Para contar la historia de este notable atleta nos tenemos que remontar hasta 1878, para estos tiempos apenas estaban surgiendo las primeras máquinas de escribir y la bombilla eléctrica sería creada un año más tarde. El 22 de diciembre de 1878 nació el que sería uno de los hombres más fenomenales en la historia del judaísmo deportivo, en este año, en una Polonia en la que vivían cerca de 4 millones de judíos, nació Myer Prinstein.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

En 1883 los padres de Myer decidieron mudarse a los Estados Unidos, al principio la familia llegó a Nueva York y posteriormente se mudó a Siracusa. En Siracusa, Myer se caracterizó por ser un niño atlético y esto lo llevó a poder entrar a la Universidad de la zona, donde comenzó a estudiar derecho y de inmediato se convirtió en el capitán del equipo de atletismo.

Para 1898 Myer ya era un atleta consagrado, sobre todo en las pruebas de salto de longitud y triple salto, de hecho en este año consiguió el récord mundial de salto de longitud.

En las olimpiadas de 1900 en París, Prinstein, quien participaría en salto de longitud y triple salto era una de las cartas fuertes de Estados Unidos.

A pesar de que en sus primeros juegos olímpicos Myer obtuvo dos medallas en las dos pruebas en las que participó, la historia fue muy polémica en la prueba de salto de longitud, pues aunque él era el favorito para ganarla y había quedado en primer lugar en las pruebas preliminares, la final caía en domingo y la Universidad de Siracusa no le permitió concursar ese día (hay que recordar que en las primeras ediciones de las olimpiadas, los atletas por lo general representaban universidades y que el formato no era tan profesional como hoy en día).

Para evitar la posible polémica Myer había quedado con Alvin Kraenzlein, quien era su mejor rival, que ninguno concursaría en domingo, pero Alvin terminó concursando y gracias a ello ganó el oro, relegando a Prinstein a la plata. Se dice que cuando Myer se enteró de que Alvin había participado lo confrontó e incluso se generó una pelea física entre ambos.

En la prueba de triple salto, en la que Myer sí concursó en la final, ganó el oro sin muchos problemas.

En las olimpiadas de 1904, que tuvieron lugar en St. Louis Misuri, Myer concursó en las dos pruebas en las que había ganado medalla; en esta ocasión Myer ganó dos medallas de oro y de esta forma confirmó que era el mejor en ambas.

Además de haber participado en las dos pruebas en las que fue campeón, para esa ocasión Myer decidió concursar en las pruebas de los 400 y los 60 metros planos (prueba que en la actualidad no existe), en ambas obtuvo el quinto lugar.

Para 1906, Grecia hizo unos juegos con pruebas olímpicas que tuvieron un nivel tan bueno o mejor que el de los Juegos Olímpicos oficiales, éstos no fueron reconocidos por el Comité Olímpico Internacional (COI) en su momento, pero debido al buen nivel que brindaron en la historia del olimpismo el COI los da a conocer como los Juegos Intercalados. En estos juegos Myer volvió a participar en la prueba de salto de longitud en la que volvió a ganar el oro.

Después de esta última competencia, Myer Prinstein decidió retirarse del atletismo para ejercer el derecho, profesión que llevó a cabo hasta su muerte en 1925.

En 1982 Myer fue inducido al Salón de la Fama de los deportistas Judíos.