“Cuando el poder del amor logre vencer el amor al poder, seremos libres y viviremos en paz”.
Jimmy Hendrix

La exposición del maestro Arnaldo Coen que se inauguró, el 21 de febrero, en el Instituto Cultural México Israel (ICMI), está dedicada a Zapata. El personaje le gusta a Coen porque este personaje está “entre mitológico y tangible” y le gustan sus frases como la de “Tierra y Libertad”. “Creo que todos tenemos que tener tierra” dice Coen, pero hay que rescatar la libertad, que es la capacidad que tenemos de recopilar nuestra información a través de de nuestro instinto, de nuestra percepción y luego de la razón”. A Coen le gusta voltear la frase de Descartes para que quede como sigue: “Existo, luego pienso”. Para él, “Zapata es un espejo, un alter ego”.

Es quizás por ello que la exposición se llama “Te mira lo que miras”. Al recorrerla, nos vimos reflejados en cientos de rostros de Zapata; y tuvimos el privilegio de contar con un guía muy especial, el mismo maestro, quien, acompañado de Beatriz Cuevas, explicó cada uno de los cuadros, enfatizando: “No se queden con mi explicación, hagan su propia interpretación”.


Arnaldo Coen explica Arnaldo Coen

Zapata es pintado al estilo Klimt, Caravaggio y otros clásicos, quienes inspiran a Coen de la misma manera como los anuncios de vestidos o de vitaminas, encontrados en publicidad de revistas. También aparecen en los cuadros los rulos de Lourdes, quien fue su musa, aún “antes de conocerla”.

En uno de los cuadros, Zapata convive en el lienzo con Moisés y con el globo aerostático de Telcel, porque el profeta representa “lo que sigue siendo vigente y está en todas partes, como la señal de los celulares”.

Los cuadros expuestos fueron pintados en tres meses, y el mismo Coen hizo la curaduría en el ICMI, dedicándole ocho horas.

La inspiración para esta muestra le llegó en el marco de un viaje a Tanzania, cuya capital fueron a diseñar artistas mexicanos, entre ellos Coen. Para el artista judío, el arte consiste en recuperar los valores primigenios, “que son nuestra conexión con Lo que no se puede nombrar, y que tienen que ver con el judaísmo y con otras culturas”. En Israel, lo único rescatable para el pintor es Jerusalem, “lo demás tiene que ver con petróleo, con egocentrismo”.

 

La Cábala judía es una de las fuentes de inspiración del artista, quien privilegia su interpretación. En especial le gusta el concepto del  Árbol de la Vida, que representa la relación del hombre y del árbol (tangibles) con la Luz del Keter (intangible).

Y ¿por qué ,en su apellido, ha desaparecido la “h” de Cohen? Porque, en Italia, donde nació su padre, se escuchaba mal la “h” intermedia,  y se eliminó.

Para Arnaldo Coen la vida es “amor y humor”: “Nosotros somos la sinagoga que acoge a todos los humanos y al Intangible. Somos ese Todo; uno es el Todo” concluye.