ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Como cada primer sábado del mes, el día 1º de agosto se llevó a cabo la reunión de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM). La concurrencia fue grande, todos con el interés de ver y oír el programa que se presentó en esta ocasión.

Para iniciar, Manuel Taifeld proyectó una semblanza en video sobre la vida  del periodista Jacobo Zabludosky; en las imágenes se pudo observar el edificio en el que creció Jacobo, su familia, así como el paso por sus diferentes trabajos y encuentros con grandes personalidades de México y el mundo.

Posteriormente tomó la palabra Irving Gatell,  historiador, aclarando algunos temas relevantes del judaísmo.

¿Por qué los judíos no pueden pronunciar el nombre de D-os? 

“Aquí vemos que la prohibición de pronunciar el nombre de D-os, es una consecuencia natural de la  evolución de esta idea, de ir desprendiéndose de la idea de un dios superhéroe, grandote y muy poderoso. En las otras religiones antiguas, los dioses eran vistos con características humanas: muy poderosos, pero violentos, pasionales y hasta irracionales, como los seres humanos. El texto bíblico no está muy lejos de esta visión: D-os se enoja, hace corajes, llora, se arrepiente. Pero lo grandioso del texto bíblico es que por encima de esas emociones, D-os se presenta como alguien justo. Hay una conciencia moral bien definida. Ese fue el primer gran paso en la evolución del entendimiento que el Judaísmo tiene sobre D-os, y el clímax llegó con el Judaísmo Rabínico, que se deshace de toda esa parafernalia que haría de D-os sólo una proyección de lo que somos nosotros. En el Judaísmo Rabínico D-os está desprovisto de toda imagen, tal y como lo establece la mitzvá: No te harás imagen delante de Mí. Por eso no pronunciamos Su Nombre, aunque las letras estén escritas y hasta conozcamos las vocales puestas por los Masoretas.

Se trata de entender que lo Divino está más allá de lo que nosotros podemos tocar con las manos, pero también con nuestros conceptos. El concepto de no hagas una imagen también quiere decir no te lo imagines. El concepto final es no pronuncies su nombre, porque en el momento que quieres pronunciar su nombre otra vez lo reduces a la dimensión humana”, dijo.

¿ Acaso los judíos fueron los primeros en promover la separación entre la religión y el Estado?

“¿Cuándo entendió la sociedad europea que había que separar el Estado de la Iglesia? Apenas lo comenzaron a entender hace dos siglos. Los judíos lo tenemos muy claro desde la antigüedad: dos siglos antes de la era cristiana muchos judíos se rebelaron contra los Hasmoneos, porque una sola familia acaparó el poder político y religioso, y en la Torá se establece que el sumo sacerdote debe ser de una familia y el Rey de otra.

¿Por qué el pueblo judío es inmortal?

Nuestros ancestros fueron capaces de sobrevivir a una tragedia, que en la antigüedad habría significado la desaparición de cualquier otra nación. Todas las naciones que fueron conquistadas por asirios o  babilonios desaparecieron por las estrategias que ellos implementaban de trasladar y mezclar poblaciones. El pueblo judío fue sometido a ese mismo proceso, pero sobrevivió, porque a la destrucción del templo le supo dar una interpretación moral. En vez de asumir un determinismo fatalista, entendió que el destino -para bien y para mal- está en las manos de uno mismo, y si se hacen las cosas bien, el resultado tiene que ser bueno.”

¿Por qué los judíos están a la vanguardia de las ciencias y las artes?

 No es cualquier cosa ser judío o cargar con la identidad judía. Lo podemos ver reflejado en la cuestión del antisemitismo y de la necesidad de descalificar a Israel. El problema con Israel es que es judío, no puede pasar desapercibido nada más por eso.

Tiene que ver mucho con el lenguaje, tiene que ver con que no escribimos las vocales. La cultura occidental está fundamentada en la tradición greco latina, el griego y el latín son idiomas muy precisos, el griego es el idioma de la filosofía y el latín el de las leyes. El hebreo se escribe sin vocales, por lo que puede tener varias lecturas e interpretaciones. La diferencia entonces es que en griego o latín, la información se recupera, mientras que en el hebreo, la información se reconstruye. Para poder leer el texto bíblico, por ejemplo, se necesita saber de antemano qué dice, porque las vocales no están escritas. Y si sucede que una palabra o frase se puede leer de dos maneras distintas o más, nuestros sabios dicen que todas las opciones se tienen que estudiar y discutir.

A eso estamos condicionados. Por eso, a todo le encontramos el albur, el doble sentido. El verdadero sello del humor judío no es burlarse de uno mismo (eso lo hacen todos los pueblos), sino la forma en que destrozamos el lenguaje, porque aunque nos den el texto en español o en griego, que es información precisa que se recupera, nosotros lo leemos como si estuviéramos leyendo en hebreo. Por eso, aún con los idiomas occidentales, siempre estamos pensando en dos o tres cosas al mismo tiempo, a partir de un solo estímulo. Por eso, en las ciencias y en las artes el judío suele estar un paso adelante de los demás.

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