FRANCISCO GIL WHITE

PARTE 3 de “EL TALÓN DE AQUILES: El muftí, los nazis, y la ‘Autoridad Palestina’

Cuando di una conferencia sobre las afirmaciones de Netanyahu concerniendo el papel organizador de Hajj Amin al Husseini—padre fundador del movimiento árabe palestino—en la Solución Final nazi, resultó una controversia con José Hamra Sasson, quien intentó censurar mis actos de comunicación. Publiqué un artículo sobre esta controversia en Enlace Judío, seguido de una réplica de Hamra. Ahora yo le respondo. En mi primera respuesta, abordé el tema de la censura. Aquí, me enfoco sobre la historia del movimiento árabe palestino y los esfuerzos de Hamra por defender que no hay vínculo entre ese movimiento y la ideología nazi.

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Este artículo continúa de la Parte 2 


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José Hamra Sasson y yo tenemos una controversia sobre la historia—y por ende la ideología—del liderazgo árabe palestino.[1] Se reduce a un desacuerdo sobre la relación entre Hajj Amín al Husseini y OLP/Fatah (hoy, la ‘Autoridad Palestina’). Husseini, padre fundador del movimiento árabe palestino, y también un gran exterminador nazi de judíos, nada tuvo que ver, según Hamra, con el origen de la organización que el gobierno EEUU y su ‘comunidad internacional’ buscan imponer como soberano de un territorio estratégico del Estado judío.

Antes de abundar nuestras diferencias, comenzaré por dejar claro dónde Hamra y yo no tenemos desacuerdo.

En su réplica a mi primer artículo, Hamra escribe:

“No hay prueba alguna de que el muftí Amin al-Husseini haya sido fundador de Fatah y la OLP. El muftí quedó marginado del liderazgo palestino tras la Segunda Guerra Mundial por su alianza con las potencias del Eje. Su pasado pro-nazi y su antisemitismo lo relegaron de la política regional. Si acaso, la figura del muftí pasó a ser simbólica por su relevancia durante los años del mandato británico. Sus errores como líder palestino en el contexto geopolítico de la Segunda Guerra Mundial lo postraron a la marginalidad.”

De lo anterior, estoy de acuerdo con Hamra en lo siguiente. Husseini, ‘Gran Muftí’ de Jerusalén, fue de enorme “relevancia durante los años del mandato británico” de Palestina, cuando se convirtió en el máximo “líder palestino.” En el “contexto geopolítico de la Segunda Guerra Mundial,” el muftí, cuya ideología central era “su antisemitismo,” colocó al movimiento palestino en decidida “alianza con las potencias del Eje” para seguir una política “pro-nazi.”

¿Cuál?

Husseini fungió de finales de 1941 hasta el final de la guerra como alto funcionario del Tercer Reich. Existe evidencia para acusarlo de haber ideado y administrado, con Adolfo Eichmann, el sistema entero de campos de muerte. Lo que nadie niega—pues lo testimonian las minutas de los propios nazis—es que en noviembre de 1941, en Berlín, Hitler y Husseini pactaran exterminar a los judíos del Mandato Británico (lo que hoy es Israel).[2] Ese plan no pudo conjugarse. Pero lo que sí pudo hacer Husseini—y sobre esto tampoco hay controversia—fue organizar divisiones musulmanas de la SS que participaron en el capítulo yugoslavo del Holocausto masacrando serbios, judíos, y gitanos. Los parlamentarios británicos, al terminar la guerra, exigieron que fuera enjuiciado en el Tribunal de Nuremberg por crímenes de guerra y contra la humanidad, pero escapó a Cairo.[3]

En mi conferencia de Día Limud, y en mi primer artículo, compartí los detalles de estos crímenes impensables de Husseini. Hamra, curiosamente, los califica de “errores”—pero no los regatea—. Entonces, Hamra y yo estamos de acuerdo que el muftí Husseini, padre fundador del movimiento árabe palestino, se incluye en el grupo de grandes exterminadores nazis que organizaron la Solución Final.

Empero, Hamra ve en la historia del movimiento palestino—y aquí nuestra controversia—una presunta discontinuidad, personificada por dos figuras que, según él, son enteramente disímiles: Husseini, el exterminador nazi, y Yasser Arafat, el líder de Fatah, la OLP, y la ‘Autoridad Palestina.’

Escribe Hamra:

“No hay prueba alguna de que el muftí Amin al-Husseini haya sido fundador de Fatah y la OLP.”

Cuando Hamra dice “no hay prueba alguna,” debo apuntar, esto significa para él que ningún historiador lo afirma. Así, en mi conferencia del 8 de noviembre en Día Limud, Hamra me retó a que produjera el nombre de un historiador—quien fuera—que ligara la creación de OLP/Fatah con el exterminador nazi de judíos Hajj Amin al Husseini. Howard Sachar, le propuse. Pero Hamra reviró que tenía los nombres de 10 historiadores que afirmaban lo contrario. Pedí uno. Barry Rubin, me dijo. Acto seguido, publiqué mi artículo citando tanto a Sachar como a Rubin—mi estándar y el suyo—ambos vinculando el origen de OLP/Fatah con el muftí Husseini.

Hamra responde:

“Respecto a la cita que ofrece Gil-White del [historiador] Howard M. Sachar, hay una descontextualización. Sachar hace énfasis en la injerencia de Nasser en la creación de la OLP en 1964. Sachar no relaciona directamente al muftí con Arafat. Que se hayan podido conocer no implica que el muftí haya influenciado con su ideología al futuro liderazgo palestino. En su artículo Gil-White omite la postura de Sachar al respecto.”

Cuando “prueba alguna” es lo que afirme un historiador, la “descontextualización” es poner palabras en boca de Sachar sin tomarse la molestia de citarlo, como hace Hamra. Veamos, mejor, qué dice este historiador.

Howard Sachar describe a Fatah así:

“un grupo palestino rival, y todavía más radical [que la OLP,] basado en Siria: Fatah (el Movimiento de Liberación Árabe), organizado varios años atrás por veteranos del anterior Alto Comité Árabe del muftí [Husseini].[4] (énfasis mío)

Al frente de Fatah, Husseini puso a su favorito: Yasser Arafat.

Sobre la relación entre estos dos personajes hay dos categorías de autor: unos atribuyen su intimidad a su parentesco; otros afirman que solo fingían ser parientes por aprecio mutuo.[5] Howard Sachar es de los primeros:

“El verdadero nombre del líder de Fatah era Abd al-Rahman abd al-Rauf Arafat al-Qud al-Husseini. Lo acortó para oscurecer su parentesco con el desacreditado ex-muftí de Jerusalén, Haj Muhamad Amin al Husseini.[6]

Aquel esfuerzo de Arafat por “oscurecer” su relación con su padrino, el exterminador nazi (“desacreditado” en Occidente, más no entre los árabes), pudiera explicar la percepción de quienes (ej. Hamra) ven discontinuidad en el movimiento palestino.

Pero mi controversia puntual con Hamra es sobre lo que afirma Sachar. Es obvio que Sachar sí “relaciona directamente al muftí con Arafat” y además deja claro que “el muftí Amin al-Husseini [fue] fundador de Fatah.” Cabe entonces preguntar: ¿Por qué afirma Hamra lo contrario? ¿Leyó siquiera el libro de Sachar? Y más al grano: ¿no consultó los pies de página de mi primer artículo?

¿Y qué hay de la OLP?

Hamra escribe: “Sachar hace énfasis en la injerencia de Nasser en la creación de la OLP en 1964.” Y Hamra nos obsequia, además, una lista enorme de historiadores “que no sostienen que el muftí fue[ra] creador de la OLP.” La implicación es que Sachar y aquella multitud todos afirman que Husseini nada tuvo que ver con la OLP; eso fue cosa de Nasser y nada más. ¿Será cierto?

Esto se resuelve, nuevamente, citando a Sachar:

“…en febrero de 1967 el líder [Ahmed Shukeiri] de la OLP fue herido en un atentado. Por el momento, entonces, la organización estuvo parcialmente inmovilizada por intrigas de facción. (p.619)

…Para [1970]… la fragmentación de las filas guerrilleras determinaba la naturaleza alterada de su ofensiva contra Israel. Nominalmente, la mayoría pertenecía a una federación coordinadora paraguas, la Organización para la Liberación de Palestina [OLP]. Sin embargo, esta organización de preguerra dominada por Egipto había sido seriamente lisiada en la debacle de junio y su líder, Ahmed Shukeiri, había tenido que retirarse. Desde entonces, la OLP no había revivido tanto como visto una reencarnación total de membrecía y misión bajo el liderazgo de Yasser Arafat. Consistiendo, ostensiblemente, de representantes de todas las organizaciones guerrilleras, la OLP en su forma resurrecta estaba casi completamente dominada por Fatah, y Arafat mismo era el presidente de su ejecutivo.”[7] (énfasis mío; p.698)

Barry Rubin—el estándar de Hamra—y su coautor Wolfgang Schwanitz concuerdan perfectamente con Sachar:

“En diciembre de 1968, Arafat, de treinta y nueve años, líder del grupo guerrillero Fatah, estaba a punto de apoderarse de la OLP, antes dominada por el colaborador nazi Abd an-Nasir.[8] (énfasis mío)

Según estos autores, a partir de 1970 ‘OLP’ no es otra cosa que el nuevo nombre de Fatah. Por eso yo siempre escribo ‘OLP/Fatah.’

¿Qué sigue? Que los historiadores en la larga lista de Hamra—esos “que no sostienen que el muftí fue[ra] creador de la OLP”—han sido invitados a una controversia falsa. Pues ni yo ni nadie niega que en 1964 la marca ‘OLP’ fuera creada por Nasser. Pero para 1970, como vemos, Fatah se había comido a la ‘OLP,’ adoptando su nombre. O sea que al negociar con ‘la OLP,’ el Estado de Israel realmente negocia con Fatah, creada por Husseini, exterminador de judíos.

Éste es el dato que importa.

Debo apuntar que la fusión de OLP con Fatah no afecta demasiado la cuestión ideológica, pues la OLP original había sido creada, como vemos arriba, por otro “colaborador nazi.” Pero sí afecta un poco, porque Sachar nos advierte que Fatah era “todavía más radical” que la OLP de Nasser.

Fue justo en el periodo de transición, cuando Fatah devoraba a una OLP debilitada, que el muftí—ya en sus últimos años, pues moriría en 1974—intervino para entregar a Yasser Arafat la batuta del movimiento palestino. Lo documentan Rubin y Schwanitz con un reporte de la inteligencia libanesa:

“El 29 de diciembre de 1968, en una junta en la casa del ex-muftí cerca de Beirut, al-Husaini ungió a Arafat como su sucesor.”[8]

Según Hamra, “Que [el muftí y Arafat] se hayan podido conocer no implica que el muftí haya influenciado con su ideología al futuro liderazgo palestino.” Pero sobre este punto Rubin y Schwanitz de hecho son claros:

“El movimiento [palestino] sería dirigido en secuencia por estos dos líderes, y por sus filosofías y métodos similares, por unos asombrosos ochenta y tres años, desde que al-Husaini se convirtiera en el gran muftí en 1921 hasta la muerte de Arafat en 2004.”[8] (énfasis mío)

Barry Rubin—recalco—es el árbitro que Hamra escogió para resolver nuestra controversia. Y yo reproduje esta cita en mi primer artículo. Entonces, ¿por qué niega Hamra todavía “que el muftí haya influenciado con su ideología al futuro liderazgo palestino”?

El problema parece ser un error supersticioso, muy primitivo: creer que uno altera la realidad haciendo conjuros.

Hamra resalta que Rubin y Schwanitz, aun después de documentar la colaboración nazi de todo el liderazgo árabe, no quieren pegar sobre ningún árabe la etiqueta ‘nazi.’ Ni siquiera sobre Husseini, cuya burocracia nazi (‘Buro des Grossmufti’) tenía sucursales en toda la zona ocupada nazi y organizó divisiones de la SS que participaron en las matanzas del Holocausto. Concluye Hamra:

“Exacto, ni siquiera el argumento principal de Gil-White se puede sostener a partir del libro que más se aproximaría al relato de su teoría.”

¿Realmente piensa Hamra que mi “argumento principal” depende de la osadía o timidez adjetival de algún historiador?

No estoy defendiendo un punto semántico. Mi argumento es que la evidencia histórica sugiere continuidad de intenciones y metas—el exterminio gozoso de judíos—desde Husseini hasta la ‘Autoridad Palestina,’ lo que implica un peligro para Israel. Ese peligro no aparece de repente cuando algún historiador nos ‘autoriza’ llamar ‘nazi’ a Husseini o a OLP/Fatah. Tampoco se esfuma cuando nos lo ‘prohíbe.’ Las palabras no tienen poderes mágicos.

Husseini, genocida confirmado, pactó con Hitler el exterminio de los judíos que pronto serían israelíes. Dado que ésa era su intención, y dado que Arafat era de “filosofías y métodos similares,” la primera hipótesis es que Husseini apuntaló a Arafat para que a través de Fatah—después OLP/Fatah—su protegido buscara completar aquel exterminio postergado. Esa hipótesis obtiene su confirmación en el papel tan importante que jugó OLP/Fatah en poner de pie el Estado islamista iraní de Ayatolá Jomeini, cuyos líderes renuevan todavía, cada mes, su promesa de exterminar a los israelíes.

Pero esto también me lo regatea José Hamra.

Buscando controvertir que “Arafat haya sido ‘arquitecto’ de la revolución iraní,” Hamra se ‘apoya’ en otro libro de Rubin. La cita que reproduce, empero, otorga que OLP/Fatah entrenó y armó las fuerzas de Jomeini. ¿Entonces? Hamra resalta que, según Rubin, Jomeini se mostró algo malagradecido, cosa que mi documentación no sugiere.[9] Pero aun suponiendo que así fuera, el punto aquí son las intenciones y metas de OLP/Fatah, delatadas en sus esfuerzos (exitosos) por crear un régimen que públicamente anuncia el exterminio de los israelíes.

En todo caso, lo más relevante es la relación reciente y actual entre OLP/Fatah e Irán. Como he documentado, los ayatolás iraníes se aliaron con OLP/Fatah en la Segunda Intifada, tomaron control de los terroristas más violentos de Fatah, y los usaron para asegurar que Mahmud Abás fuera el remplazo de Arafat.[9] En agosto 2015, en vísperas de firmar su acuerdo nuclear con EEUU, Irán firmó con OLP/Fatah—es decir, con la ‘Autoridad Palestina’—un acuerdo de “cooperación total.[10]

Aquí hay continuidad—contundente—con las intenciones y metas de Husseini. Y eso importa. Pues los judíos israelíes estarán igual de muertos luego del siguiente Holocausto, aunque Hamra insista a todo pulmón que ése no habrá sido un exterminio ‘nazi.’

Francisco Gil-White, antropólogo e historiador, es catedrático del ITAM y autor de ‘Hajj Amin al Husseini, Tomo 1 de El Colapso de Occidente: El Siguiente Holocausto y sus Consecuencias (de venta en Amazon).


NOTAS AL PIE

[1] “El Talón de Aquiles: El muftí, los nazis, y la ‘Autoridad Palestina’”; Enlace Judío; 16 Noviembre 2015; por Francisco Gil-White
https://www.enlacejudio.com/2015/11/16/el-talon-de-aquiles-el-mufti-los-nazis-y-la-autoridad-palestina/

“De talones y teorías de la conspiración: a los lectores de Enlace Judío”; Enlace Judío; 24 de Noviembre 2015; por José Hamra Sasson
https://www.enlacejudio.com/2015/11/24/de-talones-y-teorias-de-la-conspiracion-a-los-lectores-de-enlace-judio/

[2] Author: Germany. Auswärtiges Amt. Title: Documents on German foreign policy, 1918-1945, from the archives of the German Foreign Ministry. Akten zur deutschen auswärtigen Politik. English Publisher: Washington, U.S. Govt. Print. Off., 1949- Description: Book v. fold. maps. 24 cm. (Series D, Vol. XIII no. 515)
https://www.hirhome.com/israel/muftihitler.htm

Extracto del documento:

“El Führer entonces le hizo la siguiente declaración al muftí, pidiéndole la guardara en lo más profundo de su corazón.

  1. Él (el Führer) llevaría la batalla hasta la destrucción total del imperio judeo-comunista en Europa.
  2. En algún momento que era imposible por ahora precisar pero que en todo caso no estaba distante, los ejércitos alemanes en el transcurso de su lucha alcanzarían la salida sur de Caucasia.
  3. Cuando esto hubiera sucedido, el Führer mismo expresaría al mundo árabe que su hora de liberación había llegado. El objetivo de Alemania entonces sería solamente la destrucción del elemento judío residiendo en la esfera árabe bajo protección del poder británico. En aquella hora el muftí sería el vocero con mayor autoridad para el mundo árabe. Sería entonces su menester poner en marcha las operaciones árabes que había preparado en secreto. Cuando llegara el momento, Alemania sería indiferente a la reacción francesa a esa declaración.”

[3] Pearlman, M. (1947). Mufti of Jerusalem: The story of Haj Amin el Husseini. London: V Gollancz. (pp.80-82)

[4] Sachar, H. 2007 [1976]. A history of Israel: From the rise of Zionism to our time. New York: Knopf. (p.619)

[5] Un ejemplo de la segunda categoría es David. N. Bossie, quien escribe en el Washington Times:

“El muftí [Hajj Amin al Husseini] a penas escape juicio por [crímenes de guerra] al escapar a Egipto en 1946. Llegado ahí, hizo de Yasser Arafat, entonces viviendo en Cairo, su protegido. El muftí importó en secreto un anterior oficial de comando nazi para enseñarle a Arafat y otros reclutas adolescentes los detalles de la lucha de guerrillas. El Sr. Arafat aprendió bien sus lecciones; el muftí estaba tan orgulloso de él que inclusive fingía que eran parientes de sangre.”

FUENTE: Washington Times; August 9, 2002; ‘Yasser Arafat: Nazi trained’; by David N. Bossie.

Entre los historiadores que no toman una posición, podemos mencionar a Baruch Kimmerling y Joel Migdal (el primero probablemente es el mismo “Kimmerling” que Hamra menciona, sin compartir su nombre de pila, como otro autor que supuestamente no relaciona directamente a Husseini con Arafat):

“Una historia común es que Arafat nació en Jerusalén, pero la evidencia más confiable indica que nación en Gaza y creció en Egipto; otra es que formaba parte del clan Husseini…”

FUENTE: Kimmerling, B. & Migdal, Joel S. (2003). The Palestinian People: A History. Cambridge, MA: Harvard University Press. (p.2003)

[6] Sachar, H. 2007 [1976]. A history of Israel: From the rise of Zionism to our time. New York: Knopf. (p.682)

[7] Sachar, H. 2007 [1976]. A history of Israel: From the rise of Zionism to our time. New York: Knopf.

[8] Rubin, B., & Schwanitz, W. G. (2014). Nazis, Islamists, and the Making of the Modern Middle East. New Haven & London: Yale University Press. (p.238)

[9] “OLP/Fatah e Iran: Una relación especial”; Historical and Investigative Research; 22 junio 2010; por Francisco Gil-White
https://www.hirhome.com/iraniraq/plo-iran2_esp.htm

[10] “PLO figure: Iran, Palestine in deal for all-out cooperation”; IRNA; 11 August 2015.
https://www.irna.ir/en/News/81716001/