Hay algo en la jalá (pan de Shabat) que nos llama mucho la atención a las mujeres, no sabemos porque pero nos sentimos muy bien cuando las hacemos. Muchas veces nos juntamos en grupo para hacerlas y la pasamos increíble, aunque es un poco extraño que disfrutemos haciendo algo tan simple como un pan. Tendría más sentido que nos juntemos a hacer otro tipo de cosas, por ejemplo un pastel, pero por alguna razón nos sentimos bien al hacer jalá.

Una plática inspiradora de Daniela Schindlower:

Hacer jalá es una de las mitzvot especiales de la mujer, y esto es porque la jalá en su esencia tiene algo que represente nuestro rol.

Solo basta con observar los ingredientes básicos de la jalá que son agua y harina. El agua viene del cielo, y la harina de la tierra. Nosotras unimos esos dos ingredientes, las mujeres tenemos el rol y la habilidad de unir el cielo y la tierra, es decir unir lo espiritual con lo físico.

El mundo físico, no es un fin en si mismo, es un medio para conectarnos con Dios, para crecer y para mejorar este mundo. La mujer tiene una sabiduría especial y una habilidad especial para hacer esto.

Sabemos como vivir en este mundo, y al mismo tiempo usarlo para mejorar nuestras relaciones con los demás. Traer harmonía a las casas y a nuestra vida. Es como un sexto sentido.

Incluso en momentos donde ahondamos en el mundo físico, tenemos una voz interna que nos dice, esto no puede ser todo. Tengo que hacer algo significativo con las cosas que tengo. Nosotras somos capaz de ver el dinero y entender que no solo es para nuestro disfrute personal, sino que también para ayudar a los demás.

Somos capaces de apreciar nuestra belleza, y entender que no es para llamar la atención, sino que para ocuparla para mejorar nuestro matrimonio.

Somos capaces de ver la comida y entender que no es solo para satisfacernos, sino que también para unir a nuestra familia.

Y todo eso se representa al hacer jalá, al unir agua y harina, al unir el cielo y la tierra, al unir lo espiritual con lo físico.

Fuente: Aish Latino