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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

La Orquesta Sinfónica de Minería

La temporada de verano 2015 de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) inició el 3 de julio, cubriendo 9 programas, dos o tres conciertos semanales hasta el 30 de agosto próximo. A diferencia de otras temporadas, en que asistíamos a todos los conciertos, en la presente solo iremos a cuatro, a fin de tener flexibilidad en la realización de nuestras actividades familiares. En este contexto, el domingo pasado concurrimos a la Sala Netzahualcóyotl, en la Ciudad Universitaria, a escuchar el Tercer Programa bajo la dirección de José Areán en el que la OSM interpretó, en primer término, la Séptima Sinfonía de Jean Sibelius (1865-1957), músico finlandés que la compuso en marzo de 1924 y en la que “logra integrar varios movimientos de una obra en uno solo de manera estructural”, con duración de  22 minutos.

La segunda presentación fue el Quinto Concierto para Piano y Orquesta en mi bemol mayor, op. 73 Emperador de Ludwig van Beethoven (1770-1827) ejecutado por el extraordinario pianista mexicano de 64 años, Jorge Federico Osorio, que representó un homenaje a su labor por 50 años de carrera artística y de quien he hecho comentarios en Crónicas previas. Este fue el último concierto para piano de Beethoven, escrito entre 1809 y 1811 en Viena y está dedicado a Rodolfo de Austria, protector y pupilo del compositor. El concierto que tiene una duración aproximada de 40 minutos esta dividido en tres movimientos: Allegro, Adagio, un poco mosso y Rondo, Allegro manon troppo. La música en este concierto es, a mi juicio, “muy vibrante” y da pie a una soberbia interpretación del pianista, que en el caso de Jorge Federico Osorio, alcanza niveles “sublimes”. Un público muy emocionado y conmovido ovacionó largamente al célebre pianista. Cabe destacar que Osorio comenzó sus estudios musicales a los tres años de edad, bajo la guía de su madre, la pianista concertista Luz María Puente.

Osorio ha expresado que Beethoven “me atrapa y no me suelta. Se debe a la profundidad de su música, sobre todo es el mensaje tan universal, directo y humano que tiene su música”.

Por último, fue presentada la Cuarta Sinfonía op. 29. “Lo Inextinguible” del compositor Danés Carl Nielsen (1865-1931), fue escrita entre 1914 y 1916 y presentada el 1º. de febrero de este último año en Copenhague. La obra tiene un carácter vigoroso, en la que destacan los timbales y los violines; la Cuarta Sinfonía según el autor “obedece a un decidido propósito de representar la voluntad de vivir, a una verdadera manifestación inextinguible de la vida”, en estas palabras esta una nueva fe en las formas de la vida tras la desganadora sensación que le estaba produciendo la Primera Guerra Mundial.

Con la venia de los lectores comentaremos los próximos conciertos de la OSM.

Joaquín Pardavé versátil actor y compositor.

La Fonoteca Nacional, situada en el corazón del viejo coyoacán, en la calle más emblemática de ese barrio, Francisco Soza, de la cual ya hice comentarios en una Crónica anterior, recordó esta semana a Joaquín Pardavé, a 60 años de su muerte, con sus canciones más representativas. El acto y velada musical, a la que tuve el placer de asistir, desbordó de gente la pequeña sala donde se llevó a cabo; mi credencial de periodista de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM) nos permitió la entrada sin problemas.

La presentación fue presidida por Pavel Granados, escritor y editor que desde el 2011 es el Coordinador del Catálogo de Música Popular Mexicana de la Fonoteca Nacional, que tiene varias “joyas” que compuso Joaquín Pardavé, como el corrido que dedicó a Pénjamo, Guanajuato, donde nació en 1890 y que en 1983 grabó Astrid Hadad, admiradora de la obra de Pardavé, quien participó en el evento en memoria del compositor; interpretando varias canciones del mismo; Astrid, hija de inmigrantes libaneses, nació en 1956 en Chetumal, Quintana Roo; es cantante de música tradicional mexicana y ha rescatado varias canciones de este género. Astrid a veces hace gala de doble sentido en sus interpretaciones, recurre al albur; igualmente, hace crítica social referida principalmente a la injusticia política y a la opresión de la mujer. Ha adaptado canciones rancheras a ritmo de rock, lo que ella denomina “Heavy Nopal”, además de realizar espectáculos de Cabaret.

En el evento también participó el cantante e investigador regiomontano, Zarco Gómez, que en breve publicará un libro sobre la vida y obra de Pardavé. Zarco ha escrito numerosos programas radiofónicos infantiles y presentado varios espectáculos musicales. Cantó viejas canciones de Pardavé con un tono de voz similar a la de Pedro Infante e  indicó que se han identificado hasta ahora más de 75 canciones de Pardavé.

Pardavé comenzó su carrera en el teatro a los 4 años de edad y cambió al cine durante la época del cine mudo. En la ciudad de México se incorporó a la compañía de zarzuela de su tío Carlos, y luego a la de José Campillo; empero, sus triunfos los obtuvo al interpretar papeles cómicos que ridiculizaban a los estadounidenses y a los orientales. Poco después trabajó en pareja con el cómico Roberto “el panzón”, uno de los primeros cómicos surgidos de las carpas. Más tarde comenzó a dirigir sus propias películas, además escribió varios libretos de gran calidad para películas de la época de oro del cine mexicano.

Por otra parte, en la velada se proyectaron escenas de películas antiguas en las que Pardavé hace gala de sus dotes histriónicas y versátil personalidad, destacó por sus inolvidables personajes del cine como Susanito Peñafiel o el Baisano Jalil. No solo fue actor de cine, también lo fue del teatro de revista. Pardavé nació en una familia de actores de teatro de origen español; en su obra, por un lado, está la música campirana inspirada en Guty Cárdenas, melodías melancólicas, a veces chistosas, como la canción “Ventanita Morada”, empero, sobre todo, añorando la provincia, como “Florecita de Retama” y “Varita de Nardo” y por otra parte, la influencia de Agustín Lara, inspirado en él compuso Cholita, que es un bolero que dedicó a su esposa, y después “Negra Consentida, un bolero internacional”. Las canciones interpretadas en la sesión fueron acompañadas por un excelente guitarrista.

La audiencia estuvo integrada en gran parte por nostálgicos de la tercera edad que siguen gozando de las películas y la música de Pardavé. También asistieron varios descendientes del maestro.