro del país: democrático, libre, que no duda en limpiar sus heridas aún cuando el retrato que se observa no despierta sensibilidad. A modo de comparación, el director español Almodóvar, quien muestra con orgullo a España en sus distintas variantes, produce un objeto de exportación de imagen excelente para su país.
El Estado de Israel debe promover iniciativas, sociedades y organizaciones deben adelantarse y exhibir un mundo de productos y creaciones que afilen sus valores sociales, culturales y comerciales de un país que imprimió sobre su bandera el símbolo del progreso.
Para alcanzar ese objetivo será importante presupuestar y poner en funcionamiento un fondo nacional de comercialización de la imagen que apoye las amplias tendencias internacionales de negocios israelíes “que lo tienen”.
Esa cristalización de la nueva imagen del país exigirá una política de acción definida y determinante que adopte normas de adecuación de actividades por parte de representantes del gobierno, el mundo de negocios, los artistas, la educación, los medios y la multimedia.
La nueva imagen – país constituye un desafío enorme. En la realidad en la cual vive Israel es posible sumar a esa meta a los lideres sociales y económicos que brindarán su mano al desafío porque eso está en nuestra sangre.
Fuente: Cidipal
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