ELENA BIALOSTOCKY PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Las votaciones en Israel para formar un nuevo gobierno tuvieron lugar el pasado 17 de marzo, dando como resultado la victoria para el partido Likud, encabezado por Benjamín Netanyahu (Bibi).

Dos días después de las elecciones, el jueves 19 de marzo, el doctor Jonathan Davis,Director de la Escuela Internacional Raphael Recanati y Vicepresidente de Relaciones Externas de la IDC Herzliya en Israel, dio una plática en el Centro Cultural Monte Sinaí con el propósito de aclarar a los presentes cómo y porqué los resultados de las elecciones son lo que son.

“¿Cómo puedo tener la audacia de hablar ante ustedes de unas votaciones que se llevaron a cabo hace apenas 36 horas en Israel?”, comenzó Davis. “Tenemos que estar pendientes de nuestras computadoras para ver lo que está sucediendo. Sólo unas horas antes (de la publicación de los resultados) llegan las votaciones de los soldados, prisioneros y diplomáticos que se encuentran alrededor del mundo”.

Davis opina que “las votaciones que se acaban de llevar a cabo quizá no debieron realizarse. Muchos de los israelíes piensan que Bibi no debió disolver el gobierno, para permitir los ministros continuaran su labor unos cuatro años más”. Según el conferencista, “es muy difícil llevar a cabo tus metas cuando sólo estás en el gobierno doce meses”.

Se habla en Israel de cambiar el sistema de gobierno por un régimen presidencial que tenga una duración de cuatro años y en el que el presidente no pueda ser removido salvo por fallas graves e importantes. Además, lo que se busca es que el presidente tenga más fuerza, ya que actualmente la fuerza está en la coalición de los diferentes partidos.

“Volviendo a la última elección, podemos decir que fue uno de los mejores ejercicios de democracia que haya habido en Israel, principalmente porque nadie podía saber cuál sería el resultado. Generalmente, podemos adivinar cuál será el resultado de una elección en Irán, Siria, Iraq o Egipto pero el único país en el que no se puede adivinar es Israel, ya que es el único país democrático en Medio Oriente”.

Jonathan Davis señaló que Israel debe ser una luz en la zona y que se deben poner las cosas en la correcta proporción y contexto. “Cada vez que despertamos, en Israel, debemos dar las gracias por ser una democracia”.

Las encuestas predecían una victoria para el partido Laborista, encabezado por Isaac Herzog y Tzipora (Tzipi) Livni con, por lo menos, de tres a cuatro bancas de ventaja sobre el partido Likud.

“Se menciona que las elecciones fueron como un terremoto y que los resultados fueron un gran shock para todo el país, el mundo e, inclusive para el Likud, el cual estaba seguro de que perdería las elecciones”. Los comicios fueron justos y todos los partidos tuvieron la oportunidad de expresar sus valores.

“La prensa israelí se mostró contraria a la derecha y mostraron a Bibi como un emperador”, dijo el conferencista. Se lanzó en los medios una campaña anti-Bibi, basada en “cualquiera menos Netanyahu”.

Al ver los resultados, Likud recibió 30 escaños; la Unión Sionista, 24; la Lista Árabe Conjunta, 13; Yesh Atid, 11; Kulano, 10; Habait Haiehudí, 8; Shas, 7; Judaísmo Unido de la Torá, 6; Israel Beitenu, 6; y, finalmente, Meretz, 5.

“Los encargados de las encuestas en Israel entrevistaron a cientos de ciudadanos, de los cuales, muchos sintieron vergüenza al decir que votarían por el Likud. Sin embargo, debido a las campañas o a lo que realmente querían los encuestadores, en ningún momento mostraron la realidad del pensamiento de los ciudadanos”.

“Siendo objetivo”, continuó Davis, “llego a la conclusión de que a la ciudadanía israelí no le gusta Bibi ni su esposa y que votaron por él como una persona fuerte, que estará ahí para el pueblo”.

En palabras de Jonathan, “Netanyahu se da cuenta de que está en deuda con la ciudadanía desfavorecida y que el Likud tendrá que luchar por mejorar la situación económica y de salud del pueblo”.