Dos nietos de sobrevivientes del Holocausto, Patrick Desbois -un sacerdote católico y presidente de la organización francesa Yahad–In Unum-, y Mira Maylor -una artista judía de Israel-, trabajaron juntos para traer una exposición extraordinaria a un lugar extraordinario: el Museo del Holocausto en Guatemala, el único museo del Holocausto de Centroamérica.

ENLACE JUDÍO MÉXICO –Marco González, el director ejecutivo de Yahad-In Unum, dice: ‘En un país donde la violencia es un hecho cotidiano, la enseñanza de las consecuencias de la indiferencia puede ser la clave para generar un cambio’.

Con imágenes de alambres de púas, campos de concentración y mapas que detallan dónde se encontraban antiguamente las vibrantes comunidades judías que fueron borradas de la existencia, el Museo del Holocausto en Guatemala, fundado por la organización francesa Yahad–In Unum, podría fácilmente ser considerado como otro museo del Holocausto que despierta la reflexión, tal como los que encontramos en Estados Unidos, Europa o Israel. Sin embargo, la historia del primer y único museo del Holocausto en Centroamérica es tan notable y profunda como la esencia misma del tema, y refleja fielmente el relato humano dentro de la tragedia del Holocausto.

La iniciativa del museo fue de Yahad-In Unum, una organización francesa cristiana dedicada a localizar las fosas comunes de víctimas judías y romaníes (gitanos) de los Einsatzgruppen (unidades itinerantes de ejecuciones) nazis en la ex Unión Soviética.

La organización —cuyo nombre proviene de las palabras en hebreo y latín “juntos” y “en uno”— fue fundada por el sacerdote católico-romano francés Patrick Desbois, y ha localizado y documentado más de 3.000 sitios de ejecuciones, los que resultaron ser valiosas fuentes para los especialistas y para las familias de las víctimas.

Desbois es el nieto de un soldado francés que durante la Segunda Guerra Mundial fue enviado a un campo de concentración nazi en Rava-Ruska. Tras un viaje a Ucrania en 2002 para conocer el lugar donde su abuelo había sido encarcelado, Desbois se sintió desconcertado ante el hecho de que nadie parecía saber dónde habían sido enterrados los aproximadamente 10.000 judíos asesinados en Rava-Ruska. Después de realizar varias visitas y filmar decenas de entrevistas, pudo descubrir las fosas comunes de miles de personas olvidadas. “Me di cuenta de que habían sido enterrados como animales”, señaló. “Es difícil describir la conmoción que sentí al confrontar este hecho”.

Desbois a continuación escribió el revelador libro titulado: The Holocaust by Bullets: A Priest’s Journey to Uncover the Truth Behind the Murder of 1.5 Million Jews (El Holocausto por balas: el viaje de un sacerdote para descubrir la verdad detrás del asesinato de 1.5 millones de judíos). Debois amplió las actividades de investigación de Yahad-In Unum y el momento culminante fue la fundación del nuevo museo en la ciudad de Guatemala.

El arte es un lenguaje universal

La exposición es resultado de un encuentro casual entre la artista israelí Mira Maylor, también nieta de una víctima del Holocausto, y el Padre Patrick Desbois en la ciudad de Los Ángeles: “Me impresionó tanto su persona como la labor que realiza”, dijo Maylor. “Él realmente se vincula con mi arte y dijo que sintió que hablaba de la obra que él realizaba, y yo pude verlo. Fue así como comenzó nuestra cooperación, la que es un vehículo muy importante para promover la tolerancia, la compasión y la humanidad en el mundo”.

Maylor se abstiene de utilizar palabras en su obra y en lugar de ello se basa en materiales elementales, tales como hierro, madera, vidrio y barro, para transmitir mensajes de: “catástrofe, vida y muerte, y los elusivos límites de la moralidad”.

Por ejemplo, una de las obras mejor acogidas de Mira en la exposición es ‘Dark Cover’ (Cubierta oscura), que representa las manos de una mujer que ocultan su rostro, alegre o en pena, en una caja de madera. Esta obra enigmática pretende ilustrar los elusivos límites de la moralidad, un concepto que es central en todo episodio violento, en especial, el Holocausto.

Otra obra que tuvo eco entre los visitantes del museo es la de dos pistolas colocadas una frente a la otra. Está formada por una caja de luz, imágenes de dos pistolas rojas, una frente a otra, grabadas en cristal, con espejos que ofrecen una ilusión óptica de un retroceso infinito. El diseño de las pistolas refleja el modelo icónico de la “Desert Eagle”, uno de los artículos más solicitados por los coleccionistas de armas de fuego. Esta obra representa la futilidad de una violencia inacabable.

En una sociedad en la cual la violencia forma parte de la vida diaria debido a los altos niveles de pobreza, delincuencia, inestabilidad y la prevalencia del tráfico de drogas, los mensajes de oposición a la violencia son vitales para los jóvenes, en especial para aquellos en edad escolar.

Además de las obras realizadas por Maylor, la exposición presentará una muestra fotográfica única de cinco fotógrafos guatemaltecos que documentaron las matanzas de judíos y romaníes en Europa como parte de las investigaciones de la organización Yahad-In Unum en el “Holocausto por balas”. Las dos exposiciones de arte atraviesan no sólo las fronteras culturales sino además las religiosas y las geográficas, y se fusionan en una muestra poderosa y conmovedora.

Lecciones para el futuro

Los guatemaltecos son conscientes de la importancia de un museo de este tipo y tanto Desbois como Maylor esperan que el mensaje del museo hable a todos quienes lo visitan, especialmente a los jóvenes.

“Un museo que reseña la tragedia del Holocausto se dirige también a los guatemaltecos que sufrieron mucho debido a la guerra”, dice Maylor al referirse a la Guerra Civil guatemalteca que duró entre los años 1954-1996 y en la que murieron más de 200.000 personas. “Tal vez parezca un cliché, pero el arte es un idioma universal que puede atravesar toda frontera, y espero que la humanidad presentada aquí sirva para inspirar a la gente a abandonar la violencia”.

El director ejecutivo de Yahad-In Unum, Marco González, de origen guatemalteco y quien supervisó la creación del museo en la ciudad de Guatemala, tiene esa misma esperanza. A raíz de la nueva ley nacional del Ministerio de Educación que establece que todos los alumnos de Guatemala deben estudiar el Holocausto, González señaló que: “Es una gran oportunidad, dado que el Holocausto es tan reciente y ha sido tan ampliamente investigado que no es posible negarlo. En Latinoamérica y, específicamente, en países tales como Guatemala que han sufrido debido a la violencia, enseñar a la gente acerca del mal que puede causar un ser humano a otro y las consecuencias de la indiferencia, puede ser la clave para generar un cambio en una sociedad violenta”.

Según González, la iniciativa y la estrecha relación de trabajo entre la organización Yahad-In Unum y el Ministerio de Educación guatemalteco es prometedora. “Los niños se muestran muy interesados. La mayoría de ellos no sabe qué es un judío ni tienen noción alguna acerca del pueblo judío. Como cristianos, conocen un relato parcial de la Biblia, pero les completamos 2000 años de historia judía y de la historia del antisemitismo en Europa antes de la guerra. Los formamos también para que comprendan los peligros que presentan el odio y el racismo, y les hacemos reflexionar acerca de cómo es posible evitarlos en su propia sociedad”.

Yehudi Sabbagh, el presidente de la comunidad judía de Guatemala, dice que más de 6000 estudiantes guatemaltecos ya han visitado el museo y espera que estas cifras aumenten en aras de una “Guatemala más tolerante y progresiva”.

El encargado de negocios de la embajada de Israel en Guatemala, Yoav Katz, coincidió con lo señalado y dijo: “Creemos que las lecciones del Holocausto son universales y pertinentes para todos los países. En este contexto, tenemos el honor de ser parte de la llegada de la artista israelí Mira Maylor a Guatemala para presentar su obra en el museo. Las obras de Mira animan a todos, al compartir un lenguaje universal que ayuda a asegurar que tales hechos no vuelvan a ocurrir jamás”.