París, 14 de octubre – “Como ya he dicho en muchas ocasiones, y más recientemente durante la 40ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial, Jerusalem es la ciudad sagrada de las tres religiones monoteístas – el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Es en reconocimiento de esta diversidad excepcional, y esta coexistencia cultural y religiosa, que fue inscrita en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “La herencia de Jerusalem es indivisible, y cada una de sus comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su relación con la ciudad. Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones judías, cristianas o musulmanas socava la integridad del lugar, y va en contra de las razones que justificaron su inscripción en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.

“En ninguna parte más que en Jerusalemn comparten herencia los judíos, los cristianos y los musulmanes y las tradiciones comparten espacio y se entretejen hasta el punto de que se apoyan mutuamente. Estas tradiciones culturales y espirituales se basan en textos y referencias, conocidos por todos, que son una parte intrínseca de la identidad y la historia de los pueblos. En la Torá, Jerusalem es la capital del rey David, donde Salomón construyó el Templo y colocó el Arca de la Alianza. En la Biblia, Jerusalem es la ciudad de la pasión y resurrección de Jesucristo. En el Corán, Jerusalem es el tercer lugar más sagrado del Islam, Mahoma, donde llegó después de su viaje nocturno de Al Haram MOSQ (Meca) a Al Aqsa.

“En este microcosmos de diversidad espiritual de la humanidad, los diferentes pueblos adoran los mismos lugares, a veces bajo diferentes nombres. El reconocimiento, el uso y el respeto de estos nombres es de suma importancia. Al Aqsa / Al-Haram al-Sharif, el santuario sagrado de los musulmanes, es también el Har HaBait – o Monte del Templo – cuya pared occidental es el lugar más sagrado del judaísmo, a pocos pasos del Santo Sepulcro y el Monte de los Olivos venerados por los cristianos.

“El valor universal excepcional de la ciudad, y la razón por la que fue inscrita en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO, se encuentra en esta síntesis, que es un recurso para el diálogo y no la confrontación. Tenemos una responsabilidad colectiva de fortalecer esta coexistencia cultural y religiosa, por el poder de los actos y también por el poder de las palabras. Este requisito es más fuerte que nunca, para salvar las divisiones que dañan el carácter multi-religioso de la Ciudad Vieja.

“Cuando estas divisiones se trasladan a la UNESCO, una organización dedicada al diálogo y la paz, nos impiden llevar a cabo nuestra misión. La responsabilidad de la UNESCO es fomentar este espíritu de tolerancia y respeto por la historia, y esta es mi determinación diaria absoluta como Directora General, con todos los Estados miembros. Estoy comprometida con esto bajo todas las circunstancias, porque esta es nuestra razón de ser – recordar que somos una sola humanidad y que la tolerancia es el único camino a seguir en un mundo de diversidad”.

Fuente: Unesco.org – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico