ANDREW TOBIN / El israelí Kobi Ifrach dejó la estricta observancia judía de la escuela secundaria por las restricciones del culturismo.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Kobi Ifrach se presentó en Inglaterra con nada más que pintura dorada en su cuerpo, un Speedo y una bandera israelí. Acababa de convertirse en el primer israelí en ganar el concurso de culturismo de Mr. Universo Junior.

De regreso a su hogar en esta ciudad del norte de Israel, los padres ortodoxos de Ifrach lo felicitaban. Unos días antes habían encendido las velas de Shabat y orado por su victoria.

Ifrach, de 20 años, abandonó el camino de la estricta observancia judía durante la escuela secundaria y ahora sigue las restricciones de musculación – trabajando horas y horas cada día y siguiendo una dieta cuidadosamente reglamentada. Pero se mantiene cerca de su familia y acredita gran parte de su éxito a la disciplina de su educación religiosa.

“Desde que eres joven, te enseñan a tener un orden estricto para tus días. Tienes que despertar por la mañana y orar y ponerte tefilin, y llevar esta disciplina contigo donde quiera que estés”, dijo Ifrach a JTA. “Todavía conservo este orden y esta disciplina de hacer las cosas que tengo que hacer”.

Ifrach creció en Zichron Yaakov, el más joven de ocho hermanos y hermanas nacidos de padres inmigrantes marroquíes. Los niños asistieron a escuelas ortodoxas haredi.

Dos de los hermanos mayores de Ifrach lo introdujeron en el levantamiento de pesas cuando tenía 11 años. En su yeshivá en Tiberíades, él ocultaba pesas bajo su cama y se saltaba oraciones para trabajar. En clase, dibujaba cuadros de superhéroes y culturistas en vez de estudiar la Torá.

“El culturismo me eligió a mí. Yo no lo elegí”, dijo Ifrach. “Me gusta algo de estos personajes muy masculinos. Me interesaban.

Después de un breve período en un programa preparatorio para todos los muchachos, Ifrach abandonó la escuela y se mudó a casa para dedicarse al culturismo a tiempo completo.

“No podía sentarme a estudiar mientras pensaba en hacer ejercicio. Necesitaba hacer lo que quería mi corazón”, dijo. De todos modos, no creo que hubiera seguido con la religión. No estaba en mi alma.

Los padres de Ifrach trataron de convencerlo de que se quedara en el mundo haredi. Su obsesión por el culturismo tenía poco sentido para ellos.

“Estaba preocupado. No sabía cómo acabaría”, dijo su madre, Ruti, mientras preparaba la cena de Shabat. “Siempre estaba haciendo ‘balagan’ [lío] en la cocina cada vez que tenía que comer. Yo me despertaba en medio de la noche pensando que la casa estaba en llamas. Entraba a la cocina, y allí estaba comiendo su arroz con pollo.

“Nuestros padres siempre quisieron que siguiéramos su camino, que nos quedáramos en el mundo haredi, que los hombres estudiaran en la yeshivá, que las mujeres fueran hijas de Jacob”, dijo la hermana de Ifrach, Hagit, de 37 años. La mujer haredi ideal.

Ifrach se trasladó eventualmente a un apartamento en un barrio no-haredi cercano con su hermano Mayer, profesor de 26 años de necesidades especiales y aficionado al culturismo. Todavía viven juntos, con un Rottweiler gregario llamado Revi. Juntos poseen y manejan una tienda de suplementos de culturismo llamada Kobi Body. Su apartamento está lleno de trofeos y medallas de Ifrach, así como una foto de los dos hermanos fortachones casi desnudos.

Siete días a la semana, Ifrach se despierta y bebe un batido de proteínas antes de pasar 30 minutos practicando poses frente al espejo. Una hora después come una ración de atún y arroz. Dos horas después levanta pesas durante tres horas y bebe otro batido de proteína, a veces seguido de correr escaleras.

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Pie de foto: Kobi Ifrach corriendo en la playa con su perro, Revi, 20 de mayo de 2016. (Cortesía de Kobi Ifrach)

El almuerzo es una porción de pechuga de pollo y arroz. Después de unas horas – típicamente trabajando en la tienda de suplementos – cena: una tortilla hecha con una docena de huevos, nueve de ellos sin las yemas.

Al final del día, posa frente el espejo durante otros 30 minutos antes de enviar un selfie a su entrenador, Dani Kaganovich, otro culturista joven que ha ganado varios torneos internacionales. Juntos ajustan el régimen para el día siguiente, incluyendo cuántos gramos pesará en cada comida.

La vida reglamentada de Ifrach deja poco espacio para pasatiempos y amigos. Junto con su hermano, pasa la mayor parte de su tiempo libre con su novia, Yuval Azulay. A Ifrach le gusta cocinar para ella, aunque no pueda disfrutar de los resultados.

Azulay tiene 18 años y está haciendo servicio nacional para el servicio de ambulancia Maguen David antes de comenzar una carrera en la enseñanza. En una situación inversa a la de Ifrach, ella proviene de una familia secular pero se hizo observante.

Ifrach compitió en su primera competición de culturismo, el evento juvenil Mr. Israel, en la ciudad costera de Netanya en 2012, a los 16 años. Terminó en segundo lugar, pero al año siguiente quedó primero. Siguió adelante en 2014 ganando la competición mundial juvenil en Malta, y volvió ´a ganar el título otra vez el año siguiente en Brasil.

Como Ifrach ascendía en el mundo del culturismo, su familia comenzó a apoyarlo, y con ellos gran parte de la comunidad. Según todos los testigos, el proceso comenzó con su madre.

“Tienes que entender, mi padre es un rabino muy respetado en la comunidad. Todo el mundo viene a buscar su consejo y vienen aquí a consultarle cuestiones religiosas y personales”, dijo Hagit Ifrach. “Ver a Kobi en el escenario la primera vez, usando sólo ropa interior, fue un shock. Pero después que ganó vieron a mi madre subir con una peluca y vestido largo y la cabeza cubierta, abrazándolo y bendiciéndolo. Cuando eso ocurrió, todo el mundo entendió que estaba bien”.

Poco más de un mes después de ganar Mr. Universe Junior en octubre, Ifrach está a medio camino de su período de recuperación de dos meses. El próximo año, o en 2018, planea competir por el título masculino de Mr. Universe ganado cuatro veces consecutivas desde 1967 hasta 1970 por la estrella de cine y ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger.

“Otros competidores están borrachos de éxito”, dijo Ifrach. “No se concentran suficiente en su entrenamiento, por lo que no volverán a ganar el próximo año. Yo lo haré”.

Ifrach espera seguir el camino de Schwarzenegger para convertirse en Mr. Olympia, que considera el título más alto de culturismo. Pero por ahora está disfrutando el tiempo libre, que dijo es esencial para su recuperación física y espiritual. También es importante para su mamá.

“Al menos durante un par de meses al año, come mi pescado marroquí”, dijo.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico