Una evidencia impresionante y fascinante del campo de batalla y la ruptura de la tercera pared que rodeaba a Jerusalén al final del período del Segundo Templo fueron descubiertos el pasado invierno en el complejo ruso en el centro de la ciudad.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Los hallazgos fueron descubiertos en una excavación arqueológica de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), realizada en la ubicación donde estaba programado el nuevo campus de la Academia Bezalel de Arte y Diseño. Durante el transcurso de la excavación los arqueólogos descubrieron los restos de una torre que sobresale de la pared de la ciudad.
Frente a la fachada occidental de la torre había decenas de ballestas y hondas de piedra que los romanos dispararon desde catapultas hacia los guardias judíos que defendían el muro y que estaban estacionados en la parte superior de la torre.

Según la Dra. Rina Avner y Kfir Arbib, directores de excavación en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel, “Este es un testimonio fascinante del intenso bombardeo del ejército romano, dirigido por Tito, en su camino hacia la conquista de la ciudad y la destrucción del Segundo Templo. El bombardeo fue para atacar a los centinelas que guardaban el muro y dar cobertura a las fuerzas romanas para que pudieran acercarse al muro con arietes y con ello penetrar las defensas de la ciudad”. El historiador Josefo, testigo ocular de la guerra, proporcionó muchos detalles acerca de esta pared. Según él, el muro fue diseñado para proteger el nuevo barrio de la ciudad que se había desarrollado fuera de sus límites, al norte de los muros de la ciudad ya existentes. Este trimestre fue nombrado Beit Zeita. La construcción del tercer muro fue iniciada por Agripa I; Sin embargo, se suspendió su construcción a fin de no incurrir en la ira del emperador Claudio y para disipar cualquier duda en cuanto a su lealtad. La construcción del tercer muro se reanudó unas dos décadas después por los defensores de Jerusalén, como parte de la fortificación de la ciudad y los preparativos de los rebeldes judíos de la gran revuelta contra Roma.

Josefo describe en detalle el trazado del muro, que se inició en la torre de Hippicus, que ahora se identifica con la Ciudadela de David. Desde allí continuó el muro norte de la enorme torre Psephinus, que defendió la esquina noroeste de la muralla de la ciudad. En ese momento el muro giró hacia el este y descendió hacia la tumba de la reina Helena, que se identifica con el lugar conocido como las tumbas de los reyes.

Un debate no resuelto entre los investigadores ha estado sucediendo desde el comienzo del siglo XX hasta la excavación actual en cuanto a la identidad del tercer muro y la cuestión relativa a los límites de Jerusalén en vísperas del ataque romano dirigido por Tito. Parece que el nuevo descubrimiento en el complejo ruso es una prueba de la existencia del muro en esta zona.

Fuente:cciu.org.uy