Elor Azaria y la esencia moral de Israel

DAVID HOROVITZ

“Tenemos la sabiduría y la habilidad para mantener nuestra moral y las capacidades operacionales necesarias – de hecho, se complementan mutuamente para asegurar que seamos capaces de defendernos.”

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hace una década entrevisté a Eliezer Shkedi, el entonces comandante de la Fuerza Aérea Israelí. Me decía que los terroristas de Hamas suelen traer consigo a niños cuando salen a disparar cohetes indiscriminadamente contra Israel.

¿Por qué lo hacen? Pregunté. Porque saben que la FAI no les disparará si se corre el riesgo de dañar a niños, explicó Shkedi.

Pensé en eso y luego pregunté de manera algo provocativa, si quizás se podría argumentar que la fuerza aérea tiene la obligación moral de abrir fuego, ya que el ejército israelí debe proteger a los ciudadanos de Israel y contener el fuego con el fin de salvaguardar a los niños del enemigo que son introducidos en la zona de combate deliberadamente significa exponer a israelíes inocentes.

“Ese es el tipo de dilemas con los que vivimos todos los días y me alegra que lo preguntas”, respondió Shkedi. Por supuesto, explicó, nuestros pilotos no disparan si saben que existe la posibilidad de dañar a niños. Es por eso que la fuerza aérea trabaja sin cesar para mejorar su precisión, de modo que si, hace unos años, no se disparaba si había niños a pocos metros de la cuadrilla que lanza cohetes, ahora se ha mejorado la precisión para poder apuntar a blancos a una distancia de un metro o metro y medio. El objetivo, en pocas palabras, es atacar a los terroristas haciendo todo lo posible para no perjudicar a niños.”Si sabemos que el terrorista está sosteniendo la mano de su hijo, no disparamos”, dijo Shkedi. “Aunque el terrorista esté a punto de disparar un Kassam destinado a matar. No disparamos.”

“Estoy muy orgulloso de lo que hacemos. Creo que esto no tiene precedentes,” agregó. “Estoy orgulloso de nuestra moral y de nuestras capacidades operacionales”.

Los miembros de las fuerzas de seguridad de Israel -principalmente nuestros hijos e hijas de 18 a 21 años enfrentan estos dilemas morales constantemente, y a menudo con urgencia, teniendo menos de una fracción de segundo para tomar decisiones. Frente a la ola del terrorismo palestino en curso nuestras tropas deben tomar decisiones instantáneas para distinguir entre los conductores y peatones que no están involucrados y los terroristas. ¿Escucharon mi orden de detener al sujeto? ¿Qué hay en su bolsa, qué hay en sus bolsillos, qué hay en sus manos? ¿Un teléfono, un cuchillo, una pistola? Si no hacen nada, ustedes pueden morir, otros israelíes inocentes pueden morir. Si actúan, un palestino inocente puede perder su vida, y la responsabilidad cae sobre sus hombros.

Hamas y otros terroristas que apuntan a israelíes lo hacen con el objeto de matarnos. No es ningún secreto; Hamas ha declarado su compromiso de destruir a Israel en su totalidad. Eso incluye desestabilizar nuestra sociedad, hacer que la vida cotidiana aquí sea intolerable. Corromper nuestra sociedad y sus valores, hacer que nuestros esfuerzos por mantener nuestra propia moral ante su hostilidad asesina sean costosos e insostenibles.

Golda Meir dijo alguna vez que incluso si llegara la paz, nos tomaría mucho tiempo perdonar a nuestros enemigos árabes por habernos hecho matar a sus hijos. La lucha contra los terroristas suicidas y otros que apuñalan, atropellan intencionalmente y lanzan cohetes plantea desafíos tanto morales como prácticos para Israel y sus fuerzas armadas. La lucha para mantener a este país y a su gente segura, y actuar moralmente es implacable y sumamente compleja – incluso cuando irónicamente, gran parte de la comunidad internacional nos acusa despreciablemente de hacer lo contrario.

Veamos el caso de Elor Azaria, el médico de combate de las FDI cuyas diversas razones para disparar a un terrorista palestino desarmado en Hebrón fueron cuidadosamente examinadas y rechazadas por el tribunal militar que lo acusó de homicidio.

El mismo hecho de procesar a Azaria en tribunal de justicia israelí reafirma la determinación del país de preservar su moral: su insistencia en impedir a nuestros enemigos terroristas reducirnos a sus profundidades cínicas y asesinas.

En su fallo, los tres jueces concluyeron que Azaria no había actuado ante un dilema de una fracción de segundo, no había hecho una elección equivocada pero comprensible en medio de una de esas circunstancias casi imposibles que las fuerzas de seguridad de Israel enfrentan con frecuencia. Los jueces determinaron que Azaria actuó deliberadamente, motivado por un sentimiento de venganza y la convicción de que los terroristas deben morir. “El hecho de que el hombre estuviese tumbado en el suelo y era un terrorista, que acababa de intentar asesinar a soldados de las FDI, no justifica una acción desproporcionada,” dictaminaron los jueces.

El indulto inmediato para Azaria debe ser obvio pero aparentemente no lo es, ya que representaría una burla del proceso legal, y de nuestros valores vitales. Implicaría una tolerancia de lo intolerable, la corrosión de las órdenes para abrir fuego y todo el marco que guía a nuestras tropas en su trabajo. Las acciones de Azaria fueron una aberración; el indulto las convertiría en norma. Una pena reducida, si y cuando él reconozca y exprese remordimiento por sus acciones – como lo ha sugerido el diputado del Likud Yehuda Glick – sería muy diferente.

Porque, como lo refleja el veredicto, no debemos y no permitiremos ser arrastrados al nivel de aquellos que tratan de eliminarnos. Porque nuestra moral es fundamental para nuestra legitimidad – y esto no tiene nada que ver con lo que el mundo piensa acerca de nosotros, sino con lo que esperamos de nosotros mismos.

Porque, como afirmó Eliezer Shkedi hace una década, tenemos la sabiduría y la habilidad para mantener nuestra moral y las capacidades operacionales necesarias – de hecho, se complementan mutuamente para asegurar que seamos capaces de defendernos.

Fuente: The Times of Israel

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