La ley judía busca de una manera justa y práctica, lograr un balance entre el bienestar de la sociedad en general y los derechos de propiedad de un individuo. Es el fondo ético en el derecho civil, que plantean nuestros sabios.

 

MARCOS GOJMAN

La Mishnah, la primera obra escrita de la tradición oral judía, tiene en su cuarto libro, “Nezikin”, que quiere decir “daños”, todo lo relacionado al derecho civil y al comercial. En el Talmud, diez tratados comentan los temas discutidos en Nezikin. Y sólo para el derecho civil se requirieron tres de esos diez. Estos tratados son: Bava Kamma, que quiere decir “el primer portón”, trata sobre daños a personas y a sus propiedades, préstamos e intereses y objetos robados, Bava Metzia, “el portón de en medio”, trata sobre bienes perdidos y recuperados, fraudes, usura, compra venta, arrendamiento y derechos de los asalariados y Bava Batra, “el último portón”, trata sobre bienes raíces, posesiones, herencias, sociedades, evidencias o pruebas y testimonios.

El Shuljan Aruj, el código de leyes y preceptos más utilizado en el judaísmo, en su cuarto y último libro, Joshen Mishpat, “Coraza del Juicio”, codifica las leyes sobre derecho público, penal y privado que comentaron nuestros sabios en Nezikin y sus diez tratados en el Talmud. Joshen Mishpat es el menos conocido de los cuatro libros del Shuljan Aruj, por el simple hecho de que se le utiliza poco en la práctica diaria del judaísmo, ya que, en la mayoría de los casos, cuando hay un asunto de carácter legal, estos se resuelven ahora en el ámbito de las leyes del país de residencia.

El derecho civil judío es un tema bastante complicado. No tanto por la cantidad de leyes que lo conforman, que son muchas, sino por el trasfondo moral que tienen. Las personas son muy celosas en la defensa de sus propiedades. Pero esta defensa no se puede ver como algo aislado del código moral general que rige el bienestar de toda la sociedad. La ley judía busca de una manera justa y práctica, lograr un balance entre el bienestar de la sociedad en general y los derechos de propiedad de un individuo. Es el fondo ético en el derecho civil, que plantean nuestros sabios.

¿De dónde salen estos mandamientos? De versículos de la Torá, como Éxodo 22:9: “En toda clase de fraude, ya se trate de buey, de asno, de oveja, de ropa, o de cualquier cosa perdida, de la cual se pueda decir: “Esto es”, la causa de ambos se llevará ante los jueces; y aquel a quien los jueces declaren culpable pagará el doble a su vecino”. Algunos estudiosos como Frankel, piensan que la mayoría de los casos legales que se tratan en la ley talmúdica tienen su similar en el código romano. Hay que recordar que la Mishnah fue compilada en la época del dominio romano. Pero hay una diferencia importante entre ambos códigos: el método romano busca un principio legal universal único, mientras que el Talmud se distingue por promulgaciones legales hechas en base a casos concretos, planteados con exactitud y creatividad, pero con un fondo ético.

Bibliografía: The Jewish Encyclopedia, The Steinzalt edition of the Talmud y otras fuentes.

Fuente:alreguelajat.com