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Alabar a Dios mientras uno sufre el dolor de la pérdida de un ser querido, pareciera algo contradictorio, pero ese acto abre el camino al consuelo y a una nueva relación con el Creador de la vida.

MARCOS GOJMAN

El kadish es un rezo que alaba a Dios y expresa el anhelo de que se establezca Su Reino en la Tierra. Se recita al concluir algunos rezos en la sinagoga, después de leer la Torá, después de algún discurso religioso y cuando alguien está de luto. Está escrito en arameo, con excepción de la última oración, ya que la práctica de recitar el kadish se desarrolló en Babilonia, donde la mayoría de los judíos hablaba arameo.

El kadish originalmente lo recitaba el rabino al momento de terminar de estudiar un midrash o una agadah y despedir a sus alumnos. Ellos respondían: “Que Su Gran Nombre sea alabado por toda la eternidad.” La versión más antigua data de la época del Segundo Templo y es lo que hoy conocemos como Hatzí Kadish (medio kadish). Las palabras con que inicia, Ytgadal be Ytkadash, están inspiradas en un versículo de Ezequiel (28:23), donde el profeta imagina el tiempo donde Dios será reconocido como el más grande a los ojos de todas las naciones. Para el siglo VI EC, el kadish ya estaba incorporado a los rezos como una separación entre sus diferentes partes. La costumbre de que los deudos reciten el kadish se origina cuando se empezó a estudiar Torá en la casa del duelo, con el objeto de ganar más méritos para el difunto y se decía al finalizar el estudio. Después de las matanzas en la época de las cruzadas, el kadish quedó definitivamente atado al ritual de duelo. Inicialmente, sólo se recitaba a la muerte de un erudito, pero después se recitaba en cada entierro para no poner en vergüenza a los demás.

Durante el rezo en la sinagoga se utilizan por lo general cuatro tipos de kadish:

  1. El Hatzi Kadish o medio kadish, que se intercala entre los rezos, como por ejemplo entre el Shema y la Amidah.
  2. El Kadish Yatom o kadish de duelo que sólo lo dicen las persona que están de duelo o los que conmemoran el yorzait (aniversario de la muerte) de algún familiar y que requiere de un minian (10 personas) para poderlo decir.
  3. El Kadish Shalem o kadish completo, que se dice al final del rezo.
  4. El Kadish d´Rabanan o el kadish de los rabinos, que se dice al terminar algún sermón, especialmente por los que están de duelo.

Aunque en el judaísmo ortodoxo no se les permitía a las mujeres decir el kadish de duelo, esto ha ido cambiando. Algunas organizaciones ortodoxas como Beit Hillel en Israel o la Unión de Congregaciones Hebreas de Gran Bretaña ya lo permiten y lo apoyan. Henrietta Szold, fundadora de Hadassah/WIZO y una de las ocho hijas de un rabino de Baltimore, cuando murió su madre, un amigo cercano le ofreció que él podía decir kadish por ella. Henrietta le contestó: “Yo creo que la intención de liberar a la mujer de la obligación de cumplir con algunas de las mitzvoth, era por su responsabilidad de atender las necesidades de la familia. Pero ahora pueden cumplir con esos mandamientos y no por eso lo hace menos valioso que si la cumpliera un hombre.”

Sin duda el decir kadish tiene un efecto terapéutico para los dolientes. Como se requiere de un minian para poderlo decir, los obliga a salir a la calle y estar con gente, en vez de quedarse encerrados en la casa. Alabar a Dios mientras uno sufre el dolor de la pérdida de un ser querido, pareciera algo contradictorio, pero ese acto abre el camino al consuelo y a una nueva relación con el Creador de la vida. Se alaba a Dios en los momentos más difíciles. Se alaba a Dios cuando es difícil entender la vida. Por eso en el kadish no se menciona la muerte.

Bibliografía: Artículos de: Cyrus Adler, Kaufmann Kohler, Judah David Eisenstein, Francis L. Cohen David Golinkin y Joseph Telushkin.

Fuente:alreguelajat.com