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SERGIO BACARI PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

“Hay un millón de leyes para respetar los diez mandamientos”

Anoche me pasé horas ayudando a mi hijo para un examen de historia. Me llamó la atención una oración relacionada con los rezos de los judíos que decía así: “En Yavne, lugar donde el judaísmo dicta sus nuevas leyes desde la diáspora y al ser destruido el Segundo Templo, se decide crear una serie de rezos para evitar la asimilación, para cambiar la costumbre o el mandamiento que decretaba hasta esos días que los judíos debían visitar el Gran Templo tres veces al año y para cambiar el ritual de sacrificar animales a algo más moderno, más adecuado”

Nunca me pregunté el motivo de los rezos; son esas cosas que siempre hice sin preguntar demasiado (mientras las hice) y este rato con Eden me encendió la curiosidad. ¿Por qué rezamos los judíos y desde cuándo?

El rezo en el judaísmo se menciona ya en la Biblia como un acto individual y también público, es más bien un grito espontaneo para pedir ayuda en momentos de crisis o para agradecerle a Dios. En el primer caso Moshe le pide a Dios que perdone a su hermana Miriam y la cure de la lepra que estaba sufriendo. En el segundo caso, de agradecimiento, cuando Hana le dedica a Dios una canción de alabanza mientras trata de agradecerle por el nacimiento de su hijo Shmuel después de tantos años de intento. En su canción (o poesía) ella describe el poder de Dios y su capacidad de influir en la vida de cada persona.

A principios del judaísmo el rezo se llevaba a cabo solamente por medio de sacrificios, matando un animal por la mañana y otro por la tarde (sacrificios eternos) o sacrificando los sábados y en fiestas (sacrificios agregados). Con la destrucción del Segundo Templo y la “mudanza” del judaísmo a Yavne, se crean nuevas leyes. No es suficiente con visitar el Templo 3 veces por año, además no hay más Templo, ya que fue destruido y es ahí donde deciden buscar otros caminos para comunicarse con Dios. El rezo pasa a ser el centro de la relación entre la persona y Dios. Los líderes religiosos se ponen de acuerdo y decretan que a partir de esa época cada persona debe rezar 3 veces por día un rezo llamado “Amidá” (de pie), en público y mirando a Jerusalem. Este rezo está escrito en plural y debe hacerse con un mínimo de 10 personas (minian).

A pesar de todos los cambios que hubo en el mundo desde el siglo II, las revoluciones, las persecuciones, los pogroms, la transformación del pueblo judío en nómada y como consecuencia la dispersión por todo el mundo, aún se conservó con una total semejanza este rezo en cada uno de los judíos, en cada una de las comunidades: en su número, tiempos y contenidos. En el siglo XVI cuando se imprime el primer Sidur (libro de rezos) ninguna de las comunidades alrededor del mundo son sorprendidas. Se trataba de un rezo que ya conocían a la perfección. Si bien cada comunidad lo hizo a su manera, la esencia del rezo fue siempre la misma en todo el mundo y es muy fácil para un judío de Sudamérica entrar en una sinagoga de Australia o Francia y realizar el rezo sin sentirse un extraño.

En el siglo 19, en aquellos países donde los judíos disfrutaron de igualdad de derechos (emancipación), nacieron como consecuencia distintas corrientes que comenzaron a mirar y practicar la religión de una manera diferente. Hoy en día son tres las principales: quienes ven a la religión judía según sus puntos de vista:

– Los ortodoxos que llevan una vida de acuerdo a la halajá. La halajá es la recopilación de las principales leyes judías y que incluyen 613 mandamientos, las leyes talmúdicas y las rabínicas. Ellos creen que la Torá fue entregada por Dios y que la halajá es eterna y casi no expuesta a cambios. Estos tratan de conservar la religión como era antes de la emancipación, se esfuerzan por reforzar el cumplimiento de los mandamientos y el respeto a las autoridades o líderes espirituales por medio de la educación formal. En el siglo XIX, se organizaron las comunidades ortodoxas de todo el mundo con el objetivo de enfrentarse al proceso de emancipación y descalificar por completo a las otras dos corrientes.

– Los reformistas, que como lo dice la palabra trajeron reformas o cambios en la vida del judío, en las bases de la creencia y también en los rezos. Entre los principales cambios ellos dejaron de lado la resurrección de los muertos y la llegada del mesías. Además dejaron de cumplir algunos mandamientos, como el permiso de viajar el día sábado. Los reformistas decretaron que en el judaísmo el principal mandamiento es el moral y por ello, el principal valor del judío es la igualdad entre los hombres y la convivencia con todas las religiones.

– Los conservadores, que parecido a los reformistas, ponen el valor de la igualdad por sobre todo. En ellos vemos cómo le fueron dando a la mujer mucho más lugar en las actividades religiosas, permitiéndoles ser rabinos y tomando parte activa y central en los rezos. A diferencia de los reformistas, ellos respetan la autoridad de la halajá aunque sus mandamientos los adecuan a las diferentes épocas.

La mayoría de la población del país se considera tradicionalista. El sionismo trajo consigo a Israel valores basados en la historia pero de una manera laica, cambiando los valores históricos religiosos por valores culturales, costumbres, actos, ceremonias, ideas y creencias, reglas de conducta y demás valores que fueron pasando en el judaísmo de generación en generación. La Torá, que está por encima de todo, es un libro escrito por el hombre y no un regalo de Dios. De ahí el apodo al pueblo judío como “el pueblo del libro” relacionado a la Torá.

Todo esto que describo está basado en mi educación tradicionalista. Cuando le pregunten, por ejemplo, a una persona creyente el origen de los rezos, éste les explicará que Abraham, Itzhak y Yaakov fueron los que crearon los tres rezos diarios: Shahrit (al amanecer), Minja (desde el mediodía y hasta que salga la primera estrella) y Aravit (por la noche),

Shabbat shalom para los que hoy van al templo a rezar, para los que lo hacen en sus casas y para todos aquellos que sienten este día de una manera especial.